El análisis técnico y el fundamental, así como la psicología, muestran importantes riesgos en el mercado bursátil norteamericano. Parece que el mercado se ha tomado una pausa después del 'rally' hasta la zona de máximos históricos para reevaluar el escenario actual y si éste justifica mayores subidas.
Así que merece la pena que los inversores hagamos lo mismo. Todd Harrison, editor del newsletter 'Minyanville', hace un recorrido por lo que el llama "las cuatro patas del mercado", y encuentra que hay bastantes más riesgos al escenario de color de rosa que defiende la mayoría de los analistas:
1. Análisis técnico: es difícil encontrar elementos negativos en la actual tendencia alcista o en la superación de los máximos en los principales índices. Pero debajo de la superficie sí hay elementos preocupantes, como la falta de confirmación alcista del Dow Jones Transportes o el sectorial de bancos; o el cada vez menos numeroso liderazgo del mercado, puesto que sólo el 17% de los miembros del Dow han alcanzado récords históricos y sólo el 33% están en máximos anuales.
2. Psicología: el mercado está fascinado por el 'sex appeal' de los líderes de la subida, como Google, Research in Motion o Apple, se han convertido, primero, en refugios contra la crisis de crédito, y después, en vehículos para mejorar la maltrecha rentabilidad de los fondos en el tercer trimestre. Deberíamos haber aprendido del pasado que la euforia es siempre más aguda cuando el riesgo es más alto; aunque estos valores o los mercados emergentes pueden seguir subiendo, ya hemos visto antes esta película. Pruebas de este exceso de complacencia son la drástica caída (del 60%) de la volatilidad y los estratosféricos niveles de alcistas en las encuestas de sentimiento.
3. Fundamentales: el tercer trimestre puede ser el primero en cinco años en registrar una caída de beneficios, después de la revisión a la baja del consenso tras los malos resultados de Alcoa y el 'profit warning' de Chevron. El año pasado, los beneficios crecieron el 20% en ese período. En las últimas semanas, el mercado ha asumido que este trimestre debe darse por perdido y que hay que mirar hacia delante, como demuestra su reacción a las pérdidas anunciadas por los grandes bancos en la crisis. La clave parece estar en las previsiones para el futuro, si hablan de más incertidumbre o si anuncian un escenario positivo. Pero, aun en este último caso, puede ser problemático porque las buenas noticias suelen concentrarse en los techos y las malas en los suelos; es el gran drama del análisis fundamental.
4. Estructura: en este campo, lo que más preocupa a Harrison es el dólar. A su juicio, o la moneda norteamericana se hunde por completo, o vamos a ver una deflación generalizada de todos los activos. Y la Fed tendrá que elegir entre tolerar una explosión inflacionista (por la vía del dólar) o arriesgarse a una deflación todavía más peligrosa. El problema es que estamos en un mundo globalizado, y esta situación se extendería más allá de EEUU.