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Así es el túnel que desafía a la ingeniería y que uniría a Europa con EEUU: inversión de 20 billones para una ruta trasatlántica de 54 minutos

Foto: Dreamstime.

elEconomista.es

La idea de desarrollar un túnel que conecte dos continentes no es un concepto reciente. Desde hace más de un siglo, visionarios de la ingeniería han soñado con una estructura capaz de atravesar los 5.470 kilómetros que separan Estados Unidos del Reino Unido. A pesar de los avances tecnológicos, este proyecto monumental sigue siendo una utopía, enfrentando desafíos técnicos y económicos colosales que parecen insuperables en la actualidad.

El túnel transatlántico, como se le denomina, propone una estructura submarina que revolucionaría las comunicaciones y el transporte entre ambos continentes. Para poner en perspectiva la magnitud de este proyecto, el túnel del Canal de la Mancha, que conecta Inglaterra y Francia, tiene una extensión de solo 37,9 kilómetros y requirió casi dos décadas de estudios y planificación antes de ser finalizado en 1994.

Según detallan medios británicos, el coste estimado para llevar a cabo el túnel transatlántico es de alrededor de 20 billones de euros, una cifra que rivaliza con el PIB combinado de naciones como China, Japón y Alemania. En comparación, el túnel del Canal de la Mancha costó 6.400 millones de euros, lo que pone de manifiesto la magnitud de los recursos que se necesitarían para hacer realidad esta ambiciosa propuesta.

Los desafíos y opciones para la obra

La construcción del túnel implicaría excavar o sumergir a profundidades extremas, donde la presión es casi insostenible para cualquier estructura. Esto conlleva riesgos geológicos y logísticos monumentales, lo que hace que la viabilidad del proyecto se vea comprometida desde el inicio. Existen varios diseños propuestos, incluyendo un túnel flotante sumergido que se suspendería a unos 49 metros de profundidad mediante cables anclados al fondo oceánico.

Otra opción es un modelo híbrido que combinaría segmentos submarinos en el lecho marino con partes flotantes. Sin embargo, este enfoque sigue siendo extremadamente costoso y complejo, lo que plantea serias dudas sobre su viabilidad a largo plazo. Además, es fundamental considerar el impacto ambiental que tendría un proyecto de esta magnitud en los ecosistemas oceánicos.

Trenes de 8.000 km/h

El túnel transatlántico no solo incluiría la infraestructura del túnel, sino que también se contempla el uso de trenes de levitación magnética (maglev) conocidos como vactrains. Estos trenes operarían en un entorno casi sin aire, eliminando la resistencia aerodinámica y alcanzando velocidades impresionantes de entre 6.400 y 8.000 km/h, lo que permitiría conectar Londres y Nueva York en aproximadamente 54 minutos. Sin embargo, la tecnología necesaria para construir y operar estos trenes a gran escala aún no está completamente desarrollada.

Los desafíos que enfrenta el túnel transatlántico son abrumadores. Además de los costes astronómicos, la presión oceánica, el riesgo de terremotos y las corrientes submarinas complican enormemente la construcción. También es imprescindible tener en cuenta las dificultades de mantenimiento y seguridad que conllevaría un túnel de tal extensión.

Aunque la idea del túnel transatlántico puede parecer lejana, hay proyectos "más modestos" que podrían proporcionar una hoja de ruta para futuras construcciones submarinas. Un ejemplo es el túnel que se planea construir entre España y Marruecos a través del Estrecho de Gibraltar, que abarcaría 27 kilómetros de los cuales 17 serían sumergidos. Este proyecto, actualmente en fase de estudio, refleja los enormes retos que cualquier infraestructura submarina enfrenta.