El coche autónomo multiplicará la seguridad tras su mayor accidente
Antonio Lorenzo
"Ni un paso atrás. La tecnología al servicio de la seguridad en la conducción es una bendición que salvará cientos de miles de vidas en los próximos años. A pesar del reciente y trágico accidente de un vehículo autónomo en Estados Unidos, no hay dudas sobre el desarrollo del proyecto, sino todo lo contrario: el futuro será el coche sin conductor". Así se expresa el representante de una de las compañías automovilísticas líderes del sector, quien prefiere no significarse. Según explica este directivo, "la industria del motor reforzará sus inversiones en seguridad" justo después del primer accidente con víctima mortal por culpa de un coche autónomo. Lejos de cancelar proyectos o revisar estrategias, los representantes de las principales compañías automovilísticas consultadas por este periódico mantienen su apuesta por los automóviles capaces de autoconducirse sin concurso humano.
La primera conclusión del accidente de Uber es justo la contraria de la que los agoreros podían esperar: "No frustrará el proyecto sino que lo impulsará, pero ahora con mayores controles y protección", añade el representante de otra multinacional del motor tras recordar que "solo en España se producen alrededor de 2.000 accidentes mortales al año, donde el factor humano es el culpable del siniestro en el 95% de los casos". Si la referida cifra de víctimas se reduce a menos de media docena, la sociedad podría darse por satisfecho por los esfuerzos realizados en favor de los vehículos autónomos.
Los efectos colaterales del accidente provocado por un vehículo Uber sin conductor darán mucho que hablar en las próximas semanas. Y, desgraciadamente, el nombre de Elaine Herzberg, de 49 años, no será el único en el listado de víctimas del progreso en los próximos años. La historia ya es conocida. El accidente sucedió el pasado domingo por la noche, cuando Herzberg cruzaba con su bicicleta fuera de un paso de peatones entre Mill Avenue y Curry Road, en un suburbio sin apenas iluminación en Phoenix (Arizona, EEUU). Entonces transitaba a 65 km/h un Volvo XC90 de Uber que arrolló a la ciclista con tan fatales consecuencias. La noticia se propagó de forma viral en todo el mundo, con imágenes del suceso gracias a las cámaras del propio vehículo. Tras las primeras investigaciones, la jefa de Policía de Tempe aseguró que la colisión hubiera sido muy difícil de evitar incluso para un conductor experto, ya que la mujer irrumpió rápidamente entre las sombras en la carretera, de forma sorpresiva, por una zona sin paso de peatones.
Todo son ventajas
El alcalde de Tempe, Mark Mitchell, también respaldó a la industria del motor. "La ciudad de Tempe ha apoyado las pruebas de vehículos autónomos debido a la innovación y las ventajas que la promesa de la tecnología puede ofrecer en muchas áreas, incluyendo el transporte para los residentes discapacitados y las personas de tercera edad", dijo Mitchel, tras precisar "que los indicios muestran que las compañías que prueban aquí sus vehículos obedecen el código de circulación".
El conductor del coche autónomo de Uber que supervisaba el funcionamiento del vehículo frente al volante -cuya presencia es obligatoria por el momento- corroboró que todo sucedió en un instante, el preciso momento en el que una mujer cruzó de improviso la vía a toda velocidad.
De forma preventiva y para no agravar la tensión social, la compañía automovilística Toyota suspendió esta semana las pruebas de sus vehículos autónomos en San Francisco (California) y Ann Arbor (Michigan), enclaves donde la firma nipona prueba este tipo de coches en recintos abiertos. No ocurrió lo mismo en los circuitos privados de Michigan y California en los que Toyota afina este tipo de desarrollos en sus laboratorios de conducción. Pese a lo anterior, Toyota ha anunciado su intención de invertir más de 2.800 millones de dólares en la compra de software especializado en autoconducción.
Muchos años por delante
Aunque parezca que el coche autónomo nos espera a la vuelta de la esquina, aún queda mucho tiempo para verlo circular ajeno a las pruebas. De hecho, el conductor irá perdiendo influencia, pero no desaparecerá por completo. De esa forma, hasta que se afine la tecnología, el piloto ejercerá de supervisor de la tecnología, con capacidad para intervenir cuando lo considere. Así, los coches del futuro también permitirán la conducción tradicional para satisfacer a los usuarios aficionados al volante.
Un reciente estudio de PwC apunta que el coche autónomo será "lento pero seguro". Así, la consultora estima que "hacia 2022 y 2023 llegarán los primeros vehículos con un Nivel 4 de automatización (el Nivel 5 equivale a conducción totalmente autónoma) y que en 2030 todavía entre el 85% y el 90% de los coches serán conducidos por personas". No obstante, las mismas fuentes precisan que "la velocidad del cambio dependerá no solo del desarrollo tecnológico, sino también de la capacidad que tengamos en dotarnos de una regulación". Pero esa será otra historia.