Aunque todo el mundo coincide en que tiene que haber una corrección, de momento los mercados se siguen resistiendo. Europa logró cerrar ayer al alza de nuevo pese a mantenerse buena parte de la sesión en negativo. Pero lo realmente espectacular fue lo de Nueva York, donde los índices, después de la remontada del miércoles, se vinieron arriba con una fuerza tremenda de nuevo para cerrar con importantes subidas.
Así, el Dow Jones se anotó el 2,25%, el S&P 500 logró un 2,33% (y cada vez pone más distancia respecto a los 800 puntos recién superados) y el Nasdaq se erigió en el líder de la escalada con un 3,8%. De hecho, el índice tecnológico consiguió eliminar totalmente la pérdida acumulada en 2009 y entrar en positivo en el conjunto del año. Otra señal más de fortaleza.
Esta nueva exhibición debería trasladarse a nuestro mercado en la apertura, aunque el viernes es un día propicio para que la gente tome beneficios posteriormente y se vaya de fin de semana con posiciones cerradas. Eso pondría fin a la racha de 13 subidas consecutivas del Ibex (IBEX.MC), aunque no descarten nada: este mercado está tan fuerte que podría anotarse la número 14.
Ayer las noticias económicas no fueron especialmente halagüeñas: el PIB de EEUU registró su mayor caída desde 1982, pero con todo salió una décima mejor de lo esperado, y el mercado se quedó con eso. Las peticiones semanales de subsidios también subieron algo menos de lo previsto.
Aparte, el secretario del Tesoro propuso en el Congreso un importante endurecimiento de la regulación financiera, que comprendería unos estándares de capital más altos y obligaciones de transparencia para los hedge funds y el private equity.
En el campo empresarial, Best Buy sufrió una caída de su beneficio menor de la esperada, con lo que subió el 13% en bolsa, y General Motors se disparó el 14% tras anunciar nuevos trabajadores que se suman a su plan de rescate. Pero la estrella fue Google, que anunció nuevos despidos; su subida impulsó al resto del Nasdaq.
Hoy viernes será el día de los gastos e ingresos personales, así como el índice de confianza de la Universidad de Michigan.