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Kishida dimite como líder del PLD y dejará el cargo de primer ministro de Japón en septiembre


elEconomista.es

El primer ministro de Japón, Fumio Kishida, ha anunciado este miércoles que no se presentará a la reelección como líder del Partido Liberal Democrático (PLD), decisión que deja en el aire el cargo de jefe de Gobierno tras niveles de aprobación mínimos de la formación como consecuencia de una serie de escándalos de financiación que salpicaron a varios altos cargos del Gobierno a finales del año pasado y lastraron los índices de popularidad del primer ministro.

Durante una rueda de prensa, Kishida ha indicado que "es necesario demostrar firmemente a la gente que el PLD cambiará. Para lograrlo, es importante tener una elección transparente y abierta y un debate libre y animado. El paso más obvio para demostrar que el PLD cambiará es que yo renuncie. No me presentaré a las próximas elecciones". En este sentido, ha reconocido que ha "habido una serie de situaciones que han hecho que la población desconfíe de la política" y ha apostado por promover una "renovación" del partido gobernante en Japón de cara a las elecciones internas que celebrará la formación a finales de septiembre.

Esto significa que el político presentará su renuncia como primer ministro una vez sea elegido el nuevo presidente del conservador PLD, que gobierna en amplia mayoría con el partido budista Komeito. Aunque el mandato de Kishida como primer ministro expira el próximo año después de asumir el cargo en octubre de 2021, su continuidad en este puesto estaba vinculada a que siguiera ocupando la presidencia del PLD.

Su salida podría allanar la subida de tipos

Entre los principales candidatos al liderazgo en las elecciones para la presidencia del PLD se encuentran el ex ministro de Defensa Shigeru Ishiba, el ministro de transformación digital Taro Kono, el peso pesado del partido Toshimitsu Motegi y el ministro de seguridad económica Sanae Takaichi.

La repercusión de su salida ya ha sido valorada por los analistas, que ven en la decisión de Kishida de no postularse para un segundo mandato una opción que allanaría el camino para elegir un nuevo líder que, al contrario que Kishida, apoye los esfuerzos del Banco de Japón (BoJ) por normalizar la política monetaria. Precisamente dos de los nombres que aparecen en las encuestas de sucesión (Kono y Motegi) han remarcado en alguna ocasión la necesidad de que el banco central del país suba los tipos y corrija la debilidad del yen antes de la reunión de julio.

Con todo, la incertidumbre parece ineludible, según recogen algunas opiniones recopiladas por Bloomberg. Yujiro Goto (Nomura Securities) recuerda que las encuestas recientes muestran que el índice de aprobación de Kono está cayendo y el apoyo a Motegi sigue siendo bajo y considera que "Takaichi es la única persona con la posibilidad de adoptar una postura clara en apoyo de una política más expansiva, por lo que eso podría hacer que el yen baje nuevamente".

Según Shoki Omori (Mizuho Securities), este escenario de dudas no es bueno: "A los participantes del mercado no les va a gustar la situación de incertidumbre, especialmente a quienes invierten en activos de riesgo como las acciones".

Los mercados fluctuaron tras la noticia: El Topix subió un 1,1%, ayudado por los fuertes movimientos sobre todo de los bancos, aunque llegó a subir hasta un 1,8%, y el Nikkei 225 cerró con un alza del 0,6% después de ganar un 1,3%. El ascenso de las acciones está alentado por las esperanzas en que la Reserva Federal de EEUU (Fed) baje tipos, aunque redujeron parte de su avance anterior debido a la incertidumbre tras la salida de Kishida del partido.

La moneda japonesa yen, por su parte, apenas registró variaciones y se situó en 146,89 por dólar, mientras que el rendimiento de los bonos del gobierno japonés a 10 años cayó 1,5 puntos básicos hasta el 0,83%.