Aragón

Los cinco retos del sector agroalimentario para garantizar su futuro próximo

  • Industrialización, profesionalización, innovación y digitalización son algunas de las líneas de acción
  • La asignatura pendiente para las empresas es la incorporación del talento femenino
la pantalla, Cristina Gallart, secretaria general de la Asociación de Industrias Alimentarias (AIAA). En la mesa, Carlos Sánchez, director comercial de Empresas de la Territorial Ebro de CaixaBank, y Jesús Arnau, director general de CEOE Aragón.

Eva Sereno
Zaragoza,

El sector agroalimentario es estratégico en la economía española y en comunidades como Aragón en la que representa el 7,5% del PIB y el 10% del empleo -según datos de CEOE Aragón-, además de ser decisivo en las exportaciones gracias a productos vinculados con el porcino y la fruticultura, entre otros. Pese a esta importancia, "tiene que seguir ganando competitividad, responder a las exigencias del mercado, adecuarse a los cambios que se han producido con la pandemia y la modificación de los hábitos de consumo", afirma Cristina Gallart, presidenta de Fribin y vicepresidenta de la Asociación de Industrias Agroalimentarias de Aragón (AIAA).

Son cuestiones que afectan directamente al sector, que se enfrenta también a unos cambios de tendencia que todavía no están totalmente claros. Un contexto en el que su futuro parece dirigirse hacia una mayor industrialización -sobre todo en la parte agronómica-, que debe ir a su vez enfocada a la tecnificación y profesionalización, así como a la exportación que es importante para crecer en el futuro y que ha sido decisiva para paliar, por ejemplo, los efectos de la pandemia en empresas como Chocolates Lacasa, que ha logrado crecer en torno a un 20% en un año 2020 complejo por la covid-19. La internacionalización también es clave en otros sectores como el porcino, que vive un momento "dulce", que es reflejo del grado de madurez que ha alcanzado y del incremento de las ventas a países como China. Y para conseguir más presencia internacional, la formación se perfila como una de las claves para poder salir al mercado correctamente y suplir la falta de conocimiento y 'expertise', así como para garantizar el futuro del sector.

Pero uno de los mayores retos del sector, sin duda, es la digitalización, que se ha acelerado con la pandemia, aunque continúa siendo un ámbito en el que queda mucho recorrido. "Estamos inmersos en una carrera frenética hacia un sector alimentario 4.0. El resto es alinearnos con la digitalización, la sostenibilidad ambiental y la competitividad", incide Alba García, gerente del Clúster Español de Productores de Ganado Porcino (i+Porc), quien añade que "la profesionalización también va de la mano de la digitalización". Y aquí uno de los principales obstáculos es que "todo el proceso de digitalización en nuestro sector no ocurre en las ciudades. El 80% de las granjas en Aragón están en pueblos de menos de 30.000 habitantes y se necesitan buena conectividad en esos puntos" para que llegue la transferencia y conocimiento, según ha explicado durante su participación en la jornada 'Impulsa Aragón. Tendencias y gestión para un nuevo futuro: agroalimentación', organizada por CEOE Aragón, CaixaBank y Directivas de Aragón.

El sector también debe apostar por las compras online. "Hay un gran recorrido. La pandemia nos ha habituado a comprar en este canal, pero en otros países están más acostumbrados a comprar productos perecederos y no perecederos", incide Marina Molina, directora de Exportación de Chocolates Lacasa. Un proceso que en el caso de productos perecederos requiere a su vez de "ir de la mano de la innovación en la cadena de suministro. Es fundamental para nuestro sector tomar las riendas de la cadena de suministro", expone Menchu Guerrero, director & share owner de Orchard Fruit. La innovación, además, también debe llegar a la gestión de los modelos de negocio y a la visión de las empresas.

Talento femenino

Uno de los mayores retos en la agroalimentación es hacer que el sector sea atractivo para captar talento y fijar población. Y aquí el papel de la mujer es esencial. En la actualidad, en Aragón, el 25% del empleo en este sector está ocupado por mujeres, aunque su presencia está más vinculada a la industria alimentaria que a la agricultura y ganadería. Es un sector en el que "la mujer ha tenido un papel fundamental, pero no protagonista", afirma Cristina Gallart, quien añade que la mujer no ha tenido tradicionalmente representación en puestos directivos, pero "sí en el back office, en la casa y en las grandes líneas de producción". El papel de la mujer tampoco es visible. Aunque "cuando se va a las ferias, se ven más mujeres en las direcciones de exportación, el back office es el 80%", añade Marina Molina, quien considera que "la mujer tiene que empoderarse y luchar y trabajar por ello, haciéndonos visibles".

La incorporación de la mujer es "fundamental por lo que aporta, la manera de gestionar los equipos... Tiene una manera de trabajar más delicada" -incide Menchu Guerrero-, lo que explica que su presencia sea mayoritaria en las plantas de producción y en áreas como selección, que "es un trabajo fundamental porque se gestiona y se prepara el producto. Se debe facilitar que haya desarrollo profesional y llegue a mandos intermedios".

"Las mujeres aportamos una mayor voluntariedad y capacidad para trabajar en equipo. Estamos acostumbradas a trabajar en diferentes entornos multitarea y más abiertas al cambio, a hacer 1.000 cosas a la vez, a reinventarse una y otra vez", explica Marina Molina. Son características a las que hay que añadir "la resiliencia y la capacidad de gestión en entornos en los que no se sabe qué va a pasar y hay que gestionar la complejidad", asevera Menchu Guerrero.

La incorporación de la mujer también debe ser mayor en el sector porcino en el que "cuesta mucho, sobre todo, en puestos de dirección", apunta Alba García. Además, es un sector en el que igualmente es complejo atraer a las mujeres. "Sí es verdad que en el área veterinaria el 80% de los estudiantes son mujeres, pero luego ésto no se refleja en el sector primario; se derivan hacia clínicas veterinarias o cuidado de pequeños animales. Hay diferencia de género" para lo que desde el Clúster i+Porc se está trabajando por dar visibilidad a la mujer en las explotaciones ganaderas en las que cada vez la incorporación es mayor, pero igualmente lo son las diferencias de género en comparación con el entorno urbano. "Es necesario crear una cultura en la que una mujer puede trabajar en una granja y que esto sea compatible con políticas de conciliación familiar".

El reto pasa así por fomentar programas para potenciar el rol de la mujer en todos los niveles en el sector agroalimentario en el que aún queda camino por recorrer y en el que hay que superar barreras importantes. "Estar siempre disponible es el mayor obstáculo de las mujeres para llegar a la cumbre. Se considera que para alcanzar un puesto directivo, se debe estar disponible al 100%. Si este es el obstáculo, la gente no va a querer estar porque es el 100% de su tiempo y se prefiere tener una familia", indica Marina Molina.

Para superar las barreras, "hay que trabajar ya desde el ámbito educativo, en la corresponsabilidad y no solo para los mandos directivos, sino también para los intermedios, y para que la sociedad que venga entienda esa conciliación personal, familiar y social" con el fin de que la corresponsabilidad sea al 50%, añade Menchu Guerrero. Un cambio socio-cultural que es todavía más decisivo en el medio rural por la falta de más referentes femeninos que en el entorno urbano y en el que "queda camino por recorrer para que la única consigna sea el talento", incide Carlos Sánchez, Director comercial de Empresas de la Territorial Ebro de CaixaBank.

Y, para conseguirlo, la clave está en que las mujeres crean en sí mismas y en formarse, pero sobre todo en "el esfuerzo de todos los días, como si no hubiera un mañana. Hay que animar a las mujeres -apunta Menchu Guerrero- a que luchen por lo que quieren y busquen apoyo e su entorno. Llegar se puede, es un hecho, pero no sin esfuerzo".