Las principales claves para emprender en un mercado global
Eva Sereno
Emprender es igual en España que en otro país. Sin embargo, de cara a poner en marcha una iniciativa empresarial en un mercado global, sí hay que tener en cuenta una serie de factores que, habitualmente, se olvidan y que son causa de fracaso.
Al emprender en un mercado global o internacional, principalmente, se tiene que prestar atención a dos aspectos: uno es la elección del mercado al que se va a destinar el producto o el servicio, mientras que el otro es la adaptación de ese objeto o artículo al mercado en el que se quiere introducir, según ha explicado José Manuel Garaña, profesor del Área Internacional del programa MDCI de ESIC, durante su intervención en la jornada "Claves para emprender en el mercado global", que ha sido organizada en Zaragoza por ESIC y la Fundación Emprender en Aragón.
Dentro de estos dos conceptos, mercado y adaptación de producto, hay que tener en cuenta además una serie de claves o de factores para que el emprendimiento se realice con éxito, según ha indicado José Manuel Garaña en declaraciones a elEconomista.es
En realidad, son un total de ocho claves que son de gran ayuda para evitar el fracaso y, por lo menos, emprender con un mínimo de garantías.
1. Cercanía. Muchas veces se tiene que tomar la decisión de ir a un mercado más lejano o más cercano. Por ejemplo, el emprendedor puede verse en la disyuntiva de tener que decantarse entre China y Argentina o Marruecos y Suecia. La solución pasa por comenzar eligiendo el mercado más cercano y con el que se tenga más afinidad cultural y se conozca la cultura.
2. Ventaja competitiva. A la hora de emprender en mercados globales se tiende a pensar que hay que reinventar el producto, pero no es lo más recomendable. Lo que hay que hacer en realidad es buscar la ventaja competitiva con la que se ha conseguido triunfar en España para ponerla en valor y destacarla como es el caso del diseño, la tecnología avanzada... No obstante, es posible que haya que hacer algunas adaptaciones. Es el caso, por ejemplo, de productos que son para desayunar, pero que en otros países se van a consumir para comer, o los diferentes usos que se puedan hacer de la ropa de temporada. En realidad, "sólo cambia el uso y la costumbre que se va a dar al producto".
3. Consumo. Otra de las claves es ir a mercados en los que se consuma el producto que queremos comercializar o implantar en ese mercado, pero siempre que no sea un país capaz de producirlo. Un buen ejemplo es el caso de Suecia en el que tiene una gran aceptación y gusta mucho la fruta mediterránea, que no pueden producir allí. Así se tiene un hueco en el mercado.
4. Internacionalizar personas. Al abordar el proceso de intenacionalización, hay que tener presente que no solo se internacionaliza la empresa, sino también las personas. "No solo hay que preparar el producto, sino también se debe preparar el emprendedor aprendiendo idiomas, otras culturas, adaptar horarios... A veces se fracasa porque se internacionaliza solo la idea y no las personas".
5. Tendencias. En la elección del país también hay que tener cuidado en qué factores se asienta la decisión de elegir el mercado. "Cuando se va a un país no puedes emprender por el momento actual, sino por las tendencias y cuando se vea que esas tendencias se van a mantener durante tres o cuatro años o más". En este sentido, hay que ser cautos con elegir países que crecen por un evento concreto, como puede ser la celebración de unos Juegos Olímpicos, o que tienen crecimientos que no son sostenibles en el tiempo. "Emprender es el ahora y el mañana".
6. Valores positivos. En relación al producto, una de las claves que se tiene que tener en cuenta es aprovechar los factores positivos que tiene España para utilizarlos porque "cada país tiene factores que le hacen fuerte y que hacen más posible el éxito si se emprende en lo que tú país es dominante, aunque luego hay también excepciones". Por ejemplo, en el caso de España, los puntos fuertes son el turismo, las infraestructuras, diseño y moda, tecnología farmacéutica...
7. Nuevos productos. Lo más aconsejable es no crear un nuevo producto, sino darle la vuelta a uno que ya funciona porque "no es tan caro. Hay que hacer una especificidad de un producto que ya existe. Darle una vuelta de tuerca". Por ejemplo, se puede optar por hacer productos orgánicos y saludables en el área de la alimentación.
8. Consumidor. Es fundamental que el producto sea transversal. Los consumidores hoy en día ya no están tan fragmentados en jóvenes o mayores, mujeres u hombres... No se busca tanto que se consuma por edad, sino por gustos socioculturales, que es una tendencia que va a romper en los próximos años. Un buen ejemplo de ello es la organización de viajes con componente deportivo como los viajes de turismo con maratones.
Y ante todo una máxima de oro para todo emprendedor: "si cuentas tu idea a tu familia, amigos, al círculo más cercano... y te dicen que no lo hagas, es el momento de hacerlo".