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La NASA vuelve a elevar el riesgo de impacto del meteorito con la Tierra al 2,3%: la misión espacial que podría evitar el desastre

Aspecto de la luna Dimorphos antes del impacto de la Misión DART. / NASA

elEconomista.es

Si este jueves contamos que los últimos cálculos sobre la trayectoria del meteorito 2024 YR4 habían arrojado un aumento de las probabilidades de que impactase con la Tierra del 1,2 al 1,8%-1,9%, este viernes la cifra ha vuelto a quedar obsoleta.

Los cálculos más recientes del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS), perteneciente a la NASA, elevan esta probabilidad al 2,3%. Por su parte, los cálculos de la Agencia Espacial Europea coinciden; del 1,8% de la semana anterior, ahora pasa al 2,2%.

No obstante, la propia ESA espera que, a la larga, la probabilidad termine bajando. "Se espera que este valor numérico evolucione en las próximas semanas a medida que se publiquen más observaciones, primero aumentando y luego disminuyendo, si este asteroide sigue el patrón de descubrimientos anteriores", explica en su blog.

En cualquier caso, todavía quedan meses y años de observaciones y cálculos para saber, sin margen de error, si finalmente el asteroide YR4 2024 pasará de largo o, por el contrario, si impactará en nuestro planeta.

¿Y si sube al 100%?

Pongámonos por un momento el peor de los casos: ¿qué ocurriría con nuestro planeta?

Ese escenario —el de que un meteorito vaya a impactar contra la Tierra— ya ha sido ideado por numerosos astrónomos. Y, de hecho, ya contamos con una posible solución con eficacia demostrada.

En 2022, la NASA culminó con éxito la Misión DART, la primera misión espacial cuyo objetivo consistió en investigar y demostrar un método de desviación de asteroides modificando su movimiento y trayectoria mediante el impacto cinético.

En concreto, la nave DART fue lanzada el 24 de noviembre de 2021, y diez meses más tarde (el 26 de septiembre de 2022), impactó contra la luna Dimorphos, un pequeño cuerpo de apenas 160 metros de diámetro.

Al hacerlo, estudios posteriores demostraron que ese impacto desvió la trayectoria del meteorito y modificó su órbita. Por tanto, la NASA acreditó que este método sería válido en caso de que otro meteorito amenazase la seguridad del planeta.