Banca y finanzas

Bankinter, el Sabadell y el Santander lideran la comercialización de tarjetas

  • Cajasur también dispara el negocio en este segmento de actividad
<i>Foto: Dreamstime</i>

Fernando Tadeo

Las tarjetas se han convertido en uno de los productos que la banca lleva tiempo explotando con el fin de mejorar sus ingresos y elevar, así, la rentabilidad. Bankinter, el Sabadell y el Santander, además de Cajasur, las entidades que más volumen de plásticos están consiguiendo vender entre sus clientes.

De acuerdo con los últimos datos sectoriales, correspondientes a 2016, Bankinter logró incrementar en un 14% el número de tarjetas de débito y crédito el año pasado. Sumó unas 163.000 gracias en parte a la buena evolución de la nueva división, Bankintercard, lanzada a principios de dicho ejercicio, para potenciar el segmento de tarjetas revolving, que son aquellas que se utilizan para conceder determinados préstamos al consumo. Con este producto el cliente paga no sólo los intereses derivados del crédito, sino que suele abonar comisiones (de apertura y mantenimiento).

Esta apuesta, fundamental para su negocio, ha permitido a Bankinter colocarse como uno de los referentes del sector de préstamos al consumo en los últimos meses y liderar el ranking de nuevas operaciones por facturación, superando a El Corte Inglés y Cofidis.

El Sabadell, por su parte, consiguió colocar entre su clientela 474.000 tarjetas e incrementar el número de plásticos distribuidos un 11,16%, hasta 4,7 millones. A lo largo de este año la entidad catalana ha continuado con el crecimiento en este segmento y en el primer semestre de 2017 la facturación experimenta el mayor ascenso en el colectivo de particulares, superando a otros productos también clave en la actualidad, como los seguros, los fondos de inversión o las cuentas a la vista. Los ingresos por tarjetas en el Sabadell aumentaron un 8% en tasa interanual a cierre de junio.

El Santander es la otra gran entidad que más está impulsando este producto, que está vinculado a su política comercial estrella denominada 1,2,3, con el que pretende vincular a los clientes. En 2016 el volumen de tarjetas del banco cántabro en España superaba en su red minorista (son contar Openbank y la división de consumo) los 7,5 millones, tras elevarse en casi medio millón o un 7%. La comercialización este año se ha disparado después de haber cambiado en febrero las condiciones de la cuenta 1,2,3, por la que exige la contratación no sólo de una tarjeta de débito, sino también una de crédito o revolving, para beneficiarse de las ventajas que ofrece, lo que ha duplicado las comisiones a 72 euros.

El Santander, tras esta modificación, está cosechando réditos aún más significativos. En los seis primeros meses del presente ejercicio ha logrado captar un un millón de tarjetas más y mejorar un 43% la facturación en el nicho de actividad del dinero de plástico.

Cajasur, integrada en el grupo Kutxabank, logró también impulsar este negocio más de un 11% y colocar 48.000 nuevas visas, aunque su matriz vio descender ligeramente el parque de tarjetas de débito y crédito.

Otros bancos, como EspañaDuero (división de Unicaja), Liberbank y su franquicia CCM o el Popular, también sufrieron retrocesos en el número de plásticos emitidos para sus clientes el año pasado.

Vinculación con las hipotecas

Las tarjetas, en la inmensa mayoría de los casos, están vinculadas a las cuentas y a las hipotecas y, por lo general, no suponen comisiones siempre y cuando se cuente con la nómina domiciliada. El ascenso de los créditos para la adquisición de la vivienda en los últimos años ha sido otro de las causas que han llevado a que los españoles dispongan de un mayor número de este tipo de instrumento de pago.

Tras los crecimientos de los dos ejercicios anteriores, tras las caídas experimentadas en la crisis, el volumen total de tarjetas en nuestro país asciende a casi 76 millones. El principal emisor CaixaBank, con más de 15 millones. De entre las mayores entidades, BBVA no aporta datos en este negocio.

Según las cifras del Banco de España, el volumen de plásticos en circulación crece principalmente por las de créditos. En 2016, estas avanzaron un 8,77%, impulso que se afianzó al 11,15% en el primer trimestre de 2017. De esta manera el parque de este tipo de dispositivos roza ya los 50 millones, máximos histórico. Por su parte, las de débito, que suman cerca de 26 millones, se aumentan a ritmos inferiores al 3%.

El uso de las tarjetas por parte de los españoles es cada vez más habitual. Los pagos a través de terminales de punto de venta (TPV) se elevan a los tres millones de operaciones al año, algo más del triple que mediante el efectivo. Las retiradas de cajeros, que han experimentado una ligera mejora, llegan a las 924.000 transacciones y mueven ya menos dinero.

El parque de cajeros, estable a pesar del cierre de sucursales

El parque de cajeros automáticos permanece estable en nuestro país a pesar del progresivo cierre de oficinas bancarias. Las entidades cuentan con 49.382 máquinas repartidas en toda la geografía nacional, tras aumentar un ligero 0,19% en 2016 y descender un 1,89% en el primer trimestre del presente ejercicio. A lo largo de la crisis el número de cajeros sí ha bajado sustancialmente, debido al ajuste de red, pero en los últimos tiempos el sector está potenciando este tipo de dispositivos para que los clientes realicen las operaciones más habituales por sí solos sin necesidad de que sean atendidos por los trabajadores, con el objetivo de que estos se dediquen a asesoramiento y servicios de valor añadido. Los terminales de punto de venta, utilizados para el pago con tarjetas en los comercios, por su parte, están creciendo a ritmos superiores al 5%.