Santander tardará aún dos años en resolver el pacto de Allianz con Popular
- Iniciará la integración de las oficinas de ambas entidades en noviembre
- Santander eliminará la marca Popular a partir de junio del año que viene
Eva Díaz
A las cuatro de la mañana del 7 de junio de 2017 llegaba una llamada a la alta dirección del Banco Santander por parte de sus abogados: el Popular ya era suyo. Un año después, la entidad ya ha iniciado la integración de los dos bancos, se ha desecho del 51% de su ladrillo, ha vendido negocios no estratégicos como la filial en EEUU, ha cerrado las oficinas de representación y ha puesto en orden las alianzas que mantenía en materia de cajeros y tarjetas de crédito. Sin embargo, queda un fleco suelto: deshacer la joint venture que el Popular tiene con Allianz en materia de seguros y gestión de activos.
Las negociaciones entre aseguradora y entidad se resisten y Allianz tira fuerte de la cuerda puesto que tiene el 60% de la compañía conjunta, mientras que el que era el sexto banco del país posee el 40% restante.
Fuentes conocedoras de la operación aseguran que al Santander le costará al menos dos años controlar el negocio de seguros del banco que adquirió. De un lado, aunque la negociación dé buenos frutos para el grupo que preside Ana Botín, entre que culminan los contratos aseguradores que tienen los clientes y se traspasa el negocio llevará unos dos años. De otro lado, si no hay acuerdo y se acaba en un arbitraje, este proceso también se extiende en torno a dos años.
Mientras se resuelve, el Santander ya proyecta iniciar la eliminación de la marca Popular gradualmente a partir del próximo mes de noviembre. El grupo comenzará en cinco meses la integración del sistema digital del Santander en las oficinas del Popular, y a medida que se imponga se cambiará la marca de la sucursal por la de Santander. El proceso culminará en junio de 2019, por lo que en un año no habrá rastro del nombre del que fue el sexto mayor banco del país.
La estrategia del grupo, según informan fuentes financieras, es comenzar esta integración por las sucursales del Banco Pastor. A esta unión le seguirá una reducción tanto de oficinas como de empleados. El banco ya anunció en su día su intención de reducir los costes del Popular un 32% de cara a diciembre de 2020. Cabe destacar que en febrero ejecutó un primer ERE que afectó a los servicios centrales de ambas entidades.
Compra o concurso
La compra del Popular se fraguó en diez horas desde que el Santander fue invitado a participar en la subasta con una llamada a las 6 de la tarde hasta que otra llamada avisó de la adquisición en la madrugada del día siguiente. Sin embargo, la tercera vez que sonó el teléfono no llegó con noticias tan halagüeñas. El consejero delegado del Santander, José Antonio Álvarez, recibió a las siete de la mañana una llamada del entonces director financiero del Popular, Miguel Escrig.
El banco recién adquirido necesitaba una inyección urgente de liquidez de entre 5.000 y 7.000 millones de euros para poder abrir oficinas y que los cajeros y la red digital funcionaran con normalidad. La necesidad venía de un pago institucional urgente que debía realizar el Popular por 2.500 millones a primera hora. Horas después, el Santander hizo una segunda inyección hasta ascender a los 13.000 millones de euros ese día.
La compra logró que el banco continuara a flote. El Popular tenía preparada una demanda concursal para presentar el día 7 de junio ante el juzgado si no conseguía ser adquirido. De hecho, fue el consejo de administración del banco quien puso en marcha la resolución el día 6 al comunicar al Banco de España que no podía abrir sus puertas al día siguiente.
Citación de Ron y Saracho
Coincide también con el aniversario del Popular la primera aparición pública de los expresidentes del banco, Ángel Ron y Emilio Saracho. La comisión del Congreso que investiga la crisis financiera ha citado a ambos antiguos responsables de la entidad para el próximo día 12 de julio, mientras que el actual presidente del Popular y también presidente de Santander España, Rodrigo Echenique, ha sido convocado para el próximo 18 de julio.
Esta comisión, en marcha desde hace ya un año, trata de esclarecer la causas de la crisis financiera del país. El gobernador del Banco de España, Luis María Linde, quien ha comparecido dos veces en la misma, aseguró en abril que el Popular era un banco zombi desde 2012 y que debió ser rescatado.