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¿Qué le pasa a mi gato? Estas son los cinco problemas más comunes, los síntomas y cómo tratarlos

Gato asustadizo. / Foto: iStock

elEconomista.es

Los gatos domésticos, al igual que sucede con cualquier otro animal de compañía, pueden presentar, de la noche a la mañana, diferentes problemas de salud o enfermedades, algunas muy comunes y notorias, ya que los felinos presentan síntomas y actúan de forma diferente. De este modo, conviene identificar algunas de las afecciones más comunes y, así, poder actuar a tiempo.

Es por ello por lo que la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) se ha centrado en la explicación de cinco enfermedades muy comunes en los gatos, para saber cómo prevenirlas y cuándo es conveniente acudir al veterinario.

Dermatitis por pulgas

En los gatos domésticos que no suelen salir al exterior, esta afección no es relevante, aunque también pueden infectarse. Normalmente, es en los gatos que salen a la calle en los que más hay que vigilar las pulgas, ya que, cuando estas eligen un huésped, se quedan a vivir en él y se alimentan de su sangre. Los síntomas en esta enfermedad se producen por la saliva de las pulgas al morder al huésped para alimentarse.

En este caso, los síntomas son los siguientes:

  • Picazón, que lleva a los animales a rascarse mucho, lamerse e incluso morderse.
  • Los más sensibles pueden desarrollar dermatitis
  • Piel irritada e inflamada
  • Pequeños bultos, sobre todo, en cara cuello y dorso
  • El gato puede llegar a perder el pelo.

Si se nota alguno de estos síntomas, se debe acudir al veterinario, sobre todo, cuando se note un rascado intenso por parte el gato, aunque se puede hacer un primer examen en casa, comprobando atentamente el pelo del gato, separándolo mechón a mechón, para poder ver alguna pulga.

Las pulgas en el gato se tratan con productos antipulgas especiales para gatos. Igualmente, conviene limpiar toda la zona por donde se mueva el gato, ya que hay que eliminar las larvas, huevos y pupas. Puede hacer falta recurrir a insecticidas, aunque no son lo más eficaz contra las larvas.

Problemas urinarios

Los problemas en el sistema urinario del gato pueden surgir por muchos motivos diferentes, tal y como recoge la OCU. Entre las causas, se encuentran:

  • Infecciones por hongos
  • Virus
  • Bacterias o parásitos
  • Estrés debido a alteraciones en su territorio y rutinas
  • Formación de piedras o cristales en el conducto urinario
  • Obstrucción en la uretra (más típica en machos)
  • Cáncer
  • Fallos en el control neurológico de la vejiga
  • Malformaciones de nacimiento

Entre los síntomas más destacados de un fallo urinario están los siguientes:

  • Se lamen a menudo la zona genital
  • Orinan con más frecuencia
  • Orinan fuera de su caja
  • Orinan con dificultades o dolor (lanzan maullidos agudos)
  • En la orina a veces hay sangre
  • En casos graves, no pueden orinar en absoluto

Se recomienda ir al veterinario en cuanto se note alguno de estos síntomas, aunque es prioritario y de urgencia en caso de obstrucción, es decir, si el felino no consigue orinar aunque lo intenta a menudo, está aletargado y sin apetito.

Entre las opciones para tratar estos problemas, aunque depende de la causa, hay que ofrecerles en más ocasiones para beber agua y más a menudo, junto con una dieta específica para estos problemas y fármacos para calmar el dolor.

Inmunodeficiencia felina

Esta enfermedad es causada por un virus específico de los gatos, que no afecta a los humanos. La principal forma de contraer inmunodeficiencia felina es por mordeduras de gatos ya infectados, por lo que los felinos callejeros tienen mayor probabilidad de tener este virus. La transmisión de la madre al cachorro durante el parto o la lactancia es muy rara.

Además, cuando se contrae la enfermedad, pueden pasar años hasta que se manifiesta, pero, cuando esto sucede, la esperanza de vida para el gato suele ser de cinco años. Al principio, como mucho causa inflamación de los ganglios y algo de fiebre, pero según avanza, debilita tanto las defensas del animal que este encadena una infección detrás de otra en distintas partes del organismo, como la piel, ojos, en aparato urinario y respiratorio...

Un síntoma típico es la pérdida progresiva de peso. Otros que también se pueden presentar son convulsiones, cambios en el comportamiento y problemas neurológicos. Puede llegar a provocar cáncer y enfermedades de la sangre.

Actualmente no hay cura para esta enfermedad, pero el gato infectado con este virus, con un manejo adecuado, puede vivir una vida normal durante años. Los antivirales pueden ser de ayuda en gatos que sufren convulsiones o infecciones bucales.

Gripe felina

Son infecciones respiratorias causadas por virus o bacterias. Aunque en un 80-90% de los casos los responsables son dos virus: el calcivirus felino (FCV) y el herpesvirus (FVR).

Entre los síntomas se encuentran los siguientes:

  • Estornudos
  • Moquillo
  • Lagrimeo
  • Conjuntivitis
  • Úlceras

Para tratar la gripe felina y ayudar a retirar las secreciones nasales y oculares, se pueden hacer lavados nasales a base de agua con sal. Asegurarse de que el gato come y bebe lo suficiente. Si hay alguna infección bacteriana, administrarle antibióticos.

Peritonitis infecciosa

El coronavirus felino (CoVF) es el responsable de esta enfermedad. Este virus se transmite por las heces de gatos infectados y sobrevive siete semanas en un entorno seco. Aunque muchos gatos infectados no tienen síntomas, la enfermedad suele producir los siguientes:

  • Leve inflamación intestinal
  • En unos casos se manifiesta en forma húmeda, con una gran cantidad de líquido que se acumula en el interior de la cavidad torácica o del peritoneo
  • En otros aparece la forma seca, que causa lesiones en diferentes órganos y partes del cuerpo: riñones, colon, ganglios linfáticos, ojos, sistema nervioso...
  • A veces, se da todo junto y se acompaña de fiebre resistente al tratamiento con antibióticos, somnolencia, pérdida de peso y apetito.

Cuando el virus provoca la peritonitis infecciosa, no hay mucho que hacer, aunque a veces se opta por corticoides para reducir los procesos inflamatorios que causa el virus. El tiempo medio de supervivencia suele ser de nueve días tras el diagnóstico.