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Jorge Vázquez: "La industria no quiere ir de la mano de los diseñadores, pero se nutre de ellos"


    Cecilia Moya

    Jorge Vázquez lo ha tenido siempre claro: sería diseñador o ninguna otra cosa. Por pura vocación o porque, como él mismo define, su ADN está impregnado de moda ya que con una madre modista, ha crecido entre patrones, telas y tendencias. Actualmente, su firma es un referente de la alta costura española, y ha sido dos veces galardonado, entre otros, con el Premio L'Oreal a la mejor colección en la MercedezBenz Fashion Week Madrid. Con todo esto, el gallego no deja de crear y soñar, y se propone, una vez más, no dejar indiferente a nadie en esta 65 edición de la MBFWM, además de sorprender con diferentes proyectos que están en camino.

    ¿Qué es para usted la moda y ser diseñador?

    La moda es para mí una forma de vida y no concibo vivir sin ello. Yo vengo de una familia donde había una empresa textil, con 20 modistas trabajando para mi madre. Está en mi ADN, y cuando me planteo a qué me dedicaría si no fuera a esto, no se me ocurre nada. No concibo mi vida sin la moda.

    ¿Cree que la moda es un motor en la economía española?

    Yo creo que sí. Para empezar, porque tenemos unas de las empresas más importantes del mundo de retail y de prêt à porter en nuestro país, como Inditex y Mango. Pero creo que aquí todavía falta creérnoslo. España tiene que salir más al extranjero. Necesitamos ayuda de la industria, en cualquier otro país: Italia, Portugal, París... cualquier diseñador está arropado y aquí parece que la industria no quiere ir de la mano del diseñador, pero ésta bebe de los diseñadores y se nutre de ellos.

    ¿Cambiaría algo del sector?

    Que las escuelas creen oficios, que se aprenda a coser, a bordar, a modelar... porque en España se están perdiendo todos los oficios y es una pena, nadie quiere coser, todo el mundo quiere ser diseñador. Tiene que haber un cambio en la mentalidad de las nuevas generaciones. Tienen que aprender que esto es algo serio, es algo de lo que puedes vivir, y no todo el mundo tiene que ser diseñador. Puedes ser una modista fantástica, patronista, cortadora... Creo que esto habría que fomentarlo y hacer algo bueno y de verdad. Yo siempre digo que Amancio Ortega, con lo generoso que es y todo lo que dona, debería montar, junto con la Universidad de A Coruña, la escuela más importante de diseño del mundo para recuperar todos los oficios y ayudar a seguir formando y a seguir generando nuevos diseñadores y artesanos.

    ¿En qué inspira sus colecciones?

    Me inspiro en muchas cosas, sobre todo en el cine, porque me encanta. La colección que vamos a presentar ahora, por ejemplo, está inspirada en la serie Dinastía, mítica de los años ochenta. Pero siempre tiro del cine, de las grandes divas cinematográficas. También me inspiro en cosas recuperadas de otras décadas. Yo creo que en la moda está todo inventado, hay que darle una vuelta, reinventarlo y adaptarlo al tiempo, pero gracias a Dios tenemos un gran legado de grandes maestros que han dejado una obra fantástica a la que recurrir; Balenciaga, Portegaz, Dior... y de ahí nos estaremos nutriendo toda la vida.

    ¿Qué es para usted la alta costura? ¿Por qué decide dar el paso e introducirse, en 2006, en esta línea?

    Para mi la alta costura en este país no la hace nadie, sólo se hace en París. Es esa magia, esa maravilla, ese trabajo artesano, ese lujo, ese estudio del patrón, de cómo se cosen esas entretelas... toda esa artesanía que hay detrás, pero esto cuesta lo que cuesta y, por supuesto, son modelos exclusivos. En mi firma hacemos medida, costura... que es algo muy artesano. Todo está hecho a la medida y estilo de cada clienta. Es otra línea de negocio donde tratas directamente con la clienta. El prêt à porter llega a la tienda y tú no sabes quién lo lleva. Esto es mucho más cercano, llegas a formar nexos de unión con la clienta. A mi me encanta, es algo mágico y muy especial.

    ¿Cuál es su 'target' de mercado?

    Yo diseño para todo el mundo. Cuando empecé, decían que Jorge Vázquez era sólo para pijas. Al principio me lo tomaba fatal, porque en esa época lo guay eran las cosas más alternativas, y yo era el comercial, el pijo o el burgués. Pero hoy por hoy estoy agradecido de haber diseñado para determinadas personas y haber vendido, y por eso estoy donde estoy. A mi me da igual que seas gordita, delgada o rubia, quiero que te guste, y que te identifiques con mi ropa, con mi estilo, mi filosofía de vida, con lo que me gusta. Lo mejor que te puede pasar es que alguien se identifique con tu diseño, por eso no quiero encasillarme en algún perfil. Depende quien se lo ponga, el traje coge una personalidad y un carácter diferente.

    ¿Cuál es su concepto de marca?

    Jorge Vázquez es femenina, elegantona, buena calidad, buena confección y un precio medio. Tiene que ser algo con lo que te haga soñar, por eso trabajo tanto la puesta en escena, para que la gente cuando vaya al desfile no sólo esté viendo a unas modelos como maniquís, sino que se metan en esa ilusión. Intento renovarme, que mi marca sea joven, tengo miedo a encasillarme, a envejecer y no evolucionar. Quiero que la gente cada temporada vea algo nuevo y que le guste.