Banca y finanzas
La fusión de Unicaja y Liberbank alcanzaría un coste de reestructuración de 889 millones
- Credit Suisse pone cifras a la hipotética unión, pero ¿para ser rentable?
Eva Díaz
La unión de Unicaja y Liberbank convertiría al grupo resultante en el sexto mayor banco del país, ocupando el puesto que dejó el Banco Popular tras su resolución. Los analistas aseguran que para que la operación sea rentable sería necesario hacer unos ajustes cuyo coste ascendería a 889 millones de euros. Esta reestructuración permitiría al nuevo banco alcanzar una reducción de costes de en torno a 200 millones de euros a tres años, es decir, en 2020.
La redistribución de gastos, según Credit Suisse, sería de 389 millones de euros para reducir la estructura de la red bancaria. Esto englobaría una reducción de personal, oficinas o servicios centrales. La otra parte de los gastos, 500 millones de euros, se destinarían a sanear el balance de Liberbank, lo que podría llevar a mayores provisiones para protegerse del impacto de los activos improductivos.
Según los analistas, para la fusión sería necesaria que Liberbank, entre otros aspectos, redujera el ladrillo que tiene que a cierre del tercer trimestre de este año se situaba en 3.600 millones de euros brutos, un 25% menos de los que tenía un año antes. El banco se marca como objetivo dejar su balance a cierre de 2020 en 1.700 millones, es decir, 1.900 millones de euros menos de la actual.
Ventaja a nivel geográfico
La unión de Unicaja y Liberbank tiene una gran ventaja estratégica a nivel geográfico. Ambos bancos se complementan bien a nivel de regiones. Mientras Unicaja tiene una mayor cuota de mercado en Andalucía y Castilla y León (ésta última, por la absorción de EspañaDuero), Liberbank compite en presencia en Asturias, Cantabria, Extremadura y Castilla-La Mancha. La unión de fuerzas haría un banco líder a nivel de cuota de mercado en Asturias, Extremadura, Castilla-La Mancha y Castilla y León. En Cantabria, el nuevo banco competiría en igualdad de condiciones con el Santander, puesto que ambos tendrían respectivamente una cuota de mercado del 30%. En Andalucía, sin embargo, la parte del pastel que arrastrarían sería del 19%, por debajo del 26% que tiene CaixaBank.
Esta complementariedad geográfica significa que las duplicidades sólo se darían en un 10% de las oficinas. Por tanto, esto supone que el banco nuevo debería recortar en torno a unas 233 sucursales para evitar esta duplicación de actividad. La mayoría se recortarían en Madrid. Según Credit Suisse, la capital sufriría un ajuste de 80 oficinas; Extremadura, de 52; Castilla-La Mancha, de 51, Andalucía, de 22 y además se reducirían 17 oficinas más en el resto de regiones.