Antonio Luque: "Necesitamos una agricultura eficiente, sostenible, que aproveche bien el agua. Con agua Andalucía no tendría paro"
- "El olivar tiene derecho a transformarse para ser más eficiente"
- "Se les llena la boca con la Ley de la Cadena, pero pregunto cómo aplicarla y nadie lo dice"
- A algunos les ha sorprendido ver juntas a Deóleo y Dcoop, pero hay intereses que nos unen y es bueno para el sector"
Juan Esteban Poveda
Antequera,
"Perdemos mucho tiempo peleando en vez de hacer cosas juntos", dice en un momento de la conversación Antonio Luque. El presidente de la mayor cooperativa agrícola, del grupo líder en comercialización de aceite y mayor exportador al estratégico mercado estadounidense, pide luz larga al sector y a la política para aprovechar el agua y ganar mercados, generando alianzas.
Dcoop ha vuelto a superar la barrera de los 1.000 millones de facturación, con crecimiento de dos dígitos en muchas de sus secciones . ¿Hasta dónde hubieran podido llegar si no es por la situación de crisis que vive el campo?
Por pura lógica, en un periodo de entre tres y cinco años Dcoop debe moverse en unas cifras de entre 1.200 y 1.500 millones de euros. Hubiéramos podido acercarnos este año a este registro sin todas las circunstancias que hemos tenido en los últimos tiempos.
El objetivo de Dcoop es comercializar lo mejor posible la producción de sus socios, y unos años por situaciones climatológicas son más cortas, y otros por situaciones de mercado los precios son más bajos. Pero ya digo que debemos estar entre 1.200 y 1.500 millones de euros durante varios años.
La facturación de Dcoop no incluye además el balance consolidado con Mercaóleo, que puede estar en 250 millones, ni Pompeian, que puede estar en los 600 millones de dólares..
La pandemia nos ha afectado de distinta manera, dependiendo del sector. Para el aceite no ha sido muy perjudicial, porque ha incrementado el consumo doméstico, pero ha perjudicado a otras secciones como el vino o la aceituna de mesa, en las que hemos tenido más dificultad para comercializar porque su consumo es mayor en hostelería. En el caso del aceite, además, ha pesado la percepción de que es un alimento saludable, y en estos tiempos la salud es lo primero. Se identifica aceite de oliva y salud.
¿Cuánto puede aguantar el campo andaluz con los actuales costes en energía, fitosanitarios …?
La situación es muy complicada. Los costes se disparan en porcentajes vertiginosos, y nos enfrentamos a un grave problema. Nuestros proveedores de vidrio, latas, etiquetas … nos tienen que subir los precios. Es difícil poner unas vallas para decir hasta donde se puede llegar. Está claro que estos incrementos van a ir repercutiendo en todo. La inflación es un problema grave. Oigo a expertos, a empresas, consultores … y sólo confirman que el momento es complicado, con toda la problemática añadida de la situación difícil de logística que hemos vivido.
Desde Dcoop tenemos que ser lo más eficientes posible, y ver cómo podemos garantizar un nivel de ingreso adecuado a nuestros agricultores, sabiendo que a ellos sus costes también se les están disparando. Tenemos que salir adelante pese a las dificultades.
Esperando soluciones
Esas preocupaciones se expresaron el pasado día 20 de marzo en una manifestación multitudinaria. ¿Cree que ha tenido repercusiones? ¿Se sienten ahora más escuchados?
Fue un éxito de convocatoria indudable. El mundo rural, todo el sector agrario, ganaderos, agricultores, cazadores … todas las personas que viven o están en ese mundo dieron un golpe claro de imagen con una manifestación con éxito espectacular. A partir de ahí, ha tenido poca repercusión. ¿Qué se está consiguiendo? Todavía no tenemos nada. El Ministerio ha puesto algunos temas sobre la mesa, pero aún no hay propuestas claras que nos sirvan para paliar el incremento de costes, para esa PAC que nos va a perjudicar en algunas zonas y a muchos agricultores de forma importante. Queda mucho trabajo y esperamos soluciones. No digo soluciones definitivas, sino incluso medidas para paliar los problemas más inmediatos que tenemos ahora
¿Se le ha trasladado con suficiente claridad al ministro Planas que la PAC que él plantea puede ser muy perjudicial para el campo andaluz? ¿Le está extrañando la actitud de Planas en este asunto?
Nos extraña a todos. Pero yo no me quedaría en el ministro, e iría incluso más lejos. Con la situación que se está viviendo con la guerra de Ucrania, con los problemas de aprovisionamiento en algunos alimentos, con la situación anterior de la pandemia, lo que no entiendo cómo no hay un cambio en el planteamiento político de la Comisión Europea y en el Ministerio. Europa debe garantizar el suministro de alimentos para sus ciudadanos. Lo que hemos vivido nos tenía que haber hecho reflexionar sobre ello. Por supuesto que cualquier cosa que hagamos tiene que ser sostenible y respetar el medio ambiente. Eso ya no se discute. Pero hay un tema clave del que no hablamos, como es el agua. Y no hay políticos que estén hablando del agua de forma ambiciosa. Necesitamos una agricultura eficiente, sostenible, que aproveche bien el agua. Y agua hay. Yo digo que con agua Andalucía no tendría paro. Hemos patrocinado un estudio con Juan Vilar y en él se ve que hay posibilidades de gestionar mejor el agua, con lo que lograríamos más alimentos producidos de forma más eficiente, con mejores precios para los agricultores y más competitivos para los consumidores.
Si su afirmación es cierta, tácitamente, está usted lanzando graves acusaciones contra los políticos que han gobernado en los últimos cincuenta años.
Que no se tome como una acusación, sino como una reflexión. Igual que con el tema de la energía. Ahora se habla en Europa que la energía nuclear es una energía verde. Lo que está claro es que hay una serie de cuestiones que tenemos que plantearnos. Ver qué tenemos que hacer para el futuro con las premisas de sostenibilidad. Que se tomen decisiones más valientes y estratégicas, no a tres años sino a quince, veinte o cincuenta incluso. Hablar de trasvases está proscrito, o de pantanos. Habrá que hablar de interconexión o capacidad de almacenamiento, pero hay que plantear estos temas. Son cuestiones a muchos años vista, pero son clave. Se mejora el medio ambiente, nuestros agricultores son más eficientes y ganan más dinero, hay menos paro o desaparece incluso, y los alimentos pueden ser vendidos a precios más asequibles. Yo creo que alguien debe pensar de esta manera y actuar. Europa tiene que ser autosuficiente en muchas cuestiones, y entre ellas está la alimentación. Y todo pasa por el agua.
¿Se ha planteado al Gobierno alguna disposición adicional a la reforma laboral que contemple las singularidades del campo? ¿Se sintieron ustedes, las cooperativas, representadas en aquella negociación de la ley laboral que tanto les afecta?
Yo comprendo que son negociaciones tremendamente complicadas y que al sector agrario la reforma laboral nos afecta. Lo que ha salido nos complica el funcionamiento tremendamente, incluso se lo complica a los trabajadores del campo. Es verdad que en el contexto de una situación de incremento de costes nos perjudica de forma importante. Es una gota más en el vaso. Ahí están negociando las organizaciones agrarias y la patronal. Como cooperativas no hemos tenido parte en la negociación. Lo que yo he oído al presidente de Asaja es que no está de acuerdo con lo que ha salido. Pero más que lamentarnos tenemos que centrarnos en buscar soluciones. Lo que queremos es que nuestros agricultores y ganaderos puedan seguir viviendo y generando empleo y riqueza en el medio rural.
Usted ha sido muy crítico con la Ley de la Cadena Alimentaria. ¿Puede tener efectos contraproducentes?
He sido y soy crítico. Cuando se habla de la ley de la cadena, nosotros defendemos que nadie, por supuesto, venda por debajo de sus costes de producción. Dicho así es muy bonito. El problema es aplicarlo. Lo primero que tiene que haber es alguien que fije los costes de producción. En el olivar, por ejemplo, puede haber agricultores que estén en un euro y otros en tres. Nosotros tenemos 70.000 agricultores. ¿Cuáles son los costes? ¿Les decimos a los que están en 3 euros que su producto no lo vendemos porque el precio son 2,80? Lo primero que necesitamos es alguien que calcule los costes de producción. El Ministerio. Alguien que diga: los costes de producción del aceite a efectos de la ley de la cadena son tanto. Y a partir de ahí, perfecto.
Segundo tema: que se prohíban las importaciones o que haya garantía de que a las importaciones también se les aplica el mismo criterio, y que no entre nada por debajo de ese precio. Porque supongamos que el coste es 3 euros. Y ahora uno produce en Portugal, y vende en España más barato. Y digo aceite, pero puedo decir también tomates o leche, que han tenido la última crisis de precios. Que se controle eso es importante.
Y el tercer tema, es qué hacemos con los excedentes. ¿Los tiramos? ¿Quién lo paga o compensa al productor?
Nada de eso está claro.
He oído estos días a los transportistas pedir una ley de la cadena. Que no se puedan dar portes por debajo de sus costes. ¿Qué costes? ¿Todas las empresas tienen los mismos? Necesitan que alguien se los fije. Una empresa se domicilia en Portugal o Francia y puede trabajar libremente en España, y se queda con el mercado.
La ley de la cadena es muy bonita, se les llena a muchos la boca. Pero aún no sabemos cómo se va a aplicar. Y lo hemos preguntado. Por escrito. De palabra. Y nadie nos lo ha dicho. Estoy esperando
¿Cree que es acertado el debate entre olivar tradicional y superintensivo? ¿Son excluyentes, o más bien complementarios?
En nuestro caso, más del 90% de nuestros agricultores responden a lo que se puede considerar agricultor tradicional. Y lo tenemos clarísimo: lo que nos preocupa es defender al olivarero tradicional. Son debates absurdos. Defendemos a nuestros agricultores, que llevan toda la vida viviendo de esto. Sus padres y sus abuelos ya vivían de la agricultura, y quieren que sus hijos estén en sus pueblos. ¿Qué es lo que necesitamos? Analizar caso por caso. Puede haber muchos que puedan transformar su olivar en uno más eficiente y competitivo. El paso previo es el tema del agua. A todo aquel que pueda transformar su explotación y ser más eficiente, vamos a intentar ayudarlo, y estamos intentando que lo haga. Podrá ganar más dinero, generar empleo más estable, ser más competitivo, más sostenible y seguir viviendo en su entorno y generar más riqueza.
Puede que haya un colectivo al final, puede que un 20 ó el 25 %, que sea complicado que mejore su eficiencia, sobre todo por las pendientes. Ese porcentaje más pequeño se puede diferenciar en su producto. Aceite ecológico, plantear productos basados en biodiversidad, un logo o imagen o sello que sea distinto. Pero para diferenciar tiene que quedar un porcentaje pequeño. En España no se puede hacer el 90% de la producción ecológica porque todo tendría el mismo valor. De esa manera intentaremos garantizar el futuro a todos nuestros socios, y mejorar la cuenta de explotación de todos. Ese es el camino. El olivar tradicional tiene derecho a transformarse.
Las nuevas tecnologías son claves para la sostenibilidad, para hacer eficientes a nuestros agricultores
¿Está preparado el sector agrario tradicional para la transformación digital?
Las nuevas tecnologías, todo lo que sea aplicación de las nuevas tecnologías, son clave para mantener la sostenibilidad, para hacer eficientes a nuestros agricultores. Todas las nuevas tecnologías hay que aplicarlas. Sobre todo si hablamos de agua. Hay que pensar cómo usar el agua que estrictamente se necesita para una máxima producción de la máxima calidad. Tenemos una relación buena con empresas israelitas. Estamos pensando en hacer cosas juntos. Si les dices a ellos que aquí no tenemos agua se ríen. Aquí agua tenemos. Hay que ver lo que ellos están haciendo aplicando nuevas tecnologías a un nivel espectacular. Desde desaladoras hasta aprovechar aguas depuradas, intercomunicación, balsas de almacenamiento …son competitivos en sitios donde es realmente difícil serlo. , Son tecnologías que nuestros agricultores ya están aplicando en algunos casos, pero que también tendrían que plantearse desde la política.
-Le hemos oído hablar de competitividad asociada a volumen …
-El volumen es importante , con otras muchas cosas. De hecho, con estos amigos de Israel nos planteamos hacer cosas juntos por ejemplo en suministro de fertilizantes o materias primas, por una cuestión de volumen. El tamaño importanta muchísimo en este mundo, pero no lo es todo. También es importante la sostenibilidad social, ambiental, económica, la calidad del producto … Nunca nos hemos considerado una gran empresa, sino muchos chiquititos juntos. Y la única manera de mantener a los chiquititos es así, juntos, con ideas claras.
¿Barajan la posibilidad de fusiones con otros grupos cooperativos?
Hoy por hoy, no hay ningún proyecto de fusión o integración. Siempre las hemos defendido, porque seguimos siendo pequeñitos con mil millones de euros de facturación. Hay cooperativas más grandes, no estaremos ni entre las cien más grandes de Europa. Nos queda mucho por andar. Sin dejar de estudiar cualquier opción, no descartamos que en meses o años podamos tener acuerdos comerciales con otras empresas, no sólo cooperativas. Incluso con nuestros amigos de Israel podemos tener acuerdos en algunas actividades. Esa puede ser la base para crecer.
Han presentado incluso un proyecto con Deóleo.
Es verdad que Ignacio Silva y yo estuvimos en una mesa juntos. Se está trabajando en una línea de control y certificación de producto y procesos patrocinada por el Patrimonio Comunal Olivarero, y basada en una normativa de calidad del Ministerio que me parece muy acertada. Esa línea puede servir para dar valor añadido al aceite de oliva español, un plus de calidad y garantizar a consumidores y productores que no haya nadie con la tentación de vender algo elaborado de forma no ortodoxa y cometa irregularidades. Se puede garantizar esa calidad que y diferenciar el aceite de oliva español. Es un trabajo por la calidad y por el aceite español, y antes o después se sumarán todas las cooperativas y envasadoras.
Puede haber estrategias conjuntas sin más integración. A alguna gente le ha sorprendido ver juntas a Deóleo y Dcoop, pero hay intereses que nos unen
¿Es bueno para el sector esa coincidencia?
Es absolutamente bueno para el sector.
En EEUU compiten sin embargo. ¿Cómo cree que va a evolucionar Dcoop en el mercado americano con el fin de los aranceles? ¿Ha perdido España mucho terreno?
Seguimos creciendo. La marca Pompeia está en cuota de mercado del 22% en virgen extra y somos líderes indiscutibles y nos hemos posicionado en un nivel de precios cada vez más alto. Estamos ganando las batallas en calidad y cantidad. Cara al futuro habrá que hacer estrategias más globales. Tenemos que pensar que habrá años de producciones altas y precios bajos a niveles muy complicados para muchos agricultores. Y que la manera que tenemos de paliar este problema es incrementar el consumo a nivel mundial. Nos hacen falta acuerdos de todo el sector, no solo de varias empresas, para buscar fórmulas de promoción o lo que sea necesario para incrementar el consumo.
Bien con promoción genérica de todo el sector, y también con empresas, pocas y grandes, que tiren del carro.
Son líneas de trabajo necesarias y podemos compartirla con Deóleo u otras empresas que quieran estar en el mercado americano y otros mercados internacionales.
Perdemos mucho tiempo peleando en vez de hacer cosas juntos
¿Se ha perdido mucho terreno en este tiempo de aranceles?
Y ahora hay una situación complicada con la desgraciada situación de Ucrania. Otros aceites vegetales han subido de precio, lo que puede ser una oportunidad para el aceite de oliva para incrementar consumo incluso a nivel de industria, hostelería etc. Es un momento que hay que trabajar.
Y hay que ver cómo hacerlo en promoción e incrementar consumos.
Perdemos mucho tiempo peleando en vez de hacer cosas juntos. Es culpa nuestra. Tenemos que recuperar tiempo perdido
Hablamos de promoción pero no sale la palabra interprofesional.
En EEUU hay una especie de interprofesional para frutos secos, como la almendra, que está consiguiendo niveles de consumo espectaculares, con unas campañas de presupuestos elevados y mecanismos complejos de estabilización de precios.Es un ejemplo para aprender y ver si podemos aplicar fórmulas similares. La interprofesional hace un trabajo, pero probablemente se nos ha quedado pequeña para los volúmenes de aceite que podemos manejar en los próximos años … si llueve.
Hacen falta acuerdos de todo el sector aceitero para promoción y para incrementar el consumo
Otro sector que está progresando es la almendra. ¿Qué perspectivas tienen en Dcoop?
Entre nuestros socios, y también en toda España e incluso en toda la Península, va a crecer mucho el cultivo de la almendra. Estamos atentos a ver cómo evoluciona California, porque confiamos en que trabajen para conseguir un nivel de precios mundial aceptable. Es una alternativa de cultivo que está teniendo importancia. Aún hay que mejorar en la comercialización para garantizar ingresos adecuados a los agricultores. No podemos olvidar que España era líder mundial en almendra, y hoy California produce el 80% de todo el mundo. Al final las tecnologías son imprescindibles también en agricultura.