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Vecinos del embalse de As Conchas en Ourense interponen una demanda contra la Xunta ante el TSXG por contaminación

  • Un tribunal europeo evaluará por primera vez el impacto de la ganadería industrial desde una perspectiva de derechos humanos ante denuncias de aguas infectadas 
Embalse de As Conchas (Ourense).

elEconomista.es
Galicia,

La asociación local de vecinos del pueblo de As Conchas, en el municipio de Lobeira (Ourense), y la Federación de Consumidores y Usuarios CECU, junto a siete ciudadanos particulares, han presentado una demanda pionera ante el TSXG por violación de derechos humanos contra la Xunta, la Confederación Hidrográfica Miño-Sil y los municipios de Bande, Muiños, Lobeira, Trasmiras y Os Blancos por "permitir durante décadas" la contaminación del embalse de As Conchas.

Amigas de la Tierra y ClientEarth dan su apoyo al litigio, que se basa en la acusación de que las autoridades denunciadas no han garantizado los derechos fundamentales de las personas que habitan en la zona, en particular el derecho a la vida, la prohibición de la tortura y el trato degradante, el derecho a la vida privada y familiar y al domicilio y la protección de la propiedad.

De acuerdo con Amigas de la Tierra, este caso judicial "marca un precedente en Europa", ya que por "primera vez" un tribunal evaluará el impacto de la ganadería industrial en los recursos hídricos desde una perspectiva de derechos fundamentales. En concreto, critica la falta de control de las administraciones públicas respecto al tratamiento que debe darse al exceso de purines y gallinaza, la mezcla de excrementos y agua, principal residuo de la ganadería industrial.

La organización critica que las condiciones de vida en la zona se han deteriorado gravemente por la contaminación provocada por los "cientos de explotaciones ganaderas intensivas que operan en la zona" debido a las autorizaciones que la Xunta ha otorgado de forma permisiva. Denuncian, además, que n determinados casos las aguas de abastecimiento municipal también están contaminadas.

Amigas de la Tierra advierte de que el nivel de nitratos registrado en el embalse es "extremadamente elevado", lo que supone un factor de riesgo de distintos tipos de cáncer. A su vez, relata que su presencia también se ha asociado con el linfoma no Hodgkin (LNH) y la metahemoglobinemia, enfermedad que se origina en la sangre y que puede ser mortal.

Los estudios de los que se disponen, según especifican, revelan la presencia de bacterias resistentes a los antibióticos en el embalse, conocidas por provocar enfermedades complicadas de tratar o imposibles en algunos casos. Asimismo, señalan que el "intenso hedor" procedente de estas explotaciones intensivas viene provocado por unas finas partículas en el aire que pueden causar problemas respiratorios y asma, especialmente a los más vulnerables, niños y personas mayores.

Origen

Amigas de la Tierra detalla que la contaminación se retrotrae a 2011, cuando se produjo una explosión de cianobacterias en el embalse y la superficie quedó cubierta por una película verde. Desde entonces, explica que los demandantes han intentado "entablar un diálogo" con las autoridades autonómicas y locales sobre los elevados niveles de contaminación con los que conviven, pero no han visto que hasta la fecha hayan tomado ninguna medida al respecto.

De hecho, argumentan ante el TSXG que la administración en ocasiones ni siquiera cumple con el requisito mínimo a la hora de alertar a los residentes sobre la toxicidad del embalse. La representante de Amigas de la Tierra, Blanca Ruibal, explica que este modelo de ganadería conlleva perjuicios para las personas y el entorno.

Por esta razón, Ruibal urge establecer un plan de reducción de la ganadería industrial mientras que se apuesta por la ganadería extensiva, la agroecología y modelos de producción de alimentos que respeten los límites de los ecosistemas y contribuyan a frenar la despoblación y mantener un mundo rural vivo.

Nieves Noval, abogada de ClientEarth, añade que las autoridades han fallado a las personas residentes de la comarca de A Limia y del pueblo de As Conchas, ya que a pesar de ser "plenamente conscientes" del impacto real que la ganadería industrial ejerce sobre la zona, continúan autorizando estas explotaciones de manera permisiva y reiterada.