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Este fue el último día de Jorge Mario Bergoglio en Argentina: "Nos vemos a la vuelta"
elEconomista.es
El anuncio de Benedicto XVI sorprendió a todo el mundo al dar a conocer su decisión de renuncia al papal en latín. Jorge Mario Bergoglio, que por aquel entonces era cardenal y arzobispo de Buenos Aires, no fue una excepción.
Ese 11 de febrero de 2013 el que sería el futuro Sumo Pontífice se levantó como siempre a las 4 de la madrugada en su sencillo departamento en el segundo piso de la Curia, una vivienda modesta de dos habitaciones en un edificio contiguo a la Catedral Metropolitana de la capital argentina.
Bergoglio disponía de tres oficinas, pero la más grande solo la utilizaba cuando no había mucha gente. Benedicto XVI dio la noticia a las 11:30 de Roma, lo que equivale a las 7:30 de Argentina, cuando mismo se enteró llamó al padre Alejandro Russo, actual rector de la Catedral de Buenos Aires y que conocía a Bergoglio desde sus tiempos en los que era provincial de los Jesuitas.
Ahora Russo recuerda esos últimos días antes de que su compañero se marchara, antes de ser el Papa. Cuando llegó al despacho para reunirse con el que sería Francisco I este se encontraba hablando por teléfono con Roma. En ese momento le susurró que "el Papa es usted", lo que Bergoglio miró con incredulidad: "No, Alejandro, no es posible". Explica que este pensamiento se debía a que "él acababa de renunciar a su sede de Buenos Aires, había cumplido 75 años, y pensaba que su tiempo ya había pasado", cuenta Russo a medios argentinos.
Los momentos que siguieron fueron de tensión y llamadas a Roma, pero en todo momento Bergoglio insistía en que no era el momento de hablar de una posible elección a su favor.
Poco a poco se acercaba la fecha del día del Cónclave y Benedicto XVI había dejado claro que el 28 de febrero sería su último día, pero Bergoglio no había decidido si debía ir. En estos días Russo se volvió un consejero para él y finalmente decidió partir el 25 a Roma.
Su última misa en Buenos Aires fue pocos días antes para un pequeño grupo de sacerdotes. "Me dejó lista la homilía del Jueves Santo para que la pasaran a máquina", recuerda el padre Russo.
Se acercaba su marcha y solo le quedaban unos pocos detalles que terminar, aunque nunca pensó que estos fueran permanentes. Entre ellos debía pagarle a su buen amigo Daniel Del Regno, que le llevaba todos los días el diario La Nación: "Cuando me enteré de su viaje, por que él mismo me lo comentó, le dije si le parecía conveniente suspender los diarios, y me respondió que no, estaría de vuelta en una semana. Cuando nos enteramos que era Papa fue una alegría y traté de llamar a la Curia, pero me ganó de mano. Era él despidiéndose y ahora sí suspendiendo los diarios", explicó a medios nacionales.
El martes 26 de febrero de 2013 fue el último día de Bergoglio en Buenos Aires. Ese día Russo se despidió de él mientras ultimaban detalles de la Catedral. Le dejó caer que debían nombrarlo Papa el 19 de marzo, ya que ese día tiene un significado especial por ser San José "me respondió: '¿Pero piensas que yo le voy a decir al Papa qué día tiene que coronarse?", la respuesta fue clara y el padre Russo respondió: "No, pero yo se lo estoy diciendo al Papa".
Lo último de suelo Argentino que pisó fueron los pasillos del aeropuerto y desde entonces no regresó a su país. "Nos vemos a la vuelta", le dedicó a su amigo el padre Russo.