Calor y olor a marihuana en la visita de los Reyes al Polígono Sur de Sevilla
José Luis Losa
Don Felipe y Doña Letizia se reunieron con representantes de varias organizaciones para conocer en persona la realidad del barrio más pobre de España y recorrieron en coche la zona más degradada de las Tres Mil Viviendas.
A las 10 de la mañana, una hora antes de la prevista para la llegada de los Reyes al centro Cívico El Esqueleto del Polígono Sur, el sol ya caía a plomo sobre Sevilla. Quizá por eso, por el fuerte despliegue policial o simplemente por indiferencia de los vecinos, apenas medio centenar de personas esperaban la llegada de Don Felipe y Doña Letizia, que realizaban una visita histórica a este distrito.
En las calles aledañas, la vida continuaba en la más absoluta normalidad para los vecinos de un barrio acostumbrado a trasnochar charlando en torno a una hoguera en invierno o a un equipo de música en verano. Eso sí, el Polígono Sur lucía más limpio que nunca después del enorme despliegue realizado por la empresa municipal Lipasam durante la última semana.
Al centro cívico situado en el corazón del Polígono Sur fueron llegando las principales autoridades de la región y de la ciudad vestidos con ropa informal y fresca, tal y como había marcado el protocolo de la Casa Real, consciente de que hoy se iban a alcanzar los 40 grados en Sevilla y también de que podría parecer una imagen de contraste ver a las autoridades de chaqueta y trajes rodeados de vecinos en chandal y camisón.
A la hora prevista, llegó la comitiva de los Reyes y los vecinos les recibieron con aplausos, vítores y gritos de "Más trabajo y menos caridad". Alejados por la Policía, otro grupo de unas 50 personas con representantes de Podemos al frente gritaba contra los monarcas con banderas republicanas.
La ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero; la presidenta del Parlamento Andaluz, Marta Bosquet; el presidente de la Junta, Juanma Moreno, la delegada del Gobierno de España en Andalucía, Sandra García, y el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, recibieron a los monarcas en la puerta y entraron al centro cívico, donde les esperaba el Comisionado del Polígono Sur, Jaime Bretón, y los representantes de varias organizaciones.
Durante una hora, le explicaron a los Reyes la labor que realizan y, especialmente, cómo habían afrontado la pandemia, primero, y la crisis económica, ahora, en un barrio donde viven 40.000 personas y cuya renta media anual es de 5.112 euros por habitante.
Mientras, fuera del edificio, tanto los vecinos como los medios de comunicación se desplazaban al cercano centro de la Fundación Don Bosco, situado a apenas 500 metros y segunda parada del recorrido por el Polígono Sur.
Sin embargo, la sorpresa llegó cuando la comitiva de coches oficiales no acudió directamente por la calle padre José Sebastián Bandarán sino que realizó un pequeño recorrido por la zona más complicada de las Tres Mil Viviendas, pasando por el barrio Martínez Montañés, donde se encuentran varios edificios vacíos que sirven para el consumo y la venta de droga.
De hecho, a esa hora, pasada las 12 de la mañana, el olor de las plantaciones de marihuana era evidente en el barrio debido al calor. El aumento de estas plantaciones se ha convertido en el "principal cáncer" del Polígono Sur, según contaba a elEconomista Jaime Bretón.
El paso lento de la comitiva de la Casa Real era acogido con incredulidad y sorpresa por los vecinos de las calles Luis Ortiz Muñoz y orfebre Cayetano González, que saludaban a los coches y rápidamente volvían a refugiarse del sol.
Don Felipe y Doña Letizia llegaban a la Fundación Don Bosco y conocían algunos de los talleres de empleo que esta organización lleva años realizando en el Polígono Sur buscando la inclusión laboral y social de sus vecinos. Uno de ellos, que esperaba pacientemente la llegada de los Reyes tras una valla, le ofreció al monarca una camiseta del Betis, gesto que Don Felipe agradeció y aceptó el obsequio.
Pasadas las doce y media, los monarcas dejaban el Polígono Sur camino del centro de Sevilla, donde se reunieron con una treintena de empresarios en el Real Alcázar y, tras comer y descansar brevemente, partir hacia Córdoba para visitar sus famosos patios.
En el Polígono Sur, los termómetros marcaban ya los 35 grados y los escasos curiosos dejaban vacías unas calles que habían sido tomadas esa mañana por policías y medios de comunicación y que ahora volvían a su normalidad, eso sí, más limpias que nunca. "¿Y ahora, qué?" nos preguntaban algunos vecinos a los periodistas. "¿Han dicho si van a hacer algo?".