La sesión de ayer prometía una cierta continuidad del rebote visto a última hora del martes en Wall Street, lógico por otra parte tras la violencia de la caída previa y tras alcanzar zonas de importantes soportes en casi todos los índices. Y así fue hasta que el presidente de la Fed, Ben Bernanke, se dirigió al Congreso de EEUU.
Entonces se desató la euforia en todos los parqués, que terminaron con subidas impresionantes.
En Europa, el EuroStoxx se desmelenó el 2,68%, y el Ibex no se quedó atrás con el 2,37%, su mayor subida diaria en casi dos años. En EEUU, lo más llamativo fue la reconquista de los 11.000 puntos por parte de un Dow Jones que se disparó más de 200 puntos, el 1,96%. El S&P 500 se anotó el 1,86% y el Nasdaq, que tuvo que sobrevivir al tortazo del 21% sufrido por Yahoo tras sus flojos resultados, logró un avance del 1,86%.
Para desatar esta euforia colectiva, Bernanke tuvo que resolver por fin su famoso dilema entre seguir subiendo los tipos y arriesgarse a una recesión, o dejar de subirlos y arriesgarse a una escalada inflacionista. La decisión fue la segunda, cosa que argumentó con las expectativas de que el enfriamiento económico modere una inflación que ahora mismo es excepcionalmente alta por factores excepcionales. En efecto, el IPC de junio publicado ayer mostró un crecimiento de la tasa subyacente superior al previsto.
Aunque algunos analistas predicaban ayer en el desierto recordando que el conflicto de Líbano sigue ahí, el actual movimiento lateral se inició mucho antes y por culpa de la incertidumbre sobre los tipos. Los alcistas han retomado el control y están en disposición de dejar un claro mínimo decreciente. Si ahora superan los máximos del rebote de finales de junio, estarán en disposición de devolver a los índices a máximos del año.
El resto de mercados también acusó las declaraciones de Bernanke. Los bonos subieron con ganas en precio, con lo que su rentabilidad cayó hasta el 5,05% en el activo a 10 años. El dólar se vino abajo, con lo que el euro reconquistó los 1,26 dólares. Esta debilidad del dólar dio un respiro al oro tras su reciente batacazo, y recuperó hasta 642,8 dólares. El petróleo agudizó su corrección con un dato de reservas de crudo mejor de lo esperado: el barril cayó por debajo de 73 dólares, hasta 72,66.
Frente al batacazo de Yahoo, JP Morgan se anotó el 5,7% tras publicar unos resultados mejores de lo esperado. Tras el cierre, Apple, Motorola y Ebay también dieron unos grandes resultados, recibidos con fuertes subidas en el after hours. La decepción vino de otro habitual perdedor de los últimos trimestres: Intel.