Aragón
Llega Glassear, el primer dispositivo de realidad mixta de bajo coste para interactuar por voz, manos o vista
Eva Sereno
Zaragoza,
La empresa zaragozana Deusens –especializada en realidad aumentada, virtual y mixta-, distribuye este dispositivo que ha sido desarrollado por el joven barcelonés autodidacta Bruno Moya. Una gafas que compiten con las HoloLens y Magic Leap y que ofrecen una excelente experiencia de usuario a un menor coste, además de abrir múltiples posibilidades de uso en el ámbito empresarial.
La realidad mixta es todavía novedosa para muchas personas y compañías, aunque cada vez es más utilizada por las empresas para aplicarla en sus diferentes ámbitos de actividad. Sin embargo, para una mayor implantación, existen algunas barreras como el elevado coste de los dispositivos -suelen superar los 5.000 euros-, siendo necesario avanzar en su democratización.
Un problema al que se le pone solución con Glassear, que es el primer dispositivo de realidad mixta en primera persona a tiempo real que se lanza al mercado y que es de bajo coste.
Este producto, que distribuye la empresa zaragozana Deunsens y que ha sido desarrollado por el joven barcelonés Bruno Moya, presenta además otra serie de ventajas en comparación con las gafas de realidad mixta que se comercializan en la actualidad y con las que compite como las HoloLens y las Magic Leap. "Hay dispositivos que son más caros que Glassear, pero tienen las mismas características", explica Bruno Moya, desarrollador de este producto a elEconomista.es
Gracias a su bajo coste, cualquier persona puede disfrutar de la realidad mixta y cualquier empresa puede aplicarla en su actividad. "Permite tener muchas aplicaciones en la industria", aunque se puede utilizar en otros campos como, por ejemplo, el educativo. "El cliente decide qué hacer con ellas. Tienen mucho potencial" porque es un producto customizable.
Aparte de ese menor coste, este dispositivo ofrece una experiencia de realidad mixta en la que se permite interactuar con la voz, las manos y la vista, lo que abre aún más las puertas a más posibilidades de empleo.
Con Glassear, la persona interactúa con los objetos, consiguiendo una experiencia que es mucho más real e inmersiva porque se reconoce el espacio y el usuario sigue siendo consciente del entorno que le rodea.
De hecho, la interacción se realiza manera natural con los hologramas generados como si se trataran de los objetos de la realidad "porque se interactúa con lo que ves en cada momento. Los hologramas coexisten con la realidad", ya que las gafas superponen elementos virtuales sobre la realidad que se ve.
Otra de sus ventajas es que no funcionan solo con una app. Cualquier aplicación web existente de control de datos o manuales sobre maquinaria, entre otras, podrían convertirse en una app funcional en Glassear OS para mejorar la productividad y eficiencia del trabajador. Incluso, es posible generar aplicaciones a medida si es necesario.
El funcionamiento de Glassear es sencillo, además de ser una herramienta muy fácil e intuitiva. Tan solo es necesario abrir la pestaña superior de la gafa para colocar el dispositivo móvil en su parte frontal con la aplicación ya abierta, siendo preciso que la cámara quede colocada en la apertura del casco para que capte y muestre al usuario el entorno real que le rodea. Glassear tiene un campo de visión de 45 grasos vertical y de 75 grados horizontal.
Ahora, tras el lanzamiento del dispositivo, comienza una segunda fase centrada en el desarrollo de software para seguir avanzando en esta tecnología "que es el futuro y que a mí me parece fascinante", añade Bruno Moya, quien empezó a trabajar desde la ESO para un proyecto para una exposición en el colegio que, finalmente, se ha convertido en este novedoso dispositivo.