Aragón

La borrasca Filomena deja pérdidas de 24 millones en el olivar aragonés

  • Más del 58% de la superficie cultiva de olivar en Aragón se ha visto afectada por la borrasca Filomena
  • El potencial productivo se recuperará en cuatro años
Imagen de archivo de un olivar.

Eva Sereno
Zaragoza,

La organización agraria UAGA-COAG cifra en 23.856.412,50 euros los daños causados por la borrasca Filomena en el olivar de Aragón por lo que demanda la condonación de las cuotas de autónomos y créditos blandos para los agricultores afectados, entre otras medidas.

Esta valoración económica se ha realizado partiendo de los diferentes rendimientos por hectárea (producción) de las zonas más afectadas, diferenciando entre secano y regadío, y estableciendo en 0,60 euros/kilo el precio medio de la aceituna de almazara.

UAGA-COAG ha hecho esta valoración de las pérdidas a cuatro años, período en el que la organización agraria considera que el potencial productivo del olivar daño volverá a ser el mismo que antes de la borrasca Filomena.

De acuerdo con sus previsiones, cada año se puede recuperar un 25% de la cosecha, de manera que la pérdida económica de los productores de olivar en 2021 ascenderá a 9.677.700,00 euros, mientras que en 2022 las pérdidas se estiman en 7.258.275,00 euros. Para los años 2023 y 2024, el daño económico ascendería a 4.501.012,50 euros y 2.419.425,00 euros, respectivamente.

En la comunidad aragonesa se cultivan un total de 46.534 hectáreas de olivar -según los datos del Ministerio de Agricultura-, de las que 27.000 hectáreas se localizan en las comarcas más afectadas por el temporal. En concreto, han sido 24.000 hectáreas de secano y alrededor de 3.000 hectáreas de regadío. De esta manera, más del 58% de la superficie cultiva de olivar en Aragón está afectada.

Entre las principales afecciones están los daños por tronchamiento en las ramas e, incluso, del tronco de la mayoría de los olivos de las comarcas del Bajo Aragón histórico -que ya se vio afectado anteriormente en enero de 2020 por la borrasca Gloria-, Calatayud, Caspe, Belchite y el término municipal de Mequinenza.

Las plantaciones jóvenes de olivar no han sido ajenas al paso de la borrasca. En concreto, el daño alcanza el 70% y las pérdidas se estima que van a ser mayores, puesto que la nieve ha partido árboles, quedando sólo como opción su replantación, lo que hará que la recuperación del potencial productivo sea más lento en estas zonas.

A estos perjuicios, se suma también el hecho de que en comarcas, como Belchite, todavía quedaba un 30% de la cosecha de olivas sin recoger -producción que se ha perdido-, aparte de los daños que se han producido en instalaciones de riego por la congelación o rotura por la caída de las ramas.

Ante estos daños y situación en el olivar aragonés, la organización agraria señala que, para poder recuperar los olivos dañados es necesario cortar las ramas que se han tronchado, lo que conlleva esfuerzo laboral y económico, ya que para poder una hectárea es necesario el trabajo de cinco operarios durante ocho horas.

Un coste y esfuerzo, que sumados a la pérdida de renta de los productores, hacen que sean necesarias una serie de medidas de urgencia, que se han demandado al Gobierno de Aragón.

Desde UAGA-COAG demandan la condonación de las cuotas de autónomos a la Seguridad Social; la reducción a cero de los módulos para el olivar en el cálculo de la renta durante dos ejercicios consecutivos de cara a compensar las pérdidas por ausencia de beneficios, y ayudas y moratorias a los préstamos contraídos y la aplicación inmediata de medidas de liquidez que permita solucionar los graves problemas actuales.

Otras medidas se basan en el establecimiento de líneas de financiación bonificadas y garantizadas por la administración con cobertura en todo el territorio aragonés; la subrogación por parte de la administración autonómica del importe referente al Impuesto sobre Bienes Inmuebles; asesoramiento y apoyo técnico a los agricultores afectados desde el Centro de Protección Vegetal para el manejo adecuado del cultivo y evitar plagas posteriores y el apoyo de los trabajadores forestales en estas tareas de poda y limpieza.