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Los 'paladares cubanos', en peligro por servir langosta o alcohol de contrabando
EFE
Los restaurantes privados, conocidos popularmente como 'paladares', se encuentran bajo la lupa del Gobierno cubano tras la suspensión temporal de licencias por supuestos incumplimientos de normas en un sector en auge. Un ejemplo más que ilustra la nueva economía de la isla.
"Ha habido un crecimiento muy fuerte en muy poco tiempo y se les ha ido de las manos", asegura la propietaria "cuentapropista" de un afamado restaurante en La Habana, que como otros muchos locales se prepara para recibir en las próximas semanas alguna inspección de las autoridades.
El Gobierno de Cuba comunicó a los dueños de los paladares que no habrá nuevas licencias para restaurantes privados en la capital, y que comenzaba una ronda de severas inspecciones para comprobar que en los que ahora funcionan se cumpla la normativa respecto al número de asientos -no más de 50-, los horarios y el aprovisionamiento -solo con productos adquiridos con factura en tiendas del Estado-.
Ante este anuncio, los cuentapropistas gastronómicos entraron en una espiral paranoica, que les ha llevado a esconder cualquier mercancía no obtenida por vías oficiales y a rehacer la carta del restaurante para que solo incluya platos y bebidas elaborados con ingredientes de los que puedan presentar factura. Así, las botellas de licores 'premium' que llegaron a Cuba en maleta, ingredientes exóticos o las célebres langostas -casi imposibles de adquirir por vías legales- permanecen estos días fuera de la carta y a buen recaudo.
El problema es que las regulaciones del cuentapropismo, que formaron parte de las reformas económicas introducidas por Raúl Castro en la última década, aún tienen grandes vacíos, como la falta de una normativa para los trabajadores del sector privado en la isla comunista, o de un mercado de abastecimiento para mayoristas. "Se trata de ordenar un sector que empezó para dar salida a la economía familiar y se ha convertido en importante para la economía del país", explica la misma propietaria.
Y es que los 'paladares' hace tiempo que ya no son el salón de una casa particular en el que la señora de la casa cocinaba para cuatro turistas, que así lograban asomarse a la vida cotidiana de una familia cubana. En la actualidad, existen unos 1.700 paladares contabilizados en Cuba y donde muchos ya son restaurantes de estándares internacionales. Incluso, y desde el comienzo del deshielo con EE.UU, han recibido visitas como las del presidente Barack Obama, Madonna o los Rolling Stones.
Este notable y creciente éxito pone sobre la mesa un nuevo problema sobre el abastecimientos del gran número de 'paladares' y sobre todo de la población cubana. "El acaparamiento de productos crea malestar entre la población, aunque no es culpa directa de los cuentapropistas", relata la misma fuente. Y por ello, agrega, los restaurantes privados demandan desde hace tiempo un mercado mayorista.