Wall Street fracasa en su enésimo intento de rebote por culpa del sector financiero y pese a la fuerte caída del petróleo; Intel tampoco anima el 'after hours'. La catástrofe de nuestro mercado no tiene visos de remitir, al menos por la vía de Wall Street. El mercado norteamericano comenzó con un fuerte desplome por culpa de la crítica situación que atraviesa el sector financiero, con la nacionalización de IndyMac y el plan de auxilio de Fannie Mae y Freddie Mac.
Pero posteriormente recuperó con fuerza al hilo de la comparecencia de Bernanke en el Congreso. Y cuando parecía que por fin íbamos a tener un rebote, una oleada final de ventas provocó un cierre claramente negativo que no augura nada bueno para la sesión de hoy en Europa.
Así, el Dow Jones acabó bajando el 0,84%, y lo que es más importante, perdió los 11.000 puntos al cierre.
El S&P 500 se dejó el 1,09% (recuerden que el peso del sector financiero es mayor que en el Dow) hasta su nivel más bajo desde 2005, mientras que el Nasdaq se las arregló para acabar ligeramente en positivo, con un alza del 0,13% gracias a Intel.
Esta incapacidad para rebotar es tanto más preocupante cuanto el mercado tenía a su favor un derrumbe del crudo de 6,44 dólares hasta 138,74. Pero en vez de provocar la alegría en la renta variable, esta caída del petróleo empeoró la situación al provocar un duro castigo para las petroleras (Exxon cayó el 3,8%).
Bernanke cumplió las expectativas de moderar su tono antiinflacionista y de conceder mayor importancia a los riesgos sobre el crecimiento, por culpa de la subida de la energía, de un mercado inmobiliario que no detiene su caída y la tormenta financiera. El dólar llegó a caer hasta 1,60 unidades por euro y los futuros sobre los Fed Funds redujeron drásticamente las probabilidades de una subida de tipos en septiembre. En este sentido, las ventas volvieron a cebarse con Fannie Mae y Freddie Mac, que sufrieron nuevos desplomes del 27,3% y del 26%, respectivamente. La situación es tan grave que las autoridades prohibieron las posiciones cortas en estos valores.
En el lado positivo, Johnson & Johnson dio unos resultados positivos e Intel batió las previsiones con sus cuentas publicadas tras el cierre. Sin embargo, la subida inicial de la acción en el 'after hours' , en torno al 2%, se tornó en una caída del 1% porque los beneficios están alimentados por menores gastos de reestructuración y un a menor tasa fiscal; además, el margen bruto fue peor de lo esperado. Lo que sí gustó al mercado fueron las previsiones de Sun Microsystems, que se anotó el 11% tras el cierre de la sesión normal.
En el campo macro, la inflación industrial subió el 1,8%, peor de lo previsto, pero la tasa subyacente no salió tan mal. Las ventas minoristas decepcionaron claramente, con una mínima subida del 0,1% en junio. Para hoy tendremos nada menos que el IPC de junio y la producción industrial, así como las actas de la última reunión de la Fed.