Recaída intensa, mayor de la que esperábamos tras la ruptura del movimiento lateral a finales de la semana pasada, que sirve para recordarnos donde estamos.
Situación técnica:
Y es que estamos en un mercado bajista, rebotando desde una zona de soporte a largo plazo tras haberse llegado a un nivel de convicción bajista sencillamente estratosférico. Gracias al rebote, que nos ha alejado del citado soporte, el nivel de convicción bajista se ha reducido con fuerza. En algunos casos, de hecho, espectacularmente. Y aunque el sentimiento permanece más o menos positivo para los alcistas, dista mucho de señalar una situación de precios atractivos.
La aparente salida alcista de la semana pasada tenía en el Dow Jones Industrial una divergencia potencialmente bajista, cosa que finalmente se ha confirmado como tal en tanto que tanto el S&P 500 como el Nasdaq han vuelto al interior del patrón consolidativo.
Un alza en tendencia difícilmente tendría tantas dificultades para desarrollarse como está teniendo esta. De hecho, si se lo plantea bien ¿Cuánto ha avanzado el mercado desde que se confirmó suelo de corto plazo? Lo cierto es que las ganancias que acumula el mercado desde entonces difícilmente justifican los stops asumidos una vez que queda más o menos claro que no hemos tenido una vuelta en "v".
Se comprueba lo que está castrando a los traders direccionales desde hace meses: si no esperas el giro entras en caída libre, y si lo esperas te has perdido más de la mitad del rebote.
Situación tendencial:
Se ha alcanzado esa zona del Standard & Poor's 500 que podría separar el medio/largo plazo del muy largo plazo. Nuestro mejor recuento de onda sigue considerando, sin embargo, que es necesario un movimiento bajista adicional tras la recuperación en curso antes de que el mercado esté en condiciones técnicas para ensayar un suelo sostenible a medio plazo. Este movimiento podría iniciarse en la zona de los 1.000/1.050 puntos del S&P.