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El desplome de la contaminación en China acelera el calentamiento global para sorpresa de los científicos

  • La fuerte reducción de la emisión de partículas está detrás del alza de temperaturas
  • Las propias partículas de la polución reflejan la luz solar hacia el espacio...
  • ... lo que funcionaba como una especie de amortiguador frente a la luz solar

elEconomista.es

Increíble pero cierto. El desplome de la contaminación en China está acelerando el calentamiento global y la explicación tiene bastante lógica. El gigante asiático está protagonizado una auténtica revolución verde en su economía, convirtiéndose con diferencia en el mayor inversor del mundo en energías renovables y energía nuclear (apenas genera emisiones, pero sí residuos). Este giro que ha cobrado intensidad en los últimos 15 años y que, en principio, debería ser muy positivo para el medio ambiente está provocando que el calentamiento global acelere. La quema de combustibles fósiles (petróleo, gas, carbón...) es muy contaminante, pero al mismo tiempo ayudaba a enfriar el planeta. Esta incoherencia tiene dos explicaciones relativamente sencillas que se exponen a continuación. No obstante, resulta paradójico (como poco), que el milagro energético y ambiental de China haya desembocado en un incremento del calentamiento global.

El reciente aumento en la tasa de calentamiento global se debe principalmente a los esfuerzos de China por reducir la contaminación atmosférica, lo que plantea interrogantes sobre cómo las regulaciones de calidad del aire influyen en el clima y si comprendemos plenamente el impacto de la eliminación de aerosoles de la atmósfera. Este calentamiento adicional, enmascarado por los aerosoles, representa el 5% del aumento de la temperatura global desde 1850.

A principios de la década de 2000, China presentaba una calidad del aire extremadamente deficiente como resultado de la rápida industrialización (el milagro económico de China), lo que provocó un creciente hastío entre determinados sectores de la población y también cierta 'vergüenza' para China, puesto que coincidió con el período previo a los Juegos Olímpicos de Pekín de 2008, que expuso al país al mundo entero. En respuesta, las autoridades chinas pusieron enormes filtros en las centrales eléctricas de carbón para reducir las emisiones más contaminantes y endurecieron las normas que regulan los escapes de los vehículos, además de emprender una masiva inversión para generar electricidad con energías renovables lo que provocó una reducción del 75% en las emisiones de sulfatos. Hoy, China es el mayor 'electroestado' del mundo y pronto superará a EEUU en generación de energía.

La otra cara de la reducción de emisiones

Pero esta historia de éxito ambiental tiene un lado negativo. Según un estudio publicado hace unas semanas, el aire contaminado de China había estado enfriando el planeta sin darse cuenta, y ahora que ha desaparecido, se está empezando a observar un mayor efecto de calentamiento.

El calentamiento probablemente se ha acelerado en la última década aproximadamente. Desde 1970, el mundo se había calentado a un ritmo constante de aproximadamente 0,18 °C por década, pero desde 2010, esa tasa parece haber aumentado hasta los 0,24 °C por década, una vez que se elimina la influencia de la variabilidad climática natural. Los investigadores han atribuido este repunte del calentamiento a los esfuerzos por reducir la contaminación atmosférica, pero hasta ahora les había costado determinar la contribución de cada región a la tendencia global.

Los aerosoles de sulfato, liberados por la quema de combustibles fósiles, enfrían el planeta de dos maneras. Las propias partículas reflejan la luz solar hacia el espacio, protegiendo a la Tierra de la radiación solar. También influyen en la formación de las nubes, aumentando la aparición de nubes más blancas y duraderas que, además, reflejan la radiación. Por lo tanto, la eliminación de estos aerosoles de la atmósfera elimina el efecto de enfriamiento.

Para analizar y diseccionar este efecto, Bjorn Samset, del Centro CICERO para la Investigación Climática Internacional en Noruega, y sus colegas utilizaron datos de emisiones recientemente publicados que ofrecen una imagen más precisa de las medidas chinas contra la contaminación por aerosoles desde 2005. Estos expertos han utilizado modelos extremadamente modernos para simular cómo respondería el sistema climático a descensos rápidos de los niveles de aerosoles, específicamente en China. Posteriormente, compararon estos resultados con datos reales, como observaciones por satélite y estimaciones de contaminación por sulfatos extraídas de informes de emisiones. Con todo, han descubierto que el escenario creado en la simulación era coherente con las señales de los datos reales.

Samset explica que "cuando empezamos a analizar las cifras, resultó que es definitivamente algo grande; no es un efecto pequeño", añade. En total, la lucha contra la contaminación atmosférica de China es responsable del 80% del aumento del calentamiento global observado desde 2010, concluye el equipo, alrededor de 0,05 °C adicionales por década. Si se considera el calentamiento total desde 1850, aproximadamente 0,07 °C pueden atribuirse a la limpieza de los aerosoles chinos, o alrededor del 5% del total, afirma Samset.

Parte de esto se explica por la enorme magnitud de las reducciones de la contaminación atmosférica que China ha logrado, reduciendo las emisiones de dióxido de azufre en alrededor de 20 millones de toneladas al año desde mediados de la década de 2000. Sin embargo, la calidad del aire de China también tiene un impacto particularmente fuerte a nivel mundial, afirma Samset. "Cuando se emiten aerosoles sobre China, estos son absorbidos por la circulación atmosférica y transportados por el Pacífico, por lo que se extienden por una amplia zona", explica. "La misma cantidad de emisiones de la India no habría tenido el mismo efecto en el calentamiento global".