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El denunciante de Alvise asegura ante el juez que le pagó 100.000 euros a cambio de "favores futuros"

Alvise Pérez, líder del partido Se Acabó La Fiesta

Ángela Poves

El empresario Álvaro Romillo, alias Cryptospain, ha asegurado este miércoles ante el magistrado José Luis Calama, que entregó 100.000 euros en metálico al eurodiputado, Alvise Pérez, a cambio de recibir "favores futuros" por parte del líder de Se Acabó La Fiesta, entre otros asuntos. El también denunciante, que ha comparecido en calidad de investigado, ha ratificado los hechos relatados en su escrito, donde acusaba al dirigente político de una presunta comisión de un delito de financiación ilegal.

Alvise, sin embargo, no ha ha acudido a su citación ante la Audiencia Nacional. Según fuentes jurídicas, el eurodiputado se encuentra en Bruselas a cargo de sus obligaciones profesionales. Cabe recordar, que en un auto, el juez Calama le ofreció, dada, precisamente, su condición de aforado, "la posibilidad de personarse en las actuaciones y declarar de forma voluntaria". El letrado del denunciado, no obstante, ha detallado que la intención de Pérez es ofrecer fechas en los próximos días para acudir a declarar ante el instructor del procedimiento.

Estas diligencias se enmarcan dentro de una línea de investigación separada, dado que, en paralelo, el juez acordó ya abrir otra pieza independiente de la causa principal para investigar la supuesta estafa piramidal a través de la red empresarial de Romillo. Tal y como adelantó este periódico, la trama suma al menos 26 sociedades y llegó a estafar, presuntamente, 600 millones de euros a más de 2.000 inversores.

De acuerdo con fuentes consultadas, Romillo y su padre, Domingo Romillo, junto a otros socios, conformaron una compleja red societaria que prometía rentabilidades de más del 50% con inversiones en criptomonedas, arte, coches de lujo e incluso proyectos inmobiliario. El eurodiputado acudió a Romillo, precisamente, por su posición como CEO de esta compañía.

Así las cosas, el magistrado explicó ya en una providencia, que al promocionar Alvise la actividad presuntamente ilícita llevada a cabo a través del entramado financiero, podría dar lugar a ser considerado "como cooperador necesario o cómplice en el delito de estafa agravada".

El entramado

La familia Romillo gestionaba fondos a través de cuentas bancarias en Portugal y utilizaba estructuras corporativas de Nuevo México (EEUU), donde está registrada Proelucyon LLC. Esta compañía, una de las piezas principales del entramado, ofrecía servicios de ocultación de activos a través de la mercantil Senitel, la sociedad de seguridad de cajas fuertes de la que Alvise recibió los 100.000 en metálico.

En Portugal, por otro lado, que goza de una menor presión fiscal, Domingo Romillo, junto a una empleada del banco transilvano Blogul BT Mihaela Munteanu, montó varias empresas, como Sabroso LDA, una mercantil dedicada a la restauración que habría servido para captar fondos. Munteanu se dedicaba al blanqueo de capitales y habría ayudado a facilitar la operativa internacional. El entramado, no obstante, se extiende hasta Albania, donde operan a través de Wingwort, dedicada al alquiler de inmuebles. Eran sociedades pantallas en todos los casos de Madeira Invest Club.