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Jeremy Rifkin: "El Mediterráneo es la zona cero del cambio climático y España es quien tiene más a perder"

  • Blue Deal: "Tras el Green Deal hay que crear un Blue Deal en Europa. Y España debe liderarlo"
  • Industria: "Hay que hacer lo que sea en tema de incentivos para que la industria  camine a la descarbonización"
  • Clima: "El libro de jugadas que teníamos ya no funciona. Hay que repensarlo de arriba a abajo"
Jeremy Rifkin, en una imagen de archivo. Jorge Zapata

Carles Huguet
Barcelona,

Asesor de la Unión Europea y China desde hace décadas -trabajó incluso para el Gobierno de Zapatero-, el sociólogo y economista estadounidense Jeremy Rifkin lanzó en octubre el libro Planeta Aqua (Paidós), en el que planea un cambio de paradigma: vivimos en un planeta acuático y no terrestre, una idea ya reconocida por organismos como la NASA o la Agencia Espacial Europea. Por ello, es el principal recurso a gestionar a la hora de mitigar los efectos del cambio climático.

Desde su despacho en Washington atiende a elEconomista.es pocas horas después de que la DANA arrase Valencia. "Es un deja vú", dice, en referencia al huracán Helene, que dejó también más de 200 víctimas mortales.

En el libro sostiene que Europa va a ser la zona más afectada por el cambio climático...

Sí. La Agencia Europea de Medio Ambiente informa que Europa es el continente que se calienta más rápido en el mundo. Eso es muy preocupante. Y se pone aún más grave: dicen que incluso en el escenario más optimista el calentamiento global va a continuar con los incendios forestales, las sequías, el calor y las inundaciones. Va a afectar a los ecosistemas, a la agricultura, a la industria, a la casa de todos. Está sucediendo aquí y ahora, en tiempo real. Europa es la Zona Cero y especialmente el Mediterráneo. Y lo interesante de esto es que España es, desafortunadamente, el país en mayor riesgo de Europa en este momento. Los nuevos estudios muestran que para mediados de siglo puede estar en una condición similar a la del desierto. Eso es dentro de 25 años. Así que obviamente ahora estamos en la hora final en la que hay que replantearse todo. España es el número uno en fallecimientos por olas de calor o solamente hace falta ver las fotos de Valencia. Son las mismas que teníamos en Estados Unidos. La infraestructura colapsó y lo seguirá haciendo. Existen estudios de entidades como la World Meteorological Organization, que señalan que la mayoría colapsarán en los próximos 50 años por los nuevos comportamientos del agua.

¿Qué puede hacer el continente para aliviarlo?

Todo el mundo está asustado por las inundaciones que provocan las olas de calor, el agua, los huracanes. El problema es que no tenemos un libro de jugadas para esto. Porque el libro de jugadas que estamos usando; ya sea el de la OCDE, la ONU, el Banco Mundial o el de nuestras universidades; creó la crisis. Y ahora estamos tratando de usar todo ese libro de jugadas de suposiciones de la Ilustración, la era del progreso, la revolución industrial, el sistema capitalista y el socialismo, para abordar la crisis que creó. Y lo cierto es que tenemos que repensarlo todo.

¿Y mientras se diseña el nuevo libro de jugadas, que hacemos?

En los próximos diez años necesitamos tener un Blue Deal que vaya de la mano del Green Deal en todos los continentes. Deben ir de la mano. También dejar los combustibles fósiles y hacer lo que haya que hacer a la hora de dar incentivos a la industria para que camine hacia ello. También hay que avanzar hacia las microredes de agua y las desalinizadoras. Cuando estén instauradas habrá agua de sobras. El problema es que se utilicen combustibles fósiles para conseguir ese agua purificada, pero a partir de ahora la energía solar será mucho más barata. Incluso habrá desalinizadoras de viaje. Mientras hoy hay apenas 500 empresas que poseen la mayoría de la infraestructura, en 30 años, si lo hacemos bien, habrá cantidades masivas de pymes de alta tecnología y biorregiones compartiendo ecosistemas comunes y los excedentes energéticos a través de redes de distribución.

¿Cómo imagina este nuevo libro?

Una revolución que veremos serán las redes descentralizadas. Habrá millones de dispositivos para captar agua en los tejados, como si fueran las actuales placas solares, que se enviará bajo tierra en una red con la que se podrá distribuir por el territorio, ya sea para consumo propio, para agricultura o para propósitos industriales. Esto lo cambia todo frente a las otras revoluciones industriales, que partían desde la centralización de la energía. Los centros de datos, que van a tener que estar cerca de las infraestructuras también van a ayudar a crear esta economía descentralizada. Qué pasará con las grandes empresas tecnológicas con esto, pues que algunas no estarán aquí. Algunas se salvarán, pero será a base de agregar pymes de alta tecnología gracias a las nuevas redes de distribución.

A veces parece que esta preocupación por la descarbonización es muy europea...

En el resto del mundo también están preocupados. Si vas a Indonesia, la India, Pakistán... También sufren inundaciones o sequías. Te lo garantizo. Europa está un poco por delante, pero está en todas partes. En todos los lugares del mundo hay preocupación. No hay ninguna isla aquí. Australia, con grandes incendios forestales; Canadá, donde el 10% de los bosques se quemaron el año pasado y el cielo se volvió naranja. Está en todas partes.

¿Cómo convences a la industria de producir aquí si el resto del mundo es más laxo con las emisiones?

Hay que llegar a un gran pacto azul. Las sequías e inundaciones van a crecer. Hay que llegar a un Blue Deal que sea equiparable al Green Deal que ya tenemos. No es suficiente crear una comisión del agua. Voy a reunirme con la Comisión Europea en los próximos tres meses para presionar por ello. Tenemos que movernos más rápidamente para mitigar las emisiones, porque van a llegar más olas de calor, más inundaciones, más sequías, más huracanes. Así que tenemos que mantenernos con el Green Deal, pero luego necesitamos el Blue Deal, porque la infraestructura está colapsada. Tomemos por ejemplo el caso de la agricultura. La mayor parte del agua se desperdicia, es terrible. En el caso de la industria, igual. Se usan ingentes cantidades de agua para la energía nuclear o con los combustibles fósiles. ¡La energía solar y eólica son más baratas y te ahorras el 95% del agua!

Mucho se habla del hidrógeno verde, aunque por el momento no parece una solución rentable económicamente...

Es la nueva gran tecnología. Estamos lidiando ahora mismo con los problemas de rentabilidad. Pusimos un esfuerzo multimillonario en ello. Se ha hablado mucho de ello y sigue siendo caro, pero está a punto de escalar. Hay mucha inversión en este campo. Una parte es hidrógeno azul, la mayoría es verde. El dinero ya se está usando para pasar de los pilotos a la infraestructura. Y lo que tienes que hacer es empezar a crear una infraestructura de hidrógeno verde para la logística a largo plazo con el transporte por carretera. No vas a usar hidrógeno para los coches, allí vas a usar electricidad. Pero los camiones van a tener que usar hidrógeno. Daimler ya está en ello. Y usarán hidrógeno verde, porque con la energía renovable será más barato, aunque es cierto que todavía no estamos allí. Del transporte saltará a la industria, al acero o al cemento.

¿Y la inteligencia artificial cómo encaja en el discurso?

Los Elon Musk de este mundo no son tan inteligentes. De verdad que no. Ellos no lo entienden. La IA tiene un propósito, pero será la infraestructura, coordinar comunicaciones, la energía, la movilidad o la logística. Habría algo de IA para chats y asistentes ejecutivos, pero la mayoría son juegos. La razón: no tenemos agua. Y esto es lo que no entienden, incluido estos tipos de Palo Alto. Sabemos que los data centers consumen mucha energía, que puede ser solar, y agua. Piensa que cada chip requiere de 30 litros de agua pura. El año pasado se fabricaron 1.300 millones de chips. El agua va a tener que ser usada para la infraestructura, para la agricultura, para el agua. Y también para la IA, pero para desarrollar conocimiento, que es una parte muy pequeña para lo que se está desarrollando la IA, y no para entretenimiento, que es en lo que se está convirtiendo. No se puede tener agua para todo.

¿Qué papel debe jugar un país como España que, como decía, es de los países que más riesgo tiene?

España puede ser líder en este aspecto. Van a ser España, Francia, Italia y Alemania. Y España es tanto la que más tiene que perder como la que tiene que ganar. Hay empresas de clase mundial en este aspecto, como Acciona, a los que conozco bien. España es un gran país para las pymes. Tiene todo el potencial para hacer crecer esta industria y hay muchísimas oportunidades en ella. El Gobierno español y las regiones tienen que trabajar de la mano. Porque muchas veces ha sucedido que la Unión Europa envía dinero y se desperdicia. Hay que convencer al Comité de las Regiones de crear un pacto azul y España tiene que ser la voz que lo lidere. Pero hay que ir de la mano, cooperar entre las regiones y olvidarse de las discrepancias entre el Gobierno y las autonomías. Compartimos un ecosistema común.

Tras la DANA en Valencia o la sequía en Cataluña, ¿Cómo se imagina la zona a final de siglo?

No quedará nadie en buena parte del Mediterráneo a finales de siglo. Ya hay millones de refugiados climáticos. Están en campos de refugiados. No pueden, ya no pueden vivir allí. Hace demasiado calor, no hay comida, no hay agricultura, no hay agua. Están cruzando desesperadamente el mar para llegar a Europa. Y sucede lo mismo en América Central y del Sur con las migraciones masivas por el clima. El Mediterráneo es un ecosistema común de 540 millones de personas. Y los países van a tener que aprender a compartir el ecosistema, porque está subiendo mucho la temperatura. La clave es, ¿Cómo empezamos? Con la gobernanza biorregional. Hay que pensar que por cada grado que la temperatura sube, la atmosfera absorbe un 7% más de precipitación de los océanos, los lagos o los ríos. El agua se evapora más rápido, por lo que se obtiene una precipitación más concentrada.