Casi la mitad de los alumnos en España no actúa ante el 'bullying', según un estudio

El incremento de denuncias por acoso, tanto presencial como a través de medios digitales, refleja una situación cada vez más preocupante. A esto se suman los casos no reportados por temor de las víctimas, que agravan la gravedad del problema. El ciberacoso, en particular, permite a los agresores hostigar a sus víctimas de manera continua, sin restricciones de tiempo.

Según el VI Informe "La opinión de los estudiantes", elaborado por las fundaciones Mutua Madrileña y ANAR, casi la mitad de los alumnos (47%) admite no intervenir ante situaciones de acoso escolar que afectan a sus compañeros. El informe, que recoge las experiencias de 9.300 estudiantes y 454 profesores, destaca que el acoso tiene una incidencia considerable en niños de entre 11 y 12 años, afectando de manera similar a chicos y chicas. El 9,4% del alumnado asegura haber sido testigo o víctima directa de acoso escolar o ciberbullying.

Uno de los puntos más preocupantes es la falta de intervención de los compañeros, ya que, aunque el 53% afirma que actúa ante estos casos, esta cifra ha caído en comparación con el año anterior. Lorenzo Cooklin, director general de la Fundación Mutua Madrileña, subraya la importancia de sensibilizar a los jóvenes sobre la necesidad de no permanecer en silencio ni trivializar el acoso, instándolos a comunicar estos hechos a padres y profesores.

Por otro lado, la intervención de los docentes ha mostrado una tendencia positiva. El 71,4% de los estudiantes cree que los profesores toman medidas ante el acoso, lo que representa un aumento de 9,3 puntos porcentuales respecto al curso anterior. No obstante, un 28,6% de los alumnos sigue percibiendo inacción por parte del profesorado.

Los insultos, burlas y aislamiento social, tanto presencial como digital, siguen siendo las formas de acoso más comunes, con un 87,6% y un 42,6% respectivamente. Aunque las agresiones físicas han disminuido, el daño psicológico sigue siendo un tema crucial. Benjamín Ballesteros, director de Programas de la Fundación ANAR, destaca el impacto profundo que tiene el acoso psicológico, el cual puede prolongarse durante más de un año, generando traumas difíciles de superar.

Los motivos del acoso varían, destacándose las acciones o palabras de las víctimas (57,9%), su apariencia física (55,5%) y problemas personales, como discapacidades o dificultades del habla (33,5%). En casi la mitad de los casos, los acosadores actúan en grupo, lo que exacerba la situación de la víctima.

Dado que el 26,6% de los casos de acoso se prolonga por más de un año, se hace urgente una intervención temprana. La colaboración entre centros educativos, entornos familiares y administraciones públicas es esencial. La prevención y la educación desde edades tempranas son fundamentales para combatir este grave problema social.

Ciberbullying y participación en grupo: un fenómeno en aumento

El estudio revela que el ciberbullying afecta mayormente a las niñas, representando un 52% de los casos, y es más frecuente entre los estudiantes de 11 y 12 años (73,5%). Las principales plataformas donde se dan estas agresiones son WhatsApp, con un 71,9% de incidencia, seguida de Instagram (44,8%) y TikTok (41,7%). Mientras que WhatsApp prevalece en todas las etapas educativas, TikTok se utiliza más en Primaria, e Instagram es la red dominante en Secundaria.

Percepción del profesorado sobre el acoso escolar

Uno de cada cinco profesores (20,9%) conoce algún caso de acoso o ciberbullying en su centro. La mitad de las veces, es el propio alumno afectado quien informa al docente, especialmente en Secundaria. En Primaria, las familias suelen ser quienes comunican estos casos.

Para el profesorado, la complicidad o inacción de los compañeros de la víctima es un factor clave en la perpetuación del acoso escolar (88,8%). Otros factores citados son la normalización de la violencia (87,9%), el uso indebido de las redes sociales (87,4%) y la falta de respeto a las diferencias (86,1%). Los profesores identifican a los acosadores por su sentimiento de superioridad (82,4%), su agresividad y descontrol (79,5%), y la influencia de problemas familiares (78,3%).

Mirada internacional

El último informe PISA, elaborado por la OCDE, revela que España se encuentra entre los países con menor porcentaje de estudiantes frecuentemente acosados, situándose en un 6,5%, por debajo del promedio de la OCDE (8,3%). En contraste, países como Chipre y Australia registran un porcentaje significativamente mayor, alcanzando el 14,1%.

En este informe, Corea del Sur (1,1%) y Japón (3,7%) son los países con las tasas más bajas de acoso escolar, mientras que Chipre y Australia muestran los niveles más altos, ambos con un 14,1%. La tendencia general indica que los chicos son más propensos a ser víctimas de acoso escolar que las chicas, reportando intimidaciones al menos una vez al mes en la mayoría de los países evaluados.

El informe también señala una relación entre el acoso y la situación socioeconómica de los estudiantes. En países como España, los alumnos de entornos socioeconómicos más desfavorecidos son más susceptibles de sufrir algún tipo de acoso en comparación con sus compañeros más privilegiados. Esta tendencia se refleja en una diferencia de -0,15 en España, lo que indica que los estudiantes con menores recursos enfrentan un mayor riesgo.

El informe PISA también subraya la preocupación existente sobre el acoso hacia estudiantes inmigrantes, que sufren más acoso que los nativos en muchos países de la OCDE. En España, esta diferencia es notable (-0,18), lo que indica que los estudiantes inmigrantes están más expuestos al acoso en comparación con los nativos. Sin embargo, en países como Estados Unidos, Reino Unido y Canadá, los nativos son quienes reportan mayores tasas de acoso que los inmigrantes.

Recomendaciones para prevenir el acoso escolar

Las fundaciones Mutua Madrileña y ANAR han propuesto una serie de recomendaciones para prevenir el acoso escolar durante el curso. Entre ellas destacan: dejar claro en el aula que el centro no tolerará estas conductas y establecer mecanismos de denuncia accesibles, confidenciales y visibles tanto en el colegio como a través de canales como el Teléfono/Chat ANAR.

A las familias se les aconseja estar atentas a posibles cambios en la conducta de sus hijos, como bajo rendimiento escolar, dolores físicos recurrentes o retraimiento social, para identificar a tiempo posibles casos de acoso. Se ofrecen además pautas para actuar en caso de detectar señales de alerta.