La empresa familiar pide evitar la regulación excesiva: "Todo tiene un límite"
- El presidente del IEF avisa del riesgo de no permitir a las compañías ser competitivas
Eva Contreras
Las compañías sufren una sobrecarga de regulación que nada ayuda en la carrera por la competitividad. Es el principal mensaje que trasladó este martes el presidente del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), Ignacio Rivera, durante "XXVII Congreso Nacional de la Empresa familiar" organizado por el IEF junto a Banco Santander y KPMG".
"Si ya hemos avanzado en medidas medioambientales, en medidas salariales, en medidas impositivas.., yo creo que las cosas tienen un límite, que no podemos avanzar en todo a la vez y que además tenemos que competir y tenemos que ser competitivos", elaboró, alertando de que "hay otros continentes que compiten con nosotros" y eso entraña un riesgo de perder paso cuando lo aconsejable sería "analizar cuáles son sus reglas" para avanzar.
"Lo que no podemos ser es pasarnos de rosca, si me permitís la expresión", remachó. El también presidente ejecutivo de Hijos de Rivera, la empresa propietaria de Estrella Galicia, abogó por alcanzar "grandes acuerdo" enfocados a fomentar una competitividad empresarial que permita "converger en Europa".
Al respecto reconoció que los diferentes partidos políticos "tienen sus discrepancias", lógicas, pero se mostró esperanzado en labrar dichos acuerdos porque "también he visto muchísimas afinidades". "Creo que es importante que intentemos tener un consenso en nuestra sociedad porque indudablemente estamos en un momento delicado", alentó en alusión al complicado momento geopolítico, "un poco de crisis de valores" con las guerras y el desafío que presentan otros mercados ya entrando en materia directa empresarial.
Ensalzó la buena base porque el país que ha hecho, por ejemplo, "una transición medioambiental extraordinaria", ha multiplicado en los últimos años por diez la renta per cápita o las compañías se han internacionalizado "más que nunca". "Hemos llegado a una sociedad de bienestar. Nos preocupan las personas y en la empresa familiar española nos preocupan los salarios de las personas y esto también lo hemos construido a base de una de una presión fiscal alta", agregó sin querer polemizar por el marco tributario.
"Los empresarios también estamos para pagar impuestos y está muy bien que paguemos impuestos porque esto genera un bienestar social", señaló de un lado, aunque por otro lado expuso que la alta presión fiscal dificulta la competitividad cuando se junta con el resto de requerimientos. "Lo que no podemos tener es la mayor presión fiscal y la mayor complejidad en las medidas normativas en cuanto a envases, en cuanto a mil cosas que nos están regulando. A veces España quiere ir por delante de Europa y ya Europa va por delante de otros continentes. Si encima España va por delante de Europa, pues bueno, vamos a perder competitividad y eso no es bueno", aclaró en una reunión posterior con prensa.
Durante su intervención en el Congreso defendió que las empresas familiares españolas "son las mejores del mundo", resaltando la contribución al desarrollo de las regiones de origen de las compañías como lo ilustra Galicia con Inditex, o que "las mejores compañías hoteleras del mundo" sigan en Palma de Mallorca.
Rivera aseguró que, aunque el futuro "no está fácil" sino "lleno de desafíos", las "empresas familiares están más vivas que nunca" y presentan "mucha hambre" por desarrollar sus proyectos, competir y crecer. "Cuanto más grandes sean nuestras compañías pues muchísimo mejor y más impacto positivo generaremos", apuntó, confiando en la importancia de que "lo entiendan nuestros políticos y no nos pongan más difícil de lo que es ya hoy el día a día".
Como ejercicio alentó una "reflexión" sobre el hecho de que el 25% del capex mundial se encuentre en manos de fondos de inversión o private equity, cuya visión es a medio y corto plazo, frente a los proyectos longevos y arraigados al territorio y pegados a las personas que impulsan las empresas familiares.