Wall Street vivió ayer una sesión de transición a la espera de los importantes datos económicos de la semana, especialmente el IPC de abril que conoceremos esta tarde. Pero, aun así, el Dow Jones dio una nueva muestra de fortaleza al subir otro 0,15%.
En zona de máximos, tras una subida tan fuerte que no ha tenido correcciones más allá de un día y con el riesgo de un mal dato de inflación que anule las esperanzas de una bajada de tipos más o menos próxima, lo normal habría sido una bajada moderada. Pero el Dow volvió a subir.
Es cierto que la subida fue muy pequeña, del 0,15%, pero mantuvo al índice por encima de 13.300 puntos y demostró que los alcistas siguen al mando. Los otros índices sí tuvieron un comportamiento más esperable, con caídas del 0,18% en el S&P 500 y del 0,62% en el Nasdaq.
Este mercado tan optimista siempre encuentra argumentos para subir: a falta de referencias económicas, se aferró de nuevo a las noticias empresariales. En este caso, fue la venta del 80% de Chrysler por parte de Daimler a un fondo de capital riesgo por 7.450 millones. El sector del automóvil reaccionó con euforia, con alzas del 4% para General Motors y Ford, y del 2,6% para la propia DaimlerChrysler.
La mejora de perspectivas de Nokia no se reflejó en el sector tecnológico, que sufrió caídas generalizadas. La biotecnológica Amgen continuó su descenso con fuerte volumen tras el retraso en la aprobación de su principal medicamento. Aparte, continuó la batalla de Murdoch por comprar Dow Jones con la oferta de un asiento en el consejo de News Corp.
La cautela ante el dato de IPC se notó en el resto de mercados. El dólar cayó frente al euro, que cerró la sesión americana en 1,3544. Los bonos también cayeron en precio, con lo que su rentabilidad subió hasta el 4,69% en EEUU. El petróleo subió, pero muy ligeramente, y terminó en 62,46 dólares.