La normalidad en la renta fija ha llegado para quedarse
- Los activos de deuda de calidad están aportando rentabilidades muy positivas
- El BCE no bajaría los tipos de interés, al menos, hasta el año 2025
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Dice el refranero popular que "no hay mal que cien años dure". 2022 será recordado por los inversores y los gestores como el ejercicio de la debacle en la renta fija. El reajuste histórico que se produjo en el mercado de bonos, ante el cambio de rumbo de los bancos centrales, provocó las mayores pérdidas en 50 años.
Los elevados niveles de inflación obligaron a los bancos centrales a llevar a cabo una de las subidas de tipos de interés más rápidas de las últimas décadas, provocando un ajuste en el precio de todos los activos. En el caso de la renta fija, cuando suben los tipos de interés, los precios de los bonos actuales caen, ya que las nuevas emisiones que salen al mercado ofrecen cupones mucho más interesantes, por lo que las existentes pierden valor.
En este sentido, el Banco Central Europeo elevó el precio del dinero en cuatro ocasiones solo en 2022, hasta el 2,5%. Cabe recordar que la primera subida de tipos del pasado año puso fin a 11 años de tasas negativas. Como señala Rosa Duce, Chief Investment Officer de Deutsche Bank en España, "esta subida tan agresiva explica el mal comportamiento de la renta fija en 2022. Subieron tipos muy deprisa y en muy poco tiempo por lo que el mercado no fue capaz de anticipar cuándo iba a ser el final y esto provocó muchísima volatilidad, además de las caídas".
Un escenario que en 2023 es completamente diferente. "Ahora, que parece que los bancos centrales sí están consiguiendo dejar claro su mensaje, el ahorrador está viendo que estos tipos son muy favorables. Hemos cambiado totalmente de visión: de una renta fija que no aportaba nada en las carteras o que era muy difícil que diera una aportación positiva sin asumir bastante riesgo, a una situación en la que los activos de renta fija de más refugio y calidad están aportando rentabilidades muy positivas", señala Duce. De hecho, en las carteras de Deutsche Bank tienen sobreponderada la renta fija frente a la bolsa.
Según los datos de Bloomberg, en el primer semestre una cartera de renta fija global ha arrojado ganancias del 1,4%, mientras que una europea corporativa ha ofrecido un rendimiento del 2,2%. Por otro lado, en España, las letras del Tesoro siguen marcando récord. A mediados de junio el organismo colocó 2.069,96 millones de euros en letras a tres y nueve meses con un interés del 3,26% y del 3,49%, respectivamente, lo que supuso un nuevo máximo histórico.
"Esto es algo que está aquí para quedarse, porque los tipos no van a volver a bajar a los niveles del año 2019. Aunque en algún momento veamos rebajas de los tipos de interés, probablemente en Europa nos vayamos hasta el año 2025, es verdad que no vamos a volver a esos tipos cero y, por tanto, estas alternativas de inversión que habían desaparecido aparecen de nuevo: depósitos, letras, notas estructuradas con garantía de capital...", apunta la responsable de estrategia de Deutsche Bank en España.
Y es que la situación de la que partíamos era completamente anormal, con unos tipos en mínimos históricos. "Los inversores y ahorradores conservadores tenían que asumir un riesgo que no querían para obtener rentabilidad", recuerda Duce.
El atractivo del fondo de inversión
La oferta de productos para aprovechar el buen momento que está viviendo la renta fija es muy amplia. De entre todos ellos, Rosa Duce se decanta por los fondos de inversión, ya que, "quizá, es el vehículo más asequible, sencillo y eficiente". Desde la entidad se decantan, principalmente, por "fondos de renta fija con sesgo corporativo europeo, de alta calidad, y con duraciones no muy largas (3-4 años) porque la curva de tipos está invertida y vemos más riesgo de que suban los tipos en el largo que en el corto plazo donde ya se ha recogido totalmente la subida de tipos".
Los fondos de inversión tienen la ventaja de que el equipo gestor accede a un mercado de emisiones en el que el minoritario no puede participar; su atractiva fiscalidad (cuando vence un depósito o una letra hay que pagar impuestos y con este producto ese pago se difiere); y, además, ofrece una gran diversificación.
"Con todo, seguimos viendo el 40% del ahorro de los españoles en depósitos. Se trata de ir mejorando poco a poco la formación financiera de los ciudadanos. Los inversores se están dando cuenta de las ventajas de invertir con fondos de inversión frente a cualquier otro tipo de activos", sostiene Duce.
De cara al futuro, desde Deutsche Bank esperan una subida de tipos por parte del BCE y la Fed ahora. "Es probable que la Fed se quede ahí y el BCE vuelva a hacer otra subida en septiembre. Los tipos se quedarían, por tanto, en el 4,5% y no esperamos bajadas durante 2024. Con este panorama, las rentabilidades que ofrecen los bonos de calidad europeo nos parecen las más atractivas", concluye Duce.
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