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El Barcelona allana su refinanciación con el nuevo rating y los mayores ingresos
- Los retrasos en las obras del Camp Nou dificultan los primeros pagos del 'Espai Barça'
- El club ya diseñó una estructura de deuda a remodelar cuando bajasen los tipos de interés
Carles Huguet
A una semana de cerrar el ejercicio 2024/2025, el FC Barcelona celebra el impulso obtenido de su agencia de rating, DBRS Morningstar, a la hora de sentarse con los inversores para refinanciar su deuda actual. Con un pasivo total que en junio de 2024 rondaba los 1.900 millones de euros, el conjunto azulgrana debe abordar la renegociación de parte de sus obligaciones, algo que ya tenía previsto en el calendario, pero que se convirtió en prioritario con los retrasos en las obras del nuevo Camp Nou.
Los ejecutivos económicos del club hace semanas que mantienen reuniones con inversores de cara a refinanciar los 1.450 millones en bonos y préstamos que la entidad emitió hace dos años para financiar su nuevo estadio. El club estructuró la operación en tres grandes tramos: 583 millones a un máximo de cinco años, 477 millones a un plazo de entre cinco y nueve años y 390 millones a un plazo entre 20 y 24 años. En la firma de los contratos, la organización presidida por Joan Laporta se guardó el comodín de refinanciar los dos primeros tramos a la espera de que los tipos de interés y los diferenciales bajen.
Ese momento ha llegado. Y es que cuando el club firmó los contratos, los tipos de interés estaban al 3%, en plena subida, y los diferenciales eran todavía altos. A comienzos de junio, el BCE ha rebajado los tipos al 2% -alcanzaron picos del 4%-, por lo que la situación macroeconómica favorece al club a la hora de sentarse con los fondos y aseguradoras estadounidense que prestaron las cantidades a un tipo de interés medio del 6,82%.
Más allá de rebajar el coste del pasivo, el FC Barcelona también pretende postergar los vencimientos en el tiempo. Por este mismo momento, KBRA rebajó la nota inicial de la emisión y del BBB+ inicial pasó a una calificación de BBB. Alargar los pagos se convierte en más necesario con el retraso de aproximadamente un año que llevan las obras del Camp Nou, tal y como avisó la misma agencia y el club rechazó. El Barça pretendía volver al estadio en otoño de 2024, pero no disputará partidos allí hasta el próximo septiembre.
Pese a ello, la entidad recibió hace dos semanas el espaldarazo de DBRS Morningstar que, aunque mantuvo la calificación de BBB, cambió la perspectiva de estable a positiva. Aunque no mejoró la nota, la firma sí revisó al alza su previsión a futuro. Y con ello, el club se podrá sentar con los inversores junto con un nuevo informe de KBRA que actualice su valoración sobre la financiación, posiblemente también a mejor visto el avance, aunque más lentamente de los esperado, de las obras.
La colocación volverá a repartirse de manera privada, aunque luego coticen -ahora lo hacen en la bolsa de Viena- por los beneficios fiscales que ello da a los inversores. Los tenedores de la deuda pueden categorizar el pasivo como un 'activo disponible para la venta' al estar listado, aunque no tenga intención de deshacerse de él. Gracias a ello, se ahorran las retenciones tributarias en los intereses en el momento de cobrarlos.
Suben los ingresos
En plenas conversaciones, el FC Barcelona se esfuerza para que la foto de sus cuentas al cierre del ejercicio 2024/2025 sea lo mejor posible. Según dijo el propio Laporta la pasada semana, está previsto que la temporada termine con unos ingresos de 950 millones de euros tras superar las previsiones de venta de entradas en 44 millones frente a los 893 millones presupuestados. El dirigente no dio cifras sobre rentabilidad después de que el año pasado registrase unas pérdidas de 90 millones de euros con motivo, principalmente, de deterioros por la operación fallida de Barça Vision.
El club presupuestó unas ganancias de 5 millones de euros a principio de temporada. Además, DBRS Morningstar anticipó en su revisión del rating un ebitda de 90 millones, excluyendo ventas de jugadores. En este capítulo, la entidad también ha jugado sus cartas y ya se ha embolsado más de 10 millones por operaciones de jugadores de terceros equipos sobre los que tenía derechos y retrasa el pago de la cláusula del futbolista Nico Williams, del Athletic Club, a julio para que no compute en el ejercicio actual.
A medio plazo, espera un ebitda de 100 millones de euros tras el pago de la deuda del Espai Barça -para el que se destinarán los primeros 100 millones al año que genere el estadio-. Excluyendo la financiación de la instalación, la agencia de rating calcula que la ratio deuda/ebitda se situará en alrededor de las 5,8 veces -a partir de 3 veces se considera alta- "y que mejore de forma continua a partir de entonces, gracias al crecimiento del ebitda y a la amortización del principal de los bonos" que el club ha emitido en los últimos años.
En el caso de rebajar la relación de deuda y ebitda por debajo de las 4,5 veces, el FC Barcelona tendría la puerta abierta a una mejora de la calificación crediticia. Superar las 7 veces implicaría lo contrario.