Los jóvenes viticultores también tendrán prioridad en las autorizaciones de nuevos viñedos
Rafael Daniel
El Mapama aprobará después del verano una modificación del nuevo sistema de autorización de viñedos que extenderá la prioridad en el acceso a estas plantaciones a los jóvenes agricultores que ya disponen de explotaciones vitivinícolas.
Esta modificación ha sido una reclamación de las organizaciones agrarias desde que se introdujo el pasado 1 de enero de 2016 el nuevo sistema de autorización en sustitución de los históricos derechos de plantación. La norma daba prioridad en el acceso a nuevas autorizaciones para plantar viñedo a los jóvenes agricultores que no tuviesen viñedo, lo que cercenaba las posibilidades de crecimiento de los viticultores menores de 40 años que ya contaban con explotaciones.
El sistema provocaba además situaciones como las vividas en la Denominación de Origen de la Rioja, en la que se sospecha que se ha utilizado a jóvenes no viticultores como testaferros.
Fuentes del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente confirmaron a elEconomista que en este primer trimestre se presentará un borrador de decreto en la que se darán más alternativas de entrada. "No hablaremos solamente de jóvenes agricultores, sino también de aquellos que ya son viticultores y quieren ampliar por tramos de superficies", explicaron. La nueva norma estará aprobada después del verano, aunque no entrará en vigor hasta el año 2018.
Más depuración en Rioja
De la misma manera, el Mapama está intentando proponer a la Comisión Europea "medidas que puedan ajustarse a las distintas situaciones que tenemos en nuestro país", ya que la reglamentación europea es muy rígida y prácticamente no ofrece ningún margen de flexibilidad.
En el departamento que dirige Isabel García Tejerina se muestran satisfechos de los dos primeros años de funcionamiento del sistema de autorizaciones: "Hemos optado por un modelo sencillo que no ha presentado mayores problemas. Quizá donde más en la Rioja, una DO en la que la demanda es muy alta. Tiene una especie de situación singular en la que el precio de la tierra es tan caro que hace que haya una apetencia muy grande y eso haga necesario que el nivel de depuración administrativo tenga que ser mucho mayor que el que ha sido", explicaron las fuentes consultadas.
La organización agraria Unión de Uniones se felicita por la decisión de dar prioridad a viticultores jóvenes, aunque lamenta que no se haga efectiva hasta 2018: "Este año nos vamos a encontrar con el mismo marco normativo y los problemas generados el año pasado a no ser que se extremen los controles en comunidades como La Rioja", afirma Constantino Gil. Esta organización criticó desde el primer momento de la implantación de la nueva normativa que se impidiese el acceso de jóvenes viticultores, lo que impide redimensionar sus explotaciones. Gil defiende, junto a la modificación de los criterios de prioridad, revisar los criterios de admisibilidad y autorizar el máximo permitido por la UE para luego planificar, junto a las Comunidades Autónomas, el reparto de las plantaciones.
Por otra parte, el Ministerio ha fijado ya la superficie total de nuevos viñedos que se podrán plantar en 2017. Aunque inicialmente propuso 9.595 hectáreas, el 1 por ciento de la superficie plantada a finales de la campaña 2015/16, el máximo permitido por Bruselas, posteriormente, y ante la petición de la Organización Interprofesional del Vino de España (Oive) de que se redujese ese porcentaje al 0,43 autorizado en 2016, ha rebajado este crecimiento a 4.989 hectáreas, que corresponde con el 0,52% de la superficie existente a 31 de julio de 2016.
Igualmente, el Ministerio ha rechazado las pretensiones de las Denominaciones de Origen Cava, Cariñena y Navarra de limitar la superficie de viñedo en sus zona, potestad que ofrece la nueva reglamentación a los Consejos Reguladores siempre que se motiven por razones de desestabilización del mercado por exceso de producción o degradación de la imagen de marca.
La Denominación de Navarra había pedido la limitación a 54 hectáreas, la de Cariñena a 100 y la de Cava a 168. En los dos primeros casos, el rechazo se debe a que la demanda de nuevas autorizaciones en 2016 ha estado muy por debajo del nivel de restricción que pedían, por lo que no tiene sentido reducir, explican desde el Mapama. En el caso de Cava es parecido. La demanda registrada no justificaba la restricción. Además se ha tenido en cuenta que es una DO cuya superficie se mantiene estable desde hace 15 años, en torno a 32.000 hectáreas y el cava es un producto en el que la evolución de las ventas tiene tendencias positivas. Esta decisión no prejuzga la del año que viene, por lo que si entonces afloran motivos para la restricción, se aceptarán.Por el contrario, sí se han aceptado las limitaciones por Chacolí Getaria y Bizcaia (4 y 3,96 hectáreas), Ribera del Duero (500), Rioja (645) y Rueda (68).