Así es la pepita de oro de 2,5 millones que fue hallada por dos mineros: tesoro de 72 kilos por el que solo se pagó 12.000 euros
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Cristian Gallegos
Durante el siglo XIX la fiebre del oro, período de migración de trabajadores hacia zonas más rústicas en las que se ha producido un descubrimiento de yacimientos de oro, se trató de un fenómeno que ocurrió en diferentes países, pero que tuvo su apogeo en las excolonias europeas, como en Australia. Fue en esta zona del globo donde los mineros John Deason y Richard Oates se toparon con la pepita de oro de sus vidas. Un tesoro que luego se vendió a un precio ridículo y que impidió que los tataranietos de estos mineros disfruten de su millonario valor.
La historia de los dos mineros es de hace casi 155 años. Ambos, oriundos de Cornualles, un condado en el extremo suroeste de Reino Unido, tuvieron la suerte de descubrir la pepita de oro más grande del mundo cuando estaban explorando los campos de oro de Victoria, Australia, el 5 de febrero de 1869. Cuando la encontraron, muy cerca de la superficie, pesaba 72 kilos y tenía 61 cm de largo. Así pasó a llamarse 'Welcome Stranger' (en su traducción, 'Extraño Bienvenido').
Exactamente se encontraba en una cuesta llamada Bulldog Gully. Era una enorme pieza de oro encastrada en cuarzo y enterrada muy cerca de la superficie. Era tan grande, que Deason escribió: "Trate de sacar la pepita con el pico, pero se rompió. Luego conseguí una palanca y saqué la pepita hacia la superficie". La llevaron hasta la ciudad de Dunolly, a unos 20 Km, y la pesaron en el London Chartered Bank. Una nota en el periódico local del 12 de febrero de 1869 señalaba que: "Estamos contentos de que el monstruo haya caído en manos de estos hombres tan trabajadores".
Según el relato histórico, la pepita fue dividida en trozos inmediatamente, en parte porque era muy grande para las balanzas, antes de que pudiera hacerse un modelo de ella o tomarle fotografías. Se hizo un dibujo basado en el recuerdo de aquellos que la vieron y ahora hay una réplica en el Museo de Dunolly.
Según una publicación de la BBC, los descendientes de John Deason y Richard Oates, se reunieron 150 años más tarde, en 2019, en el sitio donde fue hallada. Como parte de las celebraciones se hizo una obra de teatro con trajes de la época y se tomó una foto recreando el evento con parientes de los dos hombres.
"Es una gran historia de dos hombres que se convirtieron increíblemente ricos en un instante. En esos días, eso no pasaba", señaló al medio británico John Tully, de la Goldfields Historical Society. "Hoy en día tenemos cosas como la lotería, con la que la gente se vuelve millonaria de la noche a la mañana, pero en ese entonces, no era así".
¿Herederos millonarios?
En este contexto, Suzie Deason, actualmente de 43 años, es descendiente de John Deason y aún vive en la zona. "Cuando la gente escucha mi nombre siempre me pregunta dónde está el oro o si soy muy rica", manifestó a la BBC. "Desafortunadamente, no lo soy. Ni siquiera tengo alguna joya hecha de la pepita", agregó. Y es que los descendientes directos de John Deason y Richard Oates vendieron la pieza millonaria en la insólita cantidad de 12.000 euros. Si la pepita se vendiese en la actualidad, su precio rondaría los 2,5 millones de euros, o más.
El 'Triángulo de Oro'
En la época del hallazgo, Moliagul -donde fue encontrada la pepita, alojada en las raíces de un árbol- era un pueblo marcado por la fiebre del oro, con 11 bares. Hoy, según describe el medio británico, es mayormente una comunidad ganadera sin tiendas ni hoteles y con apenas un puñado de casas. Sin embargo, los buscadores de oro todavía se sienten atraídos por la zona, conocida como el Triángulo de Oro.
"La gente viene hasta aquí a probar suerte y pasa días y días tratando de encontrar su fortuna. Aún quedan pepitas de un tamaño considerable por aquí, pero nada como 'Welcome Stranger'", cuenta Deason. "Lo llamamos fiebre del oro. Es una enfermedad, una adicción a buscar oro", sentencia.