Goirigolzarri se reunirá en días con Calviño para abordar el futuro de Bankia
Fernando Tadeo
Santander ,
El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, ha anunciado hoy que se reunirá con la ministra de Economía, Nadia Calviño, para abordar entre otros temas el futuro de la entidad, de la que el Estado tiene el 61% del capital. En los últimos días, desde que Pedro Sánchez llegó a La Moncloa, distintos partidos y sindicatos han reclamado que el banco siga en manos públicas de por vida, un planteamiento que Goirigolzarri no comparte.
"No estoy de acuerdo" con que Bankia se convierta en un banco público, ha señalado el banquero, quién ha considerado que le sorprende que este debate se haya instalado ahora, sólo seis años después de su nombramiento, que tiene como único mandato la independencia para generar valor y proseguir con la privatización cuanto antes.
En este momento, Goirigolzarri no contempla que Bankia se vaya a convertir en un verdadero banco público, por lo que descarta su dimisión del banco, una idea que en algunos círculos se ha barajado si finalmente el Gobierno cambia el criterio sobre la entidad. Por ahora, indicó, que tiene una relación de normalidad con el Ejecutivo.
El máximo responsable del grupo financiero ha alertado de que cuando el ICO se puso a dar créditos y competir con la banca comercial, su morosidad se disparó. Uno de los programas alcanzó una morosidad superior al 80%.
Goirigolzarri, que ha participado en unas jornadas organizadas por Apie y BBVA, ha repetido el mensaje de que no hay prisas para cambiar los plazos ahora para que se privatice totalmente la entidad. "Queda tiempo", indicó porque la ley fija diciembre de 2019.
Es necesario culminar la unión bancaria para evitar un mayor coste en el crédito para familias y empresas
El banquero ha aprovechado el acto para instar a las autoridades comunitarias para completar la Unión Bancaria, con el fin de se pueda mejorar la competitividad de las empresas. En este sentido, abogó por definir cuanto antes el Fondo de Garantía común para que los depositantes tengan las mismas condiciones en todos los países, principalmente de seguridad.
En caso de que esto no se consiga, un banco español podría verse "obligado" a pagar más por las imposiciones de los clientes y, por tanto, cobrar más por los créditos que concede. De esta manera, familias y empresas se verían abocadas a mayores costes financieros, lo que repercutiría en una menor competitividad de la economía.
Goirigolzarri también ha apuntado que sería importante mejorar la provisión de liquidez que permite una gestión más adecuada de la etapa final de una entidad intervenida y dotar al mecanismo de resolución de más fondos. Estos dos puntos están en debate tras la crisis del Popular, caso al que se refirió sin citarlo. "Lo hemos visto en los últimos tiempos", ha dicho.