La banca pierde desde máximos el 54% de su valor histórico y el 34% de su beneficio
- La capitalización ha caído desde máximos en 140.000 millones y las ganancias en 13.600 millones
A cierre de 2015, los bancos que operan en España contaban con más de 12.300 oficinas, lo que supuso una reducción de más del 5 por ciento con respecto a la cifra de 2014 y el nivel más bajo desde 1979, según se desprende del Anuario de la Banca de 2015 publicado por AEB. La amenaza de las firmas fintech y el rechazo de los clientes a acudir a las oficinas, unidos a unos tipos de interés que presionan a la baja los beneficios del negocio han hecho que uno de los principales focos del sector se haya situado sobre la reducción de costes.
El sector añora su época más dorada; cuando las firmas del segmento alcanzaron su capitalización más alta, de 256.000 millones. Desde entonces se han dejado casi 140.000 millones de valor en el parqué -a día de hoy valen un 54 por ciento menos que en máximos- y desde su pico de beneficios las ganancias han retrocedido un 34 por ciento, en 13.600 millones de euros.
Con un entorno en el que los precios del dinero están por los suelos y del que no se va a salir pronto -el mercado descuenta que los tipos no subirán en el Viejo Continente hasta dentro de 55 meses- todas las miradas se centran en la capacidad de la banca para reducir sus costes, ya que las perspectivas del crecimiento del crédito son cada vez peores.
"Los bancos españoles permanecen centrados en reducir los costes para compensar la presión sobre los beneficios que probablemente continuará en 2016", explican desde Fitch. Según los datos del BCE, el número de habitantes por cada oficina en España se sitúa en torno a las 1.200 personas, "uno de los más bajos de los países de la eurozona, lo que sugiere que la sobrecapacidad es todavía alta y que los recortes de costes todavía están muy atrasados", concluyen desde la agencia de calificación.
Una de las esperanzas que tenían las entidades es que el crédito comenzase a crecer tras muchos años deprimido, pero las perspectivas que manejan los expertos no dejan de empeorar. Desde Morgan Stanley esperan que los préstamos decrezcan un 1 por ciento en 2016, se mantengan planos en 2017 y no empiecen a crecer hasta 2018 -y que lo hagan a un tímido 1 por ciento-.
"Una generación sólida de ingresos ha sido uno de los principales conductores de que las rentabilidades históricas de la banca en España hayan estado por encima de la media. Sin embargo, las perspectivas actuales son malas y el reflejo de unas oportunidades de crecimiento limitadas y la presión en los márgenes", indican en Berenberg.
Uno de los motivos por los que los expertos no esperan que el crédito crezca durante los próximos años en el país es el excesivo endeudamiento que aún existe en el sector privado español. En 2015, el endeudamiento privado sobre el Producto Interior Bruto se situó en el 180 por ciento -una sensible caída con respecto al pico del 230 por ciento alcanzado en 2010-. "Con este contexto, solo esperamos un modesto crecimiento del crédito en los próximos tres años", explica el equipo de análisis de Barclays en su último informe sectorial.
Y es que uno de los temores que se ha instalado dentro del sector es que las empresas y los hogares continúen usando su dinero para pagar deudas, en lugar de consumir o llevar a cabo inversiones. Además, aunque la demanda de crédito empiece a crecer, lo hará desde una posición muy baja. "Creemos que aún estamos a un largo camino de alcanzar los niveles que permitan a los nuevos créditos compensar las amortizaciones de préstamos", indican desde Berenberg. "Los bancos tendrán que trabajar duro para compensar las débiles perspectivas de la cifra de negocio en los próximos años. Mercados difíciles como el italiano y el español deberían ver los beneficios compensados con un retroceso en los costes por préstamos impagados y la sostenibilidad de las ganancias es el mayor reto del sector", concluyen, por su parte, en UBS.
Sin rentabilidad
Con las previsiones de ganancias sumergidas en una caída constante -en doce meses las perspectivas de beneficio del conjunto del sector han retrocedido un 29 por ciento (sin contar a Popular, con pérdidas por provisiones)-, la rentabilidad esperada no deja de resentirse.
Uno de los objetivos más repetidos los últimos años es alcanzar una rentabilidad sobre el capital (ROE) del entorno del 10 por ciento, pero las previsiones no dejan de caer. De hecho, durante los dos próximos ejercicios solo se espera que Bankinter logre alcanzar esos niveles de eficiencia y que BBVA se quede cerca, al establecerse en el 8,8 por ciento en 2018.
?Creo que hay mucho interés por saber por qué la rentabilidad de la banca española es tan baja. La explicación habitual es que el mercado necesita otra ola de consolidaciones. Está demasiado atomizado, lo que lleva a las pequeñas entidades a unas estructuras de costes que no son de escala y que resultan ineficientes, lo que reduce el poder de fijación de precios?, explica Johan De Mulder, analista de Bernstein.
A este escenario no ayuda la decisión de Reino Unido de abandonar la Unión Europea. Según los datos de Wells Fargo, la exposición de la banca española al Reino Unido triplica la media de la Unión Europea. Así, las rebajas en las estimaciones no se han hecho esperar. Desde Goldman han reducido sus perspectivas para el sector para el año que viene en un 12 por ciento "para reflejar la exposición a Reino Unido de Santander y unas menores expectativas para la cifra de negocio en España". En esta misma línea, en Morgan Stanley han recortado sus perspectivas de facturación para las entidades del país un 4 por ciento en 2017 y un 5 por ciento en 2018, "lo que se traduce en un recorte del 15 por ciento en el beneficio neto en 20182.
Los peor parados
En este contexto de dificultades para el sector, la banca ha arrastrado a la bolsa española. El peso de las entidades en el Ibex 35 roza el 27 por ciento y el selectivo se deja en los últimos 12 meses un 24 por ciento, 7 puntos porcentuales más que Europa. "La banca española lo ha hecho peor que el sector en Europa a lo largo de 2015 y la tendencia ha persistido hasta ahora este año", explican desde UBS, donde aseguran que "gran parte de la caída en la valoración de las acciones españolas se debe a la banca".
Sin embargo, algunas entidades han salido mucho mejor paradas que otras. Bankinter se ha convertido en el ganador indiscutible de la crisis: su valor en bolsa está solo un 22 por ciento por debajo de su récord histórico y este año batirá sus ganancias máximas logradas en 2015: se esperan beneficios de 441 millones de euros.
En el otro extremo se encuentra Banco Popular. Después de completar una ampliación de capital de más de 2.500 millones de euros que el mercado pedía a gritos y que se realizó en el momento justo -el Brexit dinamitó después el mercado y para la segunda mitad del año la incertidumbre no parece que se vaya a disipar debido a las elecciones en Estados Unidos-, la entidad registrará fuertes pérdidas este año debido a las provisiones y para el año que viene se prevén ganancias de 609 millones de euros, lo que supondría quedarse un 52 por ciento por debajo de su beneficio histórico de 2007.
Además, ha perdido el 75,2 por ciento de su capitalización desde que ese mismo año alcanzase un valor en el parqué de casi 19.500 millones de euros, frente a los menos de 5.000 millones actuales.