Banca y finanzas

Rodrigo Echenique: un hombre de confianza para controlar la integración


    elEconomista.es

    Con el nombramiento de Rodrigo Echenique como presidente del Popular, la entidad que hace dos semanas protagonizó la primera intervención europea entra en una fase transitoria, pero hacia la normalidad. Su cabeza visible también es presidente de Santander España, la estructura en la que se integrará en un plazo no definido, pero que se espera sea corto.

    Echenique forma parte de un reducido grupo de confianza de la presidenta del grupo, Ana Botín. Muchos de estos directivos han tenido un papel muy activo en la operación del Popular, que constituye la primera compra relevante de la banquera y que va a dar al grupo que preside el liderazgo en el mercado doméstico.

    Rami Aboukhair, consejero delegado del banco en España y el hombre que monitoriza al Popular, formó parte del equipo de Botín en Banesto y en Reino Unido y José García Cantera, primer presidente del consejo del Popular tras la compra y director financiero del Santander, fue consejero delegado de Banesto cuando Botín era presidenta.

    Echenique es, desde hace años, un hombre de confianza de la familia Botín, que se extiende más allá de las tareas profesionales. Por su cercanía y amistad con la familia, además de por su profesionalidad, acumuló, a lo largo de los últimos años, puestos claves tanto en el grupo como en sus participadas. Tal vez el más relevante sea el de haber sido consejero delegado del Santander, entre 1988 y 1994, antes de la fusión con Central Hispano.

    Siempre que Emilio Botín antes y Ana Botín ahora, necesitan controlar de cerca operación, filial o negocio recurren a Echenique. Los ejemplos son numerosos. Así fue con Vallehermoso, por ejemplo, la mayor inmobiliaria de España en la década pasada y cuya presidencia fue ocupada por Echenique sustituyendo en ella a Amusátegui.

    La llegada de Ana Botín a la presidencia del grupo financiero no hizo más que reforzar a Echenique. Mientras otros miembros de la llamada vieja guardia abandonaron el consejo y la directiva del Santander, Echenique no sólo conservó la vicepresidencia sino que, desde 2015, también es presidente de Santander España, uno de las estructuras más apreciadas.

    Fue el negociador del grupo en Abengoa, como lo fue en Metrovacesa, cuya presidencia ocupó en 2015 y abandonó cuando ya se había consumado su fusión con la socimi Merlin, que también lideró durante algunos meses. Así mismo, fue el hombre clave en NH Hoteles, de cuyo consejo dimitió tras salir el banco del capital.

    Con estos antecedentes no es de extrañar que Ana Botín haya confiado en él para asegurarse que la integración con el Popular se realiza en el tiempo previsto y con éxito. Uno de los objetivos principales del Santander es conservar los clientes del Popular, sobre todo las apreciadas pymes, y cortar de raíz la fuga de depósitos que asoló a la entidad las semanas previas a su intervención.

    Pero no todo son resultados comerciales. En el Santander son conscientes de que deben contar con la gente del Popular, desmoralizada tras meses de cambios, guerras en el consejo, el ERE que se llevó al 20% de la plantilla, desplomes bursátiles y, finalmente, el abrupto final de la entidad. Prueba de este espíritu integrador es la composición del comité de dirección, donde son mayoría los directivos procedentes del Banco Popular.