Andalucía

Fomento del empleo: desafío de 2014

  • Es alentador que crezcan las exportaciones con un tipo de cambio elevado.


Durante los años anteriores las prioridades han estado en el saneamiento del sistema financiero y la estabilización presupuestaria. Después de lograr cierta estabilidad, es preciso abordar cuanto antes la generación de empleo.

Las altas tasas de desempleo generan un enorme malestar y amenazan la cohesión social. Por ello, para el año que acaba de comenzar el gran desafío de la economía española será la creación de puestos de trabajo.

El recurso a la inversión pública está limitado por la situación de endeudamiento, pero sí puede potenciarse la inversión privada. En estos años pasados la falta de financiación ha frenado muchos proyectos de inversión privada, para facilitar que se lleven a cabo resulta oportuno retocar el marco para estas inversiones. Esto puede hacerse por distintas vías: fiscalidad, diligencia en la tramitación por la Administración, y todas las medidas facilitadoras.

También puede facilitarse la inversión inmobiliaria que, además de ayudar a liquidar stocks y mejorar la situación de las entidades financieras para situarlas en posición de dar créditos, ayudaría también a llevar a cabo inversiones puntuales en este sector -gran generador de empleo- en zonas donde la demanda lo permita.

Facilitar el tránsito desde la enseñanza al mercado de trabajo es otro de los medios que ayudaría a combatir uno de los peores males actuales, el desempleo juvenil. Quizá pueda servir como guía lo que hacen otros países de nuestro entorno. Además se pueden establecer incentivos a las empresas por la contratación de jóvenes desempleados. También incentivos a la formación en idiomas.

Por supuesto es adecuado reducir costes al sistema productivo, el coste del factor trabajo no es el único. Mejoras que faciliten la distribución, transporte o logística pueden ser muy oportunas para disminuir los gastos de las empresas y con ello estimular que estas amplíen producción y plantillas.

En el contexto de una economía abierta, y ante una demanda interior estancada, los esfuerzos podrían encaminarse a la competitividad en los mercados exteriores. Resulta alentador comprobar el aumento de las exportaciones de los últimos años con un tipo de cambio elevado. Si esto ha sido posible, hemos de ser optimistas sobre nuestra capacidad de reacción para conseguir aumentos serios de empleo.