Banca y finanzas
Los bancos ingresan un 5,5% más por las comisiones al comercio en pagos con tarjeta
Las entidades facturaron 930 millones el año pasado pese a ajustar las tarifas a las tiendas
Eva Contreras
El avance en el uso de las tarjetas para pagar tiene réditos directos en los ingresos de la banca. Las comisiones obtenidas por las entidades cada vez que un comercio permite a sus clientes utilizar el dinero de plástico frente a alternativas como el efectivo permitió al sector incrementar la facturación por estas operaciones un 5,51% interanual durante 2024 y obtener 928,95 millones de euros.
Son los ingresos ligados a las llamadas tasas de descuento y que corresponden al cobro repercutido al comercio por cada abono con tarjeta del consumidor frente a los 880,45 millones contabilizados en 2023. Por tipo de transacción, los ingresos aumentaron un 3,92% en las compras soportadas con tarjetas de particulares, que reportaron 796,89 millones; y crecieron un 16,25%, hasta 132,06 millones, en las tarjetas corporativas o de empresas, según estadísticas del Banco de España.
Las tarifas promedio suelen ser superiores para las tarjetas corporativas que en las emitidas para particulares y en las operaciones de crédito frente a las de débito, sin que haya una tarificación estandariza. De acuerdo a las mismas estadísticas, la tasa de descuento media osciló a finales de 2024 entre el 0,5537% para cada compra abonada con tarjeta de crédito de empresa y el 0,2886% en las realizadas a débito por tarjetas de particulares.
El recargo unitario no es lineal ni fijo. Depende del tipo de actividad y, sobre todo, de la relación que tenga el banco con cada cliente-comercio, ya que TPV –terminal punto de venta– es un servicio clave de fidelización y puede abaratarse su tarifa si el establecimiento estrecha ese vínculo con la contratación de otros servicios y productos, y la tasa puede variar también en función de si realiza o no un volumen elevado de operaciones.
En los últimos años se ha producido, en cualquier caso, un abaratamiento generalizado por la rivalidad para captar clientes-comercios, pymes y todo de negocios, incluso de autónomos. La tasa de descuento media bajó en 0,03 puntos porcentuales durante 2024, hasta el 0,37%. Compara positivamente con el el 0,41% existente antes de la pandemia y baja hasta en 0,24 puntos porcentuales en una década frente al 0,61% que representaba en el año 2014 (en 2002, cuando el Banco de España inició la serie histórica, era del 1,59%).
Por sectores, en el último año descendió en 0,04 puntos porcentuales en operaciones en transporte de viajeros (se redujo del 0,80 al 0,76%), pero también subió de forma idéntica en agencias de viaje, desde el 0,64 al 0,68%. En una década la tarificación se ha reducido el 50% o más en todos los sectores: por ejemplo, en supermercados de alimentación ha caído del 0,37% al 0,23%; en el resto de supermercados del 0,42% al 0,25%; en gasolineras del 0,55% al 0,31% y en restaurantes del 0,84 al 0,50%. Quizá la única excepción es en hoteles, locales con alta presencia de tarjetas internacionales y donde la tasa de descuento escala desde una media del 0,77% al 0,98%.
Un 50% inferior a 2014
El empuje de los ingresos está ligado al éxito de las tarjetas como medio para abonar compras y servicios. Y es que el número de operaciones abonadas con dinero de plástico creció un 9,54% interanual el pasado año, con 9.208 transacciones realizadas a través de TPVs o 25 millones al día. En conjunto realizaron operaciones por valor de 271.528,9 millones de euros, un 6,29% más.
El diferencial de crecimiento es indicativo de que cada vez se utiliza la tarjeta para abonar compras de menor importe. La cuantía que pagaron sus titulares el pasado año supone el doble de 2017 (se abonaron 135.246 millones de euros con tarjetas) y el triple que en 2007 (89.395,89 millones). La disposición de efectivo en cajeros automáticos creció un 2,08%, con 127.585,9 millones de euros.
El empuje del comercio electrónico favoreció que engordarse también un 6,22% el parque de TPVs instalados, que se aproxima a 2,69 millones, cuando antes de la pandemia era inferior a los 1,95 millones. El censo de cajeros se redujo un 0,21%, hasta 43.172 –su pico lo alcanzó en 2008, con 61.714 terminales, y no ha dejado de disminuir desde entonces–.