Andalucía
Ascensores Embarba se reinventa para salir de la crisis
Marta Ramos
El sector de los ascensores está directamente ligado a la construcción, por lo que las empresas de este ámbito también fueron duramente afectadas por la fuerte crisis de la que el sector comienza a salir tímidamente.
Esta situación no afectó a la malagueña Embarba que supo reinventarse para adaptarse a las nuevas necesidades de los diversos clientes y salir así airosa de la recesión económica. A pesar de que la compañía ofrece todo tipo de servicios relacionados con el sector de la elevación, en los últimos tiempos se han especializado en el mantenimiento multimarca y en los concursos para proyectos públicos y privados.
En este sentido, la compañía malagueña ha resultado adjudicataria en los últimos meses en concursos para realizar proyectos con el el Ayuntamiento de Málaga, el Parlamento Andaluz, el Grupo Dia, la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras, el Gobierno de Canarias, los Juzgados de Galicia, y la entidad bancaria Liberbank.
No obstante, la entidad continúa con su línea de fabricación de ascensores a medida y en este segmento el último proyecto que ha llevado a cabo es un elevador con capacidad para 96 personas que aguanta hasta 7.000 kilos de carga y que se ha instalado en una fábrica de neumáticos en Irán.
Según indica a "el Economista Andalucía" José Anronio Montañez, responsable de Marketing Y Desarrollo de Embarba, la situación actual de la empresa es "inmejorable", su facturación media anual ronda los 32 millones de euros, en 2016 ha facturado 35 millones y para este año prevén un crecimiento del 15 por ciento, con lo que los ingresos pasarán de los 40,2 millones de euros.
"Embarba se centra en la calidad del producto en lugar de la cantidad, desde ese punto de vista tenemos proyectos ya en funcionamiento de ascensores eficientes de bajo consumo eléctrico, punto que hace que sea de gran interés para el público por elevado coste de la electricidad, a esto le sumamos diseños de ascensores muy amplios y confortables junto con una decoración que hace que el ascensor sea una prolongación de la estancia", explica Montañez.
Apuesta por la internacionalización
La compañía cuenta actualmente con 84 centros de trabajo repartidos por toda la geografía española y siete sedes en el exterior, dos de ellas en Europa, tres en Latinoamérica, una en Asia y otra en África. Además, dispone de una división de comercio exterior que exporta ascensores y componentes a Europa, Iberoamérica, África y Asia, contando con delegaciones comerciales en países de la zona y dispone de estructura Técnica y Comercial en el Reino Unido, Marruecos, Perú y Méjico.
"Actualmente vivimos en un mundo global y Embarba sigue esa línea con el objetivo de hacer llegar su producto al mayor número de usuarios", comenta el responsable de Marketing de la compañía.
La multinacional da empleo en la actualidad a 559 personas, ya que, su plantilla ha experimentado en los últimos años un crecimiento de un 15 por ciento.
La compañía, que cuenta con más de 50 años de experiencia en el sector de la fabricación y mantenimiento de ascensores, se marca como principal reto a corto medio plazo aumentar su carácter global por lo que está apostando con fuerza por el comercio exterior.
Esto en palabras de Montañez, más que un reto, se ha convertido en "una realidad actual", ya que, la empresa está pasando de ser una entidad centralizada a una global, en la que los productos "se adaptan completamente a las necesidades del cliente".
Actualmente, Embarba diseña, fabrica e instala cada año más de 1.000 aparatos elevadores, y cuenta con una cartera de clientes en su servicio postventa superior a las 25.000 unidades, de los cuales unos 5.000 son ascensores de otras marcas.
Entre los proyectos más importantes realiazados por Embarba en España en los últimos ejercisocios destacan el Centro Oceanográfico de Gijón, la Torre Solar de Sevilla o el Puerto de la Bahía de Algeciras.
A nivel internacional, los ascensores de la compañia se han instalado en destacados edificios como el de la Universisad de Keele en Reino Unido, la Torre de Gorgán en Irán o el hotel Andalucía de la ciudad marroquí de Tánger. Los retos a medio plazo de la compañía están marcados por la apuesta del mercado internacional.