Forestalia, los compromisos cumplidos de una empresa que cree en la sostenibilidad
- Ofrecido por Forestalia
- Forestalia incorpora la perspectiva ambiental desde la fase de diseño de los proyectos
EcoBrands
Madrid,
Forestalia fue pionera en su apuesta por unas energías limpias y libres de primas. Aliada de jugadores internacionales de primer nivel para abordar grandes proyectos de renovables, apuesta ahora decididamente por incrementar su cartera propia y seguir mostrando su compromiso social, plasmado singularmente mediante las donaciones realizadas en los momentos más duros de la pandemia en material sanitario contra la Covid y más recientemente a través de una iniciativa solidaria de apoyo a refugiados ucranianos.
Si nos remontamos algunos años en el calendario, encontramos que, en 2016, Forestalia fue la única empresa que se comprometió empresarial y económicamente por la generación de energías renovables sin primas ni subsidios públicos. Con esta premisa, entonces vista como disruptiva, aunque hoy generalizada, Forestalia arrasó en la primera subasta verde que celebró nuestro país tras la inmensa paralización de proyectos y promociones consecuencia de la moratoria.
Las adjudicaciones en tres subastas posteriores refrendaron aquella visión pionera. Apenas unos años después, Forestalia ha desarrollado y ejecutado, junto con inversores nacionales e internacionales de primer nivel, una potencia instalada de energía verde que suma más de dos gigavatios, y tiene otros seis en tramitación.
Cartera propia
Una vez alcanzadas y desarrolladas sus alianzas con entidades como GE, Repsol, CIP, LightSource BP, Bruc, Mirova o Engie, el siguiente paso de Forestalia ha sido potenciar y ampliar su cartera propia, tanto en eólica como en fotovoltaica. El objetivo es desarrollar una cartera de al menos 1,2 gigavatios, para su operación por parte de Forestalia en los próximos cuatro años.
Tras la planta de generación eléctrica mediante biomasa de Cubillos del Sil (El Bierzo, León), y la fotovoltaica Aliagar (Zaragoza), las siguientes instalaciones al cien por cien propiedades de Forestalia han sido las eólicas Las Majas VI A -ya finalizada su construcción y produciendo energía- y El Coto, que se sustenta en el primer contrato de compra de energía (PPA) que ha cerrado como comprador en Europa la multinacional GE Renewable Energy.
Gracias a otro acuerdo con Forestalia, el Banco Sabadell también se abastecerá para atender el consumo de sus necesidades corporativas, de energía renovable, en este caso fotovoltaica, de la planta Aliagar, cuya producción equivale al consumo de más de 29 mil viviendas.
Sostenibilidad ambiental
Desde el punto de vista ambiental, Forestalia entiende la sostenibilidad como la contribución contra el cambio climático, la eficiencia en el uso de recursos, la prevención de la contaminación, la conservación de la biodiversidad, la gestión sostenible de los recursos endógenos de los territorios -sean naturales, culturales o patrimoniales- y la contribución al desarrollo socioeconómico de las comunidades locales, mediante la creación de empleo, la lucha contra la despoblación y la mejora de la calidad de vida de sus habitantes en el territorio.
Forestalia incorpora la perspectiva ambiental desde la fase de diseño de los proyectos: su implantación se prioriza fuera de zonas afectadas por alguna figura legal de protección, y siempre en áreas compatibles ambientalmente.
Las correspondientes declaraciones de impacto ambiental que amparan cada uno de los proyectos incorporan medidas preventivas, correctoras, compensatorias y complementarias no solo para mitigar los posibles efectos medioambientales adversos que pudieran producirse, sino también para mejorar los hábitats de las especies existentes y mantener las poblaciones.
La construcción, operación y mantenimiento de los proyectos se acompaña de una exhaustiva vigilancia ambiental, que garantiza que las actuaciones se realizan cumpliendo en todo momento las exigencias de la normativa ambiental y los requerimientos especificados en las declaraciones de impacto ambiental. A modo de ejemplo, en 2021, se han realizado actividades de seguimiento ambiental que suman más de 5.500 horas de visitas de campo por parte de la consultora Athmos Sostenibilidad.
500.000 toneladas al año de CO2 menos
La actividad de Forestalia en el desarrollo, construcción y operación de proyectos de energías procedente de fuentes renovables reduce las emisiones de gases de efecto invernadero.
Las instalaciones eólicas, fotovoltaicas y de generación mediante biomasa propiedad total o parcial de Forestalia permitieron evitar el año pasado la emisión de medio millón de toneladas de CO2, pero esto es sólo un gran principio: se estima que los proyectos en tramitación evitarían unas emisiones equivalentes a más de 13 millones de toneladas cada año.
El uso de biomasa agroforestal y procedente de cultivos energéticos también encuentra su razón de ser en la sustitución de los combustibles de origen fósil, con la premisa de avanzar hacia una producción de energía más sostenible.
La utilización planificada y sostenible de biomasa forestal que realiza la planta de generación eléctrica de Cubillos del Sil (en El Bierzo, León), o la fábrica de producción de pellets Arapellet (en Erla, Zaragoza) se basa en el empleo de restos procedentes de la limpieza, desbroce o clareo de montes, lo que contribuye sustancialmente a evitar la propia degradación de los bosques y el riesgo de incendios forestales. La gestión forestal propia de Forestalia refuerza los sumideros de carbono, con una superficie neta propia de más de mil hectáreas en España e Italia.
Compromiso social: de la Covid a Ucrania
Forestalia siempre ha realizado su aportación solidaria cuando más se ha necesitado. Cuando más acuciante era la crisis sanitaria de la Covid-19, Forestalia realizó una donación de 750.000 euros contra el coronavirus, destinados a material sanitario para el Gobierno de Aragón y a la Comunidad de Madrid.
La pandemia mundial se ha superado sin efectos notorios sobre el desarrollo de los proyectos de Forestalia. De hecho, desde el inicio de la crisis de la Covid-19, la empresa ha incrementado su plantilla en más de cien personas, lo que demuestra el compromiso recíproco con el esfuerzo realizado por el propio equipo de Forestalia.
Asimismo, ante la emergencia humanitaria por la invasión de Rusia a Ucrania, el Grupo Forestalia ha abordado una iniciativa solidaria, para acoger hasta 250 refugiados en Andorra (Teruel). Mediante este proyecto, Forestalia asume la organización, transporte, manutención y alojamiento de las personas desplazadas, con objetivo de facilitarles su integración social y laboral, con la colaboración del Ayuntamiento de Andorra y del Gobierno de Aragón.
Con este proyecto, Forestalia da un paso más en el compromiso con el desarrollo social y económico de las comarcas aragonesas que más han sufrido el problema de la despoblación, intensificado por la crisis de la minería del carbón.
En estas comarcas, Forestalia ha plasmado su apuesta por nuevos proyectos de generación de empleo y futuro en el medio rural, alineados con los objetivos de sostenibilidad también impulsados por las instituciones, como el Gobierno de Aragón.
En generación de empleo, se estima que los proyectos propios o participados por Forestalia han generado ya más de 1.200 empleos durante la fase de construcción, y más de 200 en la explotación de las instalaciones.
Entre los 34 municipios del Convenio para la Transición Justa del MITECO, destaca especialmente el de Andorra, en la comarca Andorra-Sierra de Arcos, donde Forestalia tiene en tramitación nueve proyectos de plantas fotovoltaicas, y donde asimismo planea construir una planta de fabricación de pellets.
No se puede dejar de considerar aquí que parte de la inversión con repercusión social realizada por las empresas del Grupo Forestalia deriva indirectamente de la cifra aportada por el pago de tributos y tasas.
Durante el año pasado, esta cifra rondó los 8,5 millones de euros, de los que aproximadamente un 40 por ciento se recaudaron por y para administraciones locales y autonómicas aragonesas.
Estos recursos públicos, junto con el pago a los propietarios particulares en concepto del arrendamiento de los terrenos para las instalaciones, redunda en la mejora de la calidad de vida en el territorio, mejora de los indicadores de riqueza y permite ayudar a compensar la brecha en la prestación de servicios derivada de su encarecimiento en un contexto de despoblación del medio rural.
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