Aragón
La resistencia al cambio y los costes frenan el salto a la Industria 4.0
Eva Sereno
El 50% de los directivos del sector industrial cree que hay tecnología disponible para abordar la transformación digital en la empresa. Sin embargo, hay factores que frenan este salto a la Industria 4.0. La resistencia al cambio y los costes son los principales.
Hasta el 45% de la actividad industrial permite incorporar soluciones drásticas y de cambio y el 50% de los directivos del sector industrial creen que hay tecnología suficiente para poder abordar la transformación digital en la empresa.
Sin embargo, España todavía va lenta en este salto a la Industria 4.0. Y, "¿dónde está el problema? En la resistencia al cambio y en los costes. Es una combinación de ambos factores", según ha explicado Pascual Dedios-Pleite, director de la Factoría Digital de Siemens en el transcurso de su conferencia 'Industria 4.0 Acelerando la competitividad', que ha tenido lugar dentro de la jornada 'Tendencias de mañana para dirigir hoy. Tecnología omnipresente, cuestión de supervivencia', que ha organizado la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) en CaixaForum Zaragoza.
De hecho, el 22% de los casos se corresponde con la resistencia al cambio, mientras que el 21% se debe a los costes, siendo los dos principales factores que frenan ese salto a la Industria 4.0.
Dentro de la resistencia al cambio confluyen además una serie de aspectos que comprenden desde el gap generacional al entendimiento digital, los problemas de legacy y la falta de competencias básicas de los empleados.
La barrera de los costes se explica porque "la tecnología cuesta dinero" y "se concibe como un reto externo junto con la falta de oferta adecuada en el mercado".
Además de estos dos factores que son los principales, también hay un tercero que tiene una especial incidencia. En un 13% este freno a la Industria 4.0 se debe a la técnica o falta de competencia.
Son barreras que, sin embargo, se deben superar en las industrias, que deben contar con el apoyo de las Administraciones, sobre todo, "en la compra de soluciones tecnológicas para acometer su digitalización".
El papel de las administraciones todavía tiene que ser mayor puesto que se debe preservar la importancia de la industria en la economía. "En España, me preocupa el estado de la situación económica y la industria y no solo por la transformación digital. Nuestro estatus se ha rebajado".
En concreto, el 13% del PIB es industria, perdiéndose dos puntos en los últimos años, frente al 23% de Alemania. "La industria bien gestionada es sostenible. Pero, si la industria no cambia, va a perder eficiencia y los gaps los van a aprovechar otros".
Una situación ante la que ha abogado por que "entre todos ayudemos a mantener la industria y a cambiar la agenda de los políticos para que empiecen a hablar de industria porque merece un respeto ese 13%, que debe ser valorado dentro y fuera de España".