Dina Rodh: "La fortaleza personal se encarga de gestionar las consecuencias del fracaso"
Eva Sereno
Dina Rodh, dedicada al mundo de la estética, masaje y formación, reconoce que en las experiencias en negocios anteriores fue el anfibio de la fábula "La rana y el escorpión" y que "me picaron bien. El roto económico fue gordo". Poco a poco ha conseguido salir adelante, proceso en el que su fortaleza personal y la gestión de la bondad han sido claves.
Era la administradora única de una cafetería, que se puso en marcha para ayudar a otra persona, pero todos los problemas fueron para ella.
Una experiencia de la que se está recuperando porque ese negocio le conllevó importantes problemas económicos, según ha explicado Dina Rodh a elEconomista.es dentro de la nueva edición de las Fuckup Nights en Zaragoza.
Dina Rodh reconoce que en sus anteriores negocios fue el anfibio de la fábula 'La rana y el escorpión' en la que éste le pide ayuda al anfibio para cruzar un río al no poder nadar, aceptando a ello la rana tras unos momentos previos de incertidumbre y tras tener la palabra del escorpión de que no le picaría. Pero no fue así en su caso. Y a Dina Rodh 'el escorpión' le picó y tuvo bastantes dificultades.
Además, su experiencia también se puede explicar con la fábula de 'La serpiente y la luciérnaga' en la que el reptil la persigue para comérsela, a pesar de que este animal no forma parte de su cadena alimenticia, no le ha hecho un daño previo y con tan solo la excusa de que le molesta su luz.
Tres tipos de fracasos
Una fábula con la que se recogen tres tipos de fracasos: el de la persona que hace las cosas bien y por falta de experiencia fracasa; la persona que lo hace bien, pero a la que le impiden llegar a la meta por diferentes cuestiones, personas que ponen zancadillas... y la persona que lo hace perfecto, todo funciona, hay beneficios para los empleados y todos ganan, pero las zancadillas le hacen perder la batalla y abandona por motivos de salud porque no aguanta más.
Y es que a Dina Rodh 'la serpiente' también quiso comérsela. Son situaciones que le hicieron caer inicialmente, "pero resurgí de las cenizas. Tuve depresión y me tuve que medicar. Soy fuerte, pero a veces se confunde la fortaleza con la sensibilidad. No están reñidas. Yo transmito sensibilidad, pero salí por mi fortaleza".
Dina Rodh afirma que "caí en la ruina o me dejé arruinar y pasé de ser solvente a tener deudas". Una sensación que era nueva para ella y que "me mató. Al igual que 'la luciérnaga', creí que iba a ganar la batalla a 'la serpiente' y que se agotaría. Si no hubiera sido por mi salud, hubiera seguido hasta que 'la serpiente' se hubiera agotado".
Pese a su experiencia, Dina Rodh se niega a pensar que la bondad no existe y que no hay personas buenas. "Ahí fuera hay gente buena y encuentro muchas luciérnagas. He superado todo teniendo fe".
Además, ahora es más consciente de que "cuando una persona es buena, no todo el mundo lo es con ella, como te contaban de pequeña. Pero sigo gestionando mi bondad porque creo en las sinergias y no van a pagar justos por pecadores. No puedo eliminar a los animales en el mundo como 'las serpientes' y 'los escorpiones', pero no sabía antes que 'las serpientes' tenían tanto poder ni que 'el escorpión' no iba a cumplir su palabra".