De inventar un tipo de fregona a ser propietario de un castillo: esta es la historia de Sergio Cervellin

Cuando muchos no creían, él siempre confió en su trabajo, compromiso y esfuerzo. Se trata de Sergio Cervellin, de 69 años, que fue el creador de la fregona Vileda y la escoba de tela Swiffer, partiendo de la 'Universidad de la acera' y, actualmente, ha salvado y reabierto al público el magnífico Castillo de Catajo.

Historia

"Simplifiqué un marco, quité los tornillos y una lógica de enclavamiento", ha relatado con respecto a su primer invento en una entrevista con 'Corriere della Sera'. En relación al segundo, presente en millones de hogares, ha manifestado que "nació de un vuelo de San Paolo a Milán, observando las partes flexibles de las alas. En un trozo de papel de azúcar, fijé la idea".

A pesar de que no es un amante de la cultura, un día pasaba por el castillo y vio que estaba totalmente abandonado. De ahí que se preguntase abiertamente por qué a nadie se le había ocurrido comprarlo. Tras investigar, descubrió que la propiedad estaba en subasta.

Más detalles

De hecho, debido a la ausencia total de compradores, el precio había bajado de 11 a 3 millones de euros, una cifra asequible para el empresario. "Quería que un bien histórico fuera accesible para todos, no que fuera mi residencia. Todos debían saber que dentro del castillo había frescos de hace 500 joyas", ha relatado el hombre a 'Leggo'.

Gracias a la restauración, el castillo ha recuperado todos sus tesoros, destacando por encima de todo el ciclo de frescos de Giambattista Zelotti, alumno de Paolo Veronese, donde narra las épicas hazañas de los miembros ilustres de la familia Obizzi, 'condottieri' al servicio de varios estados italianos.

A tener en cuenta

Su protagonismo ha permitido que el castillo haya cobrado una nueva vida, recibiendo 50.000 visitantes al año. Una obra "inmensa e inagotable" que no pasa desapercibida para los turistas que acuden al lugar. Es más, así lo han hecho constar en las redes sociales con sus comentarios positivos.

Cabe destacar que puedes visitar el castillo de manera individual, escaneando los códigos QR con el teléfono móvil y oyendo las descripciones en audio, o bien reservando una visita guiada, con la que descubrirás todos los misterios de su interior en tan solo una hora.