Banca y finanzas

¿Por qué no debe caer nadie? Europa repite con la banca española los mismos errores que con Grecia



    ¿Por qué Europa no consigue de ninguna manera que el mercado recupere la confianza en los bancos? La respuesta es clara: ha abierto la puerta a que los inversores pierdan dinero. Una situación muy similar a la que se dio al principio de la crisis, cuando anunció que el sector privado tendría que asumir pérdidas en deuda soberana griega. El mismo error de Europa para afrontar los problemas soberanos griegos y los de la banca española.

    Al menos esa es la idea que transmite Christopher T. Mahoney, exvicepresidente de la agencia de calificación Moody´s, en un análisis en Project Syndicate que muestra los problemas de percepción que las autoridades tienen de los mercados y los problemas de la estructura actual de la Eurozona.

    "Dado que los bancos están altamente apalancados, son inherentemente ilíquidos y analíticamente opacos, la confianza de los depositantes solo se puede mantener con la expectativa de un prestamista de última instancia y una autoridad estatal dispuesta al rescate. Estos mecanismos son la razón por la que los bancos nunca hacen default en sus depósitos", explica Mahoney, que recuerda que ningún banco europeo ha impagado desde que comenzó la crisis.

    El problema es que estos mecanismos dependen de la voluntad y la capacidad de los Estados para rescatar a sus bancos. "Esto se ha puesto ahora en cuestión en la Eurozona porque un número de países no tienen recursos para mantener la solvencia del sistema, algo que el BCE (el que debería ser prestamista de última instancia) requiere como precondición para prestar dinero a la banca. Este problema es más grave en España, de ahí el rescate de 100.000 millones".

    Sin garantía del Estado, la banca es basura

    Los gobiernos no suelen ofrecer garantías de que la banca siempre será rescatada, aunque existan de manera implícita. Y llos reguladores quieren algo de disciplina de mercado, lo que crea suficiente ambigüedad como para castigar a los bancos más débiles.

    Sin embargo, la Comisión Europea (en una postura radicalmente opuesta a la que tomó EEUU tras la quiebra de Lehman Brothers) ha decidido presentar un plan para que se puedan liquidar bancos. Y esto implica que los inversores y tenedores de bonos bancarios (e incluso depositantes institucionales) puedan perder parte de su dinero en el futuro.

    "Esto llega en medio de la mayor crisis financiera de la Europa moderna. En el mismo momento en el que Europa remueve cielo y tierra para restaurar la confianza del mercado en sus bancos, la Comisión ha salido con un plan para permitir que los bancos hagan default en su deuda senior e incluso en los depósitos no garantizados. Esto significa que ahora los potenciales compradores de obligaciones bancarias se enfrentan al riesgo de que, en caso de un rescate bancario, ellos se enfrentan a pérdidas".

    Lo mismo que pasó cuando Europa (a instancias de Alemania) insistió en que los tenedores de bonos griegos asumieran pérdidas durante la primera fase de la crisis de la Eurozona. Dos hechos que se habían dado por supuestos, que los Estados no quebraban y que sus bancos tampoco, algo que fomentaba la estabilidad del sistema, ya no es así. EEUU, pero también Reino Unido, han tomado caminos distintos y, a pesar de que siguen teniendo problemas, no sufren la inestabilidad que reina en la Eurozona.

    Ante esto, Mahoney puntualiza que un analista de bonos bancarios europeos debe analizar primero la solvencia del banco; segundo, la solvencia del Estado; tercero, la probabilidad de que un gobierno y/o sus bancos serán recapitalizados por la UE en el caso de que el gobierno sea insolvente; y cuarto y último, el riesgo de que en caso de una recapitalización se impongan pérdidas a los bonistas (aquí es donde cobra importancia el debate sobre la subordinación de los inversores en el rescate de España).

    "Uno debe preguntarse: ¿puede alguien considerar añadir un título como este a las carteras de sus clientes excepto como pura especulación con un interés proporcionalmente especulativo?".

    Esto nos ayuda a entender por qué los bancos más débiles, como Bankia, cotizan como basura, con unos bonos que se intercambian con rating implícito de Caa1, es decir, en riesgo de impago. Y todo ello pese a los 19.000 millones que va a recibir del Estado: el mercado no tiene confianza en Bankia.

    Según Mahoney, parece que Europa tiene dos deseos: por un lado, recuperar la confianza en los sistemas bancarios de la Eurozona. Por otro, asegurarse que los bancos débiles de los países más débiles de la Eurozona nunca puedan volver al mercado, convirtiéndose en pupilos permanentes de Europa. "Empiezo a entender la frustración de Mario Draghi (presidente del BCE) con sus 'socios' europeos", concluye.