Banca y finanzas

Nueve cotizadas, al borde del abismo en el último año

    Logo de Codere, una de las empresas


    Las duras condiciones de refinanciación de la banca han obligado a firmas del mercado como Codere, Sniace, Reyal Urbis o Pescanova a declararse en concurso y preconcurso de acreedores para evitar la quiebra.

    "Es un momento fantástico para España, llega dinero de todas partes". Emilio Botín, presidente del banco Santander, celebró con estas palabras el renovado interés de los inversores internacionales por las empresas españolas. Un chorro de liquidez y entusiasmo que no termina de contagiar al sistema financiero español que, ante las nuevas exigencias de provisiones y la crisis tan prolongada, sigue reticente a refinanciar la deuda de la gran industria nacional.

    Así, y pese a los brotes verdes avistados por el Gobierno, el plante de la banca ha provocado una nueva oleada de concursos de acreedores que ha colocado a nueve firmas cotizadas, que suman deudas de 11.000 millones de euros, al borde del abismo en los últimos doce meses. Entre ellas se encuentran Sniace, Service Point Solution, Codere, Pescanova, Vértice o Reyal Urbis. En total, 9.660 empresas y familias se declararon en concurso de acreedores en 2013, un 6,5 por ciento más que en 2012, según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Las compañías son las que más han sufrido a lo largo del año pasado con un aumento de las suspensiones de pagos del 10,4 por ciento hasta las 8.934 quiebras.

    Las condiciones y garantías que exige la banca ahora son mucho másduras, lo que está obligando a que las empresas presenten concursos y preconcursos de acreedores para ampliar los plazos de negociación y evitar la quiebra. Un destino a veces inevitable pese a los expedientes de regulación de empleo (ERE), los planes de recompra de deuda, las ampliaciones capital y las ventas de activos planteadas por las firmas para tratar de reestructurar su pasivo. "No es posible mantener empresas sin un negocio claro para que al cabo de un tiempo estallen", aseguran desde el sector financiero.

    La Seda de Barcelona es una de las sociedades que no ha sobrevivido al concurso de acreedores. La compañía, con una deuda de 868 millones de euros y unas pérdidas de 215 millones de euros entre enero y septiembre de 2013, acordó la disolución de la sociedad el pasado 30 de enero al no lograr un acuerdo de refinanciación con sus acreedores y después de que su principal accionista, BA Vidro, vetara la entrada del fondo estadounidense Anchorage en el capital con la conversión de 100 millones de euros de deuda en títulos.

    En estado "crítico"

    Por su parte, Pescanova, que entró en concurso de acreedores el año pasado, se declaró ayer en "estado crítico". El presidente de la pesquera, Juan Manuel Urgoiti, avisó de que la situación de la firma es "muy complicada y crítica" y que la falta de acuerdo dentro del plazo tendrá como consecuencia "la entrada en liquidación". La banca y los accionistas llevan varios meses negociando sin éxito una quita de la deuda de más de 4.200 millones de euros que arrastra la firma y una inyección de capital para lograr mantenerla a flote. Las entidades acreedoras que integran el pool negociador "Sabadell, Popular, Bankia, NGC, Caixabank, Banco Santander, BBVA y la italiana UBIB" han rechazado la quita del 80 por ciento de la deuda propuesta por Damm mientras plantean una del 60 por ciento y capitalizar el resto.

    La última firma cotizada en declarar el concurso de acreedores ha sido Service Point Solution. La compañía debe 111,7 millones de euros y cerró los nueve primeros meses del año 2013 con unos números rojos de 3,72 millones. El grupo que presidía Jose Manuel Arrojo "dimitió hace cinco días" achaca su caída a la negativa de los bancos a aceptar su proyectos de reestructuración financiera basada en la búsqueda de inversores. Service Point Solution, que presta servicios de impresión y de gestión documental, presentó tres alternativas a las entidades (entrada de un grupo italiano con 15 millones o ampliaciones de capital de hasta 25 millones) que, lejos de ser aceptadas, han llevado a la banca a exigir la ejecución de las garantías, que son las filiales de Noruega, Reino Unido o Suecia.

    Problemas con el Estado

    Además de la banca, las empresas tienen otro gran escollo que superar en los procesos de refinanción: el Estado. Vértice declaró el preconcurso de acreedores a principios de año debido a la incapacidad de afrontar sus vencimientos. La productora asegura que la mitad de su deuda (13,45 millones) la tiene con Hacienda y la Seguridad Social y que su viabilidad depende de que la Agencia Tributaria modifique el actual calendario de pagos, ya que es "imposible cumplirlo". Por su parte, Sniace achaca su caída a los infiernos a la reforma eléctrica.

    Aunque ningún sector se ha librado de la crisis, el ladrillo sigue siendo el más afectado por las quiebras, que representan el 26,6 por ciento del total. En el último año, la sequía crediticia y el hundimiento de las ventas se ha llevado por delante a las inmobiliaria Fergo Aisa, Renta Corporación y Reyal Urbis. Tras dos acuerdos de refinanciación que no sirvieron de mucho, la banca finalmente ha dejado caer a Reyal Urbis, con una deuda de 3.492 millones, siendo el Estado el principal acreedor. Fuera del mercado, dos grandes grupos están en apuros: Fagor y Eroski, que quiere cerrar ventas in extremis para evitar caer en suspensión de pagos.