Andalucía
La alarmante caída precios de la leche de cabra pone en peligro la continuidad del sector en Andalucía
Marta Ramos
El litro ha bajado un 50% en un año y medio y las explotaciones se han reducido un 10%, lo que supone unas 100.00 cabezas de ganado menos
El sector caprino andaluz atraviesa uno de sus peores momentos, tras sobrevivir a fuertes vaivenes como el envejecimiento de ganaderos que no son sustituidos o el abandono de explotaciones que dejan de ser rentables, ahora se enfrenta a uno de los retos más duros y que ha puesto en peligro su continuidad, una alarmante caída de precios que ha hecho que el litro se devalúe casi un 50% en un año y medio, pasando de los 0,90 euros que costaba en los años de bonanza los 0,50 que se vende ahora.
La ganadería caprina es un sector fundamental en el desarrollo agroalimentario de la región, los ganaderos andaluces suman alrededor de 700.000 explotaciones que producen al año más de 300 millones de litros de leche y alrededor de un millón de kilos de carne. La cabaña caprina está compuesta por cerca de un millón de cabezas distribuidas por todas las provincias. Por zonas Sevilla es la que posee un mayor número con unos 200.00 ejemplares, seguida de Granada, Córdoba y Málaga, las que menos explotaciones poseen son Huelva y Cádiz, las únicas provincias con menos de 100.000 cabezas.
El sector caprino andaluz tiene una facturación media anual que supera los 270 millones de euros, unas cifras que se están viendo muy perjudicadas por la constante caída de precios de la leche, lo que unido a la disminución primaveral de la proporción de extracto quesero ha provocado importantes reducciones en las liquidaciones, un aspecto que está llevando a los ganaderos a producir por debajo de los costes.
Según ha explicado a "el Economista Andalucía" el secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA Andalucía), Miguel Cobos, la liberalización del sector lácteo por parte de la Unión Europea ha provocado que la producción de leche de vaca aumente un 6% por ciento en apenas un año y medio, lo que ha generado una bajada considerable de los precios, con lo cual el sector quesero que se abastecía principalmente con leche de cabra ha comenzado a decantarse por la vacuna, generando también un descenso en el coste de la leche caprina.
"Hasta abril del año pasado en el vacuno de leche había unos cupos y si algún ganadero producía más leche de la permitida en esos parámetros era sancionado, pero se liberalizó el sector y las grandes explotaciones y las más mecanizadas comenzaron a producir más leche, lo que provocó una caída de precios", comenta Cobos.
Desde UPA Andalucía considera que situación se ha visto agravada por la nueva Ley de la Cadena Alimentaria Aprobada por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, una normativa que los ganaderos esperaban que fuese beneficiosa para el sector, y que los ha sumido en una de sus peores crisis.
El presidente de la asociación admite que es una situación "muy complicada" y advierte de que "si no se soluciona de alguna" podría volver a perderse parte de la cabaña caprina, como sucedió en la anterior crisis del sector (2007-2008), cuando se perdió el 50% de los dos millones de cabeza de ganado que había en Andalucía.
Costes de producción
El coste de producción de un litro de leche se sitúa en torno a 0,75 euros y los ganaderos se ven obligados a venderlo a 0,50%, por lo que el principal problema es que ni si quiera pueden cubrir los gastos.
En palabras de Cobos a la ley de la cadena alimentaria le faltan dos cosas: "la figura de un mediador entre productores y suministradores de leche, para que intervenga en casos de falta de entendimiento y sirva de apoyo a la parte más débil, y unas referencias que garanticen unos los precios mínimos, que deberían ser los costes de producción".
A juicio del experto, los ganaderos son la "parte débil" de estas negociaciones, ya que, la leche es un producto perecedero al que tienen que dar salida diaria, con lo cual se ven obligados a aceptar las condiciones que les imponga la industria.
Esta situación ya está provocando una importante merma en la cabaña caprina andaluza, porque, según explica Cobos si el sector no es rentable no hay reposición, no se crían nuevas cabras, las que envejecen van al matadero y el número de ejemplares va descendiendo. Esto unido a la falta de relevo generacional de los ganaderos que se jubilan ha provocado que en lo que va de año se haya perdido el 10% del ganado existente, lo que supone más de 100.000 cabezas.
Tanto los ganaderos como los expertos están muy preocupados con esta crisis, porque el ganado caprino tiene una gran importancia en el sector agrario andaluz, donde además cumple un papel estratégico, por sus enormes contribuciones a la sostenibilidad ambiental y a la prevención de incendios.
El sector supone además una importante fuente de empleo y riquezas en zonas rurales y desfavorecidas de Andalucía donde las alternativas son muy limitadas y actúa como fijador de la población rural.
"Es complicado que desaparezca el sector porque a medida que haya menos cabras la leche será más cara, pero nos parece injusto que para que suba el precio se tengan que perder ganaderías y se tengan que sacrificar ganaderos", ha lamentado el presidente de UPA.
Algunos ganaderos tratan de sobrevivir a la situación buscando productos diferenciados, ese es el caso de Manuel Gálvez, que tras abandonar el sector hace unos siete años, porque su explotación dejó de ser rentable, ahora ha vuelto a intentarlo, pero esta vez con la raza Florida, con la que ha iniciado un proyecto para tratar de exportarla al extranjero.
Gálvez tiene actualmente una explotación de 200 ejemplares de esta especie en Fuente Palmera (Córdoba) y ha segura que la caída de precios de la leche ha provocado que su ganado no sea rentable y sólo genere ingresos para cubrir los gastos. "Como siga así no voy a poder vivir de las cabras, la leche no para de bajar y si no se soluciona voy a tener que dejarlo otra vez?, comenta a ?el Economista Andalucía".
Según explica, muchos ganaderos están abandonando el sector y otros se plantean dejarlo pero no pueden porque no encuentran compradores para sus cabras, y es que, cada animal necesita una inversión media de 150 euros para comenzar a ser productivo, pero si se intenta vender el precio máximo no pasa de los 70 euros.
Al igual que el presidente de UPA, este ganadero, considera abusivos los contratos que la ley les obliga a firmar: "se llevan la leche y nos la pagan al mes siguiente sin decirnos cuanto vamos a cobrar, si no firmamos esos contratos que nos piden, no nos compran la leche".
En definitiva, un trabajo excesivamente duro y sin horarios que cada vez es menos rentable. "Esto es una vergüenza, porque somos esclavos de la ganadería, tenemos que estar trabajando de lunes a domingo y además de que somos esclavos no ganamos ni un duro", critica el ganadero, reclamando una solución a un conflicto que puede suponen el fin de un sector clave en la agroalimentación andaluza.