Dónde acaba la ropa usada que tiras al contenedor: una investigación revela viajes de miles de kilómetros hasta otros continentes
- La organización colocó dispositivos de geolocalización a 29 prendas usadas
- Un año después revela el destino de 21 de ellas
- La UE encara la economía circular alcanzando el récord de materiales usados a partir de productos reciclados
Sergio Guinaldo
Cuando una prenda de vestir de nuestro armario queda en desuso, se recomienda que se deposite en un contenedor de ropa. Al hacerlo, confiamos en que esta tenga una segunda vida, ya sea para que se repartan a personas que la necesiten o para que se reciclen, formando parte de nuevas confecciones. La realidad, en cambio, es muy distinta.
Una investigación de Greenpeace revela que, lejos de ser reutilizadas en España, la mayoría prendas son exportadas a países del Sur Global, principalmente Asia o África.
Para averiguarlo, la organización colocó en agosto y septiembre de 2023 dispositivos de geolocalización en 29 prendas de ropa y zapatillas usadas, las depositó en contenedores de ropa (en la vía pública o en tiendas de ropa como Zara o Mango) de diversas ciudades españolas (A Coruña, Alicante, Barcelona, Bilbao, Castellón, Granada, Madrid, Málaga, Santa Cruz de Tenerife, Sevilla y Valencia).
Más de un año después, la ONG pudo seguir el rastro de 23 de las 29 prendas iniciales. Solamente dos han acabado en España, "una en un vertedero de Almería y otra en una planta de tratamiento de residuos de Fuenlabrada (Madrid)".
En cuanto a las 21 restantes, las prendas han salido fuera de España y han acabado en 11 países diferentes de cuatro continentes distintos.
Solamente una prenda (una chaqueta vaquera) acabó dentro de Europa. Tras salir de Algeciras, llegó a Bulgaria y, desde allí, terminó en Tulcea (Rumanía). Afortunadamente, esta fue a parar a una tienda de ropa de segunda mano.
Asia, África, principales destinatarios
Siete prendas llegaron a Emiratos Árabes, y de ellas, cuatro se volvieron a detectar posteriormente en Egipto, Costa de Marfil e India, demostrando que Emiratos no es un destino final, sino un lugar de paso.
Otras cinco prendas fueron localizadas en Pakistán y tres llegaron a India. "Las tres han dado la última señal en Panipat, en el Estado de Haryana, donde se localiza una zona industrial dedicada al reciclado de residuos textiles y que, de hecho, se la conoce como 'capital del desecho' por ser 'el centro mundial del reciclaje textil'", explica la organización.
También se han geolocalizado prendas en Marruecos, Togo, Ghana o Camerún, donde es habitual que acaben en mercadillos.
Como resumen, los dispositivos instalados por Greenpeace han documentado la presencia de estas prendas en 11 países diferentes de cuatro continentes distintos: Emiratos Árabes Unidos, Pakistán, Marruecos, India, Egipto, Camerún, Togo, Ghana, Costa de Marfil, Rumania y Chile.
En total, las 23 prendas han recorrido 205.121 kilómetros, cuya suma equivale a más de cinco vueltas a la Tierra. Sorprende, además, el caso particular de un pantalón, que viajó desde Madrid hasta Emiratos Árabes para, posteriormente, acabar en Costa de Marfil. Allí se le perdió la pista.
Modelo insostenible
Además, estos datos son solo la punta de iceberg, ya que la Unión Europea estima que España solo recoge selectivamente un 4 % de la ropa tras su uso, lo que indicaría que la envergadura del problema puede ser aún mayor que la que describen los hallazgos de la investigación de Greenpeace.
Ante esta constatación, Greenpeace señala que "El destino final no depende de los contenedores donde se depositen las prendas, tanto si estos son municipales o están localizados en tiendas, ya que comparten las mismas entidades de gestión".
"Los resultados de esta investigación muestran un modelo absolutamente insostenible en el que prendas que cuestan cada vez menos y son de peor calidad, tras ser desechadas, viajan miles de kilómetros para buscar una segunda vida que casi nunca llega. Este modelo necesita de países del Sur Global para, primero, producir ropa, y, segundo, gestionar los residuos que generan las prendas que desechamos", concluye.