El restaurante la Carmencita recupera su pasado literario con la cocina de 'El Quijote'
- Este local es la segunda taberna más antigua de Madrid
- Durante dos meses, ofrecerá platos típicos de la España profunda
Cecilia Moya
Madrid,
Desde 1954, La Carmencita, la segunda taberna más antigua de Madrid, ha sido el lugar de reuniones y charlas de poetas y escritores de la Generación del 27, de artistas, sobre todo flamencos, y de los vecinos del barrio. Su construcción y decorado, intactos desde el siglo XIX, hablan por sí solos de todo eso.
Este esquinazo del barrio de Chueca, que ha pasado por diferentes manos a lo largo de los años, cayó en posesión de Carlos y Lucía Carmona en 2013, dos hermanos santanderinos que querían sesudamente recuperar la esencia de taberna madrileña que siempre había albergado ese rincón. A partir de ese mo-mento, la materia prima y la cocina tradicional tomaron el protagonismo en el negocio.
La taberna está bautizada con el nombre de la mujer que tuvo como vivienda una de las actuales salas del local, pues todos los vecinos la conocían como "la casa de la Carmencita". Y, ahora, para conmemorar curiosidades como ésta y devolver al gastrobar su pasado literario, ya que ha sido y es musa de escritores de todas las épocas, los dueños recuperan sabores de nuestro pasado, formas de cocinar a fuego lento y tradiciones que "se están perdiendo", con cuatro platos típicos de El Quijote, un referente de la literatura universal que hace un guiño a aquello que fuimos. Una oferta que podrá disfrutarse durante los meses de marzo y abril.
El primer plato es la sopa matahambre, un caldo intenso, que te ordena el estómago y el pensamiento. Está elaborada con huesos de ternera y pollo ecológico, cocinados a fuego lento durante 24 horas, con ajo, huevo escalfado, pimentón y pan también ecológico. El siguiente, Duelos y quebrantos, es un plato tradicional, planteado como un revuelto de chorizo y panceta de Segovia con sesos de cordero. El tercero para homenajear al ingenioso hidalgo de Cervantes, es la caldereta de pastor: un guiso de cordero de alta montaña, cocinado solamente con ajo, vino, pimentón y cebolla. Como cuarto plato, pensado para endulzar la novela, proponen la torrija tradicional. Un postre de gran tamaño, muy jugoso y con canela pura.
Una exquisita propuesta que se completa con materia prima que proviene de pequeños productores nacionales y no cuentan con intermediarios, ya que los Carmona mantienen una firme apuesta por la zona rural española "que sufre una gran despoblación y necesita ayuda".
La Carmencita
C/Libertad, 16, Madrid. Tel.: 915 31 09 11. Abierto de lunes a domingo de 12.30 a 1 de la mañana, de forma ininterrumpida. www.tabernalacarmencita.es
El ambiente: de lo más castizo de Madrid. Con esencia tradicional, aunque también hay clientela joven.
Recomendación: el vermut, procedente de la cooperativa más antigua de España, Castell de Siurana (Tarragona).
Lo mejor: el potaje y los huevos con morcilla.
A mejorar: poco espacio entre las mesas.
La cata: Señorío de Cuzcurrita
Los hermanos Carmona necesitaban un vino que se dejase beber a cualquier hora, fresco y que ayudara a digerir platos copiosos e intensos. Para ello, Señorío de Cuzcurrita, reserva de Rioja, era una perfecta elección.
La historia de este vino se remonta al siglo XV en el municipio riojano de Cuzcurrita, donde elaboraban este producto en los viejos viñedos de un castillo. A principios de los 90, un grupo empresarial compró el castillo y su viñedo, y retomó la actividad de producción de la mano de Ana Martín, una de las más avezadas enólogas de nuestro país.
El resultado es un vino de color rojo picota, con un aroma intenso y elegante a frutos maduros y notas especiadas procedentes de la barrica. Un tempranillo equilibrado, complejo y con un final amable y largo.