Aragón

Frutas y verduras resistentes al estrés hídrico


    Eva Sereno
    Zaragoza,

    El Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario (IMIDA) lleva a cabo varias líneas de investigación para conseguir cultivar frutas y hortalizas con la menor cantidad de agua posible y que sean capaces de resistir al cambio climático, tratando así además de responder a las particularidades del clima de la región. Algunas de las variedades ya están en el mercado.

    El cambio climático y la falta de recursos hídricos están introduciendo importantes modificaciones en muchos cultivos, siendo además líneas de investigación clave en centros e institutos de desarrollo agrario con el fin de dar respuestas y soluciones al campo. "Muchos de los proyectos de investigación giran en torno al problema del cambio climático y la escasez de agua", según ha explicado Luis Navarro, director de IMIDA (Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario), que centra su actividad en investigar en agricultura, ganadería, enología y acuicultura.

    Precisamente, dentro del sector agrario, el IMIDA está desarrollando una importante actividad en solucionar problemas que afectan a España y a Murcia, en particular, por su clima diferenciado en cuanto a temperaturas, además de la falta de agua. Las investigaciones se centran así en buscar cultivos y variedades que mejor se adapten a la subida de la temperatura porque influye en el proceso de maduración de los frutos.

    En esta línea se está trabajando en variedades de fruticultura, horticultura y en uva de mesa y vinificación para "cubrir el mayor número de meses en los que se ofrecen estos productos para que no caigan los precios en el mercado", no se pongan en riesgo estos cultivos en consecuencia, y estén disponibles durante más tiempo para el consumidor.

    Así se consiguen "más beneficios para el agricultor y cubrir con producción propia las fechas en las que se tiene que acudir a los mercados exteriores para cubrir la demanda". Esta línea de investigación ya ha dado buenos resultados con fruta de hueso y cítricos, además de haber conseguido 16 variedades de uva de mesa sin semilla, de "calidad espectacular".

    En relación a la falta de agua, IMIDA está estudiando el estrés climático para que no baje la producción ni la calidad. "Es conseguir mantenerlas, pero disminuyendo el aporte de agua". Aquí también se han logrado buenos resultados en fruta de hueso, habiéndose registrado 16 variedades de, por ejemplo, melocotones rojos o el paraguayo Siroco 5, entre otros, ya presentes en el mercado. El trabajo "es largo. Se hacen cruzamientos que tienen las características que buscamos y se ven los que van dando los mejores resultados. Requiere años de trabajo. Hacemos todo a gusto del consumidor y no solo del español, porque exportamos a Europa, que tienen diferente gusto. El investigador trabaja en la línea que el mercado demanda".

    En el campo de las frutas, hortalizas y verduras, IMIDA desarrolla otras líneas como la protección de cultivos como, por ejemplo, el tomate y el pimiento en las que "hemos encontrado variedades resistentes a nemátodos. Es importante para la agricultura porque preocupa la plaga y no se sabe cómo atajarla porque la normativa europea es restrictiva en fitoquímicos. Estamos buscando elementos que protejan los cultivos y no haya problemas medioambientales ni para el consumidor con fotoquímicos naturales".

    Además, IMIDA -que suma más de 80 proyectos en desarrollo en la actualidad con financiación europea, estatal, autonómica y de empresas-, ha obtenido recientemente un proyecto LIFE de más dos millones de euros para, durante cuatro años, avanzar en la recuperación de productos contaminantes del agua. Una línea con la que continuará con los avances logrados con el anterior proyecto Aquemfree, de descontaminación en finca de aguas residuales con productos fitosanitarios procedentes de remanentes, enjuagues y limpiezas mediante fotocatálisis solar.

    Poner en valor las razas autóctonas

    La ganadería es otro de los ejes centrales de actividad de IMIDA, que está trabajando, entre otros proyectos, con las razas autóctonas como la cabra murciano-granadina y cerdo chato murciano "para que no se pierdan". Con un proyecto europeo, se ha recuperado el cerdo chato murciano. "Existía solo como por capricho de algunos ganaderos, pero hemos conseguido que pase de estar prácticamente en peligro de extinción a tener ahora un número importante de unidades y a crear productos derivados".

    "Esta raza es de carne muy buena. No se veía con tanta rentabilidad por el tamaño pequeño del cerdo y se iba abandonando, aunque tiene más calidad que otras razas. Se ha convencido a las explotaciones de sus bondades y a través de nuestro Banco de Germoplasma se les ha proporcionado esperma" para aumentar la cabaña. El resultado es positivo porque se están comercializando productos derivados de este cerdo como embutidos o jamones, ya se trabaja en empresas distribuidoras y también se sirve en restaurantes.

    IMIDA, que tiene 85 investigadores en el centro -entre doctores, licenciados y grado medio-, más personal de apoyo a la investigación, desarrolla otras líneas de acción en acuicultura para lo que cuenta con el centro de recursos marinos de San Pedro del Pinatar, y en enología con la bodega experimental en Jumilla donde se investiga en variedades para la vitivinificación para mejorar sus características, entre otras.

    Entre gusanos de seda y pulpos

    IMIDA trabaja en la recuperación del cultivo del gusano de seda, que fue muy importante en la región. De hecho, todavía existe en Murcia la colección de morera más importante de España. Ahora, se buscan otras utilidades, aprovechando el gusano, la mariposa y el capullo de seda. Son líneas de investigación que permitirían pasar de un cultivo experimental del gusano de seda a crear toda una industria para cultivarlo.

    Ya se han hecho patentes para cosmética y se investiga en otras aplicaciones para Biomedicina partiendo de la fibroína, que se obtiene del gusano de seda. Con ella se fabrican mallas estériles que permiten el depósito de células madre para la creación de tejidos.

    Una línea en la que se colabora con hospitales de Murcia y de otras autonomías para regenerar tejidos quemados o dañados. Además, se pueden unir varias mallas para fabricar tendones artificiales para su uso en Traumatología. La investigación se centra a su vez en nanopartículas para encapsular medicamentos para tratamientos localizados.

    Otra de las líneas más novedosas de IMIDA se centra en el pulpo, siendo uno de los pocos institutos que aborda este campo. "El pulpo es un animal muy difícil de mantener en cautividad y su alimentación es complicada. Trabajamos en buscar piensos que sean asumidos por el animal, permitan su cultivo en granjas y se obtengan importantes beneficios porque, actualmente, el pulpo es muy consumido y tiene un precio elevado".

    De momento, se han obtenido resultados positivos al conseguir que el pulpo crezca con un tamaño similar al salvaje, pero se sigue investigando en la cantidad de pienso precisa y más apropiada para un engorde satisfactorio.