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Ni bicarbonato ni sosa caustica: el truco infalible para desatascar el fregadero

Fregadero | iStock

Gloria Martínez

Cuando el fregadero no traga bien, hace ruidos extraños o desprende malos olores, es posible que haya un atasco en las tuberías. Lo más común en estos casos es recurrir a desatascadores de supermercado, que suelen ser poco efectivos y en ocasiones pueden provocar daños en la superficie de la pila. Otra opción es usar bicarbonato o sosa caustica, pero son dos productos muy peligrosos debido a la gran cantidad de químicos que contienen. No obstante, existe un producto que solucionará fácilmente este problema: la sal gorda.

Estas molestas obstrucciones en el fregadero o en la ducha suelen deberse a la acumulación de restos de comida, la grasa que desprenden, la cal o el jabón. Si con el paso del tiempo, no se limpia adecuadamente la tubería, estos residuos terminan por quedar solidificados y crean tapones que impiden o dificultan el paso del agua. Si empiezas a notar que el agua tarda en colarse o escuchas un burbujeo, es momento de tomar una decisión.

Sal gorda para desatascar el fregadero

La sal gorda, o sal gruesa, es un ingrediente que utilizamos en un sinfín de elaboraciones gastronómicas. Aunque es menos común que la fina, esta tiene un uso maravilloso que mucha gente desconoce y que solucionará muchos de nuestros problemas. Entre sus múltiples propiedades, encontramos la abrasiva, un elemento que le permite arrastrar residuos acumulados en el interior de las tuberías.

Por otra parte, su efecto desinfectante es capaz de neutralizar las bacterias y los malos olores, otros de los principales problemas que ocurren cuando una tubería comienza a atascarse. Si usamos la sal gorda correctamente, será nuestro mejor aliado para el mantenimiento doméstico de las instalaciones de fontanería de nuestro hogar y evitaremos recurrir a la ayuda de un profesional cuando no es necesario.

Cómo usar la sal gorda para desatascar el fregadero

Para poner en práctica este truco con el que desatascar las tuberías, solo necesitarás 250 gramos de sal gorda y un litro de agua hirviendo. Comienza secando bien el fregadero, asegurándote de que no haya agua estancada en la zona de la pila donde vas a trabajar. A continuación, echa la sal gorda directamente por el desagüe tratando de que penetre lo máximo posible para que funcione adecuadamente.

En este momento, y opcionalmente, puedes añadir media taza de vinagre blanco y dejar actuar durante diez o quince minutos para aportar un olor más agradable y mejorar el paso del agua posteriormente. Una vez pasado el tiempo, vierte el agua hirviendo lentamente por el desagüe para que ayude a disolver la grasa y arrastrar la sal con los residuos que queremos eliminar. En tan solo unos minutos conseguirás recuperar tu fregadero casi tan perfecto como el primer día.